lunes, abril 28, 2008

Capítulo 216 - La Conferencia de la O.L.A.S. y el Entrismo

(continuación)

Pretender que constituye una falsedad, afirmar que en la década del sesenta, en diversos países del Cono Sur, casi al unísono, diversas organizaciones terroristas atacaron a sus gobiernos, con la intención declarada de derribarlos, obedeciendo expresas instrucciones del gobierno del Estado de Cuba, es desconocer arbitrariamente la realidad. No se nos oculta que, a pesar de lo expresado, existe un empecinamiento inmotivado de ignorar todo lo relacionado con los antecedentes relacionados con tal tema. Los medios, ni los mencionan, los ignoran olímpicamente, ya que si tales antecedentes son dados a conocer, cae la “Historia Oficial”. Debemos recordar que anteriormente citamos, que entre el 22 y el 29 de noviembre de 1964, se concretó en La Habana, Cuba una reunión secreta de delegados de partidos Comunistas de toda América Latina y de delegados de formaciones marxistas y trotskistas de esa región. En ella se determinó la realización de acciones comunes a concretar en sus países de origen. El 3 de enero de 1966, en el mismo lugar y a instancias del comunismo soviético, es decir de funcionarios de la entonces Unión de las Repúblicas Soviéticas Socialistas (U.R.S.S.), y de los funcionarios estatales de La Habana, Cuba se realizó la que mundialmente se conoce como la ““Primera Conferencia de Solidaridad de los Pueblos de Asia, África y América Latina” denominada comúnmente “La Tricontinental” que fuera presidida por el "demócrata" Salvador Allende - luego presidente de Chile- donde concurrieron 483 representantes de 82 países (27 latinoamericanos).
El delegado “oficial” de nuestro país fue John William Cooke. Adviértase que este delegado no representaba al partido comunista sino al peronismo marxista. En realidad, de acuerdo a lo que pasó ulteriormente, era evidente que se trataba de la avanzada de lo que se denominó, con el correr de los años “El Entrismo”, disfraz de oveja que adoptó el lobo, para poder atacar y vencer.

domingo, abril 27, 2008

Capítulo 215 - Según Perón los "Jóvenes Idealistas" que Atacaban a su Gobierno Eran Terroristas

(continuación)

Como ya dijimos, Perón es un brillante testigo de cargo. Aseveró que los grupos armados que atacaban a su gobierno eran terroristas, que si intentaban mediante la violencia, derribar a su gobierno, se les iba a responder con la misma violencia. Señaló que lo sucedido en Chile, no fue culpa de los militares, sino de los guerrilleros terroristas que actuaban allí. De sus palabras no se desprende odio hacia los militares. Después de todo él era un militar. Los “peronistas” de ahora, los que pretenden seguir su doctrina, abrazando la doctrina inficionada de marxismo, odiando a los militares, persiguiéndolos y ensañándose con ellos, de una manera injusta, no cumplen los preceptos del peronismo ya que en lugar de actuar respetando la Doctrina Peronista, imbuídos de su "Soberbia Armada" siguen, como lo hicieron anteriormente, las directivas difundidas oportunamente en La Habana, Cuba por su mentor, líder y cabecilla terrorista: Fidel Castro.
Con tal actitud, es necesario destacarlo, desoyen las manifestaciones de Perón cuando expresó taxativamente: “Nosotros somos decididamente antimarxistas. Lo sucedido a Allende demuestra que Allende cayó víctima de su sectarismo, de su política tendiente al exceso. Estoy seguro de que domaremos a la guerrilla. Chile nos ha enseñado muchas cosas.” (sic)
Creo que si el general Juan D. Perón, hubiera dado a conocer tal pensamiento, en la actualidad, nuestra Justicia le hubiera imputado participación necesaria o instigación, de delitos de Lesa Humanidad y Crímenes de Guerra y los jueces no hubieran hesitado en sentarlo en el banquillo de los acusados.
La solicitada de las 62 Organizaciones Peronistas, referida precedentemente, sin duda alguna fue publicada previa conformidad de Perón. El Movimiento Nacional Justicialista, no aceptaba que alguien se atreviera a dar este paso trascendente, sin la previa conformidad del Conductor. Por lo que, necesariamente debemos concluir que ella refleja el pensamiento del general Perón respecto de la guerrilla terrorista-marxista. Como se advierte, no es posible prescindir de estos elementos de juicio, tan gravitantes, si en realidad lo que se intenta es administrar justicia conforme a derecho. Ahora, si lo que se desea es otra cosa, no hay más que hablar.
¿Y en que se basaba el general Juan Domingo Perón, para criticar de tal forma a esas formaciones guerrilleras? Para contestar a tal interrogante, debemos insistir una vez mas en recordar la etiología de tales movimientos, que se autodenominaban de “Liberación”. Aunque en nuestro país, no había nada que liberar, era evidente que quedaba bien para estas organizaciones terroristas, adoptar ese nombre ya que estaba de moda para ese entonces. Cerrarse a la verdad, no reconocer que los subversivos acá en nuestro país y en los otros países donde sembraron sangre y fuego, no actuaban por su cuenta sino que formaban parte de un sistema, es negar en forma soberbia, la realidad. Es desconocer el conocido apotegma peronista, que refiere que en política la única verdad es la realidad.

sábado, abril 26, 2008

Capítulo 214 - Donde el General Juan D. Perón Nuevamente Denuncia a los Infiltrados

(continuación)



Los términos de su declaración, no dejan lugar a dudas en cuanto a la postura del general. Quienes argumentan que accionaron para defenderlo, sencillamente faltan a la verdad, son unos mentirosos, que no hesitan en hacerse llamar “peronistas” para infiltrar al Movimiento, a fin de destrozarlo como los gusanos hacen con las manzanas.
El cuento de “Caperucita Roja”, que pretenden que todos creamos, es la repetición de la fábula que han desparramado, reiteradamente durante su “exilio”, en el exterior del país. Al punto que, estimamos, que ellos mismos se han creído tal mitomanía política. Ellos, que apelaron a las armas, intentando derribar a las autoridades constitucionales, durante la época del peronismo, cuando las Fuerzas Armadas se les adelantan, derribando al gobierno constitucional atacado por los terroristas, dan un giro copernicano, y se constituyen “per sé” en nada menos que “defensores” del gobierno de Isabelita.
Ellos que se titulan legítimos representantes de las aspiraciones populares, no creo que puedan responder al interrogante que se plantea: ¿Si el pueblo, en su gran mayoría apoyaba al general Juan Domingo Perón, con que fin atacaban su gobierno mediante el uso de las armas? ¿Quién les otorgó esa representación popular de la que hacen gala reiteradamente en sus comunicados, que burla la soberanía del pueblo? Nunca lo van a poder responder. Lo que pasa es que en el fondo, ellos saben perfectamente que intentaban usar al general, quien se dio cuenta de tal picardía, puesto que no estaba lelo como ellos presumían infundadamente. La actitud de la guerrilla marxista, demuestra a las claras, que su postura estaba lejos del pueblo. Esta postura acomodaticia, sanguinaria, egoísta, cruel, fue usada y es usada, para aparecer como “víctimas” de los ataques de los militares, es decir exactamente al revés de lo sucedido. Y como los jueces no se molestan en indagar sobre la etiología de los eventos que investiga, ya que lo considerar superfluo, necesariamente el fallo será arbitrario ya que en la individualización de las penas, la Justicia con mayúscula brillará por su ausencia.
Si el general Juan Domingo Perón, hubiera estado vivo, los “peronistas” de opereta, a no dudarlo, lo hubieran sometido a la Justicia, imputándole haber cometido delitos imprescriptibles de Lesa Humanidad o Crímenes de Guerra. Los carteles que ordenó pegar el sindicalismo peronista, los disuadió, ya que si los fieles peronistas no hubieran apelado a esta exhibición de "Lealtad Peronista", tácitamente hubieran dado vía libre para que la memoria del General sufriera el escarnio de ser vituperada por estos indignos.
Lo cierto es que, con esa maravillosa intuición, que ni siquiera sus partidarios fueron capaces de captar, Perón profetizó, advirtió, sobre lo que iba a suceder si proseguía el accionar terrorista contra su gobierno constitucional. Y pasó ...

jueves, abril 24, 2008

Capítulo 213 - Perón Expulsa del Movimiento a los "Entristas"


(continuación)

Un periodista de nota, Alejandro Guerrero, refiere que “Por lo demás, antes de asumir la Presidencia, Perón había contribuido a la caída de Salvador Allende en Chile al ordenar, por medio de su vicario Héctor Cámpora, que las masas movilizadas en toda Argentina se retiraran de las calles. De inmediato obedecieron la JP y el Partido Comunista, de modo que la dictadura chilena tuvo tranquilidad del otro lado de la cordillera.”
“Luego, ya en el gobierno Perón permitió a una delegación de la DINA, la policía política de Pinochet, instalar una oficina en Buenos Aires, en la calle Moreno, frente al Departamento Central de la PFA, para espiar y perseguir a la colonia de exiliados chilenos. También fueron perseguidos militantes brasileños huidos de la dictadura del general Geisel, y algunos de ellos fueron secuestrados
Con una paciencia digna de mejor causa, el general Perón, les hizo notar a los legisladores justicialistas disidentes, que el Estado tiene la obligación constitucional, de sancionar los instrumentos legales para poder hacer frente a los terroristas. No lo entendieron al general. No lo entendieron, por la sencilla razón de que se consideraban unos iluminados, unos elegidos, y realmente constituían, como se los definió acertadamente, “La Soberbia Armada”.
Adrede hemos adjuntado el “Parte de Guerra” emanado de los irregulares terroristas, con lo que probamos acabadamente que ellos mismos reconocían que existía de hecho un estado de beligerancia interna en el país, es decir, un conflicto armado no internacional. Debieron aplicarse tanto las Convenciones de Ginebra como sus Protocolos Adicionales, especialmente el Protocolo II. Salvo que estos “jóvenes idealistas” pretendan haber integrado las filas de los scouts argentinos.
Los autores de este “Parte de Guerra”, los mismos que atacaron cuarteles, asesinando a mansalva y cometiendo otros crímenes de guerra, pasados unos años al comparecer a deponer ante la Justicia se desdijeron, alegando que no se trató de una guerra sino de la “defensa” armada, que ellos hicieron del gobierno constitucional, contra el accionar del ejército “contrarrevolucionario”. Una ingenuidad en labios de otras personas, y una aberración en labios de los otrora terroristas y hogaño “terroristas” de salón.
No fue la única ocasión en la que el general Juan Domingo Perón dejó sentada su opinión respecto al marxismo internacional; recordemos un reportaje concedido en la oportunidad a un matutino italiano. Su postura ideológica no es la que, en la actualidad, nos pretenden vender los marxistas “entristas”.
Adviértase que el entonces presidente Perón fue taxativo en sus severas apreciaciones, sin dejar lugar a ninguna duda: “Nosotros vamos a proceder de acuerdo con la necesidad, cualquiera sean los medios. Si no hay ley, fuera de la ley, también lo vamos a hacer y lo vamos a hacer violentamente. Porque a la violencia no se le puede oponer otra cosa que la propia violencia. Eso es una cosa que la gente debe tener en claro, pero lo vamos a hacer; no tenga la menor duda.”

martes, abril 22, 2008

Capítulo 212: El diputado Peronista Rodolfo Ortega Peña Imputa al General Juan D. Perón Ser Un Asesino


(continuación)
Hemos encontrado una mención, on line, relacionada con imputaciones que Rodolfo Ortega Peña hace al general Juan Domingo Perón, como mentor de la denominada Triple A, una organización paraestatal, que se ocupó de secuestrar, torturar y asesinar eventualmente, a izquierdistas que militaban en las organizaciones terroristas.
El diario “Avanzada Socialista” perteneciente al partido Socialista de los Trabajadores, del 4 de junio de 1974, al relatar un ataque perpetrado por la Triple A, contra un local partidario, sito en General Pacheco señaló: “La noche del 29 de mayo de 1974, en el quinto aniversario del Cordobazo, el local del Partido Socialista de los Trabajadores en Gral. Pacheco fue asaltado por una banda de la Triple A como parte de una ofensiva terrorista contra nuestro partido que incluyo el asesinato del obrero Inocencio Fernández, cuatro voladuras de locales, los tres atentados contra mi vida y la “Masacre de Pacheco”, todo acontecido en el mismo mes.”. Refiere que violentando la puerta de acceso y saltando desde los techos y terrazas, ingresó un grupo de 15 personas, provistas de armas largas, a los golpes e insultos. Obligaron a 6 personas que allí se encontraban, a ingresar a los autos, en los que habían sido trasladados. Tres mujeres fueron liberadas por sus captores, mientras que los restantes secuestrados permanecían en los baúles. El 30 de mayo de 1974, a la mañana, en la localidad de Pilar, aparecieron sus cadáveres, acribillados a balazos.
Sigue relatando la citada web que “El día del entierro de los camaradas, Ortega Peña electrizó al país diciendo “que estos asesinatos tienen un responsable, con nombre y apellido, y ese es el General Perón”. Fue la primera vez que un Diputado Nacional, elegido por el Frente Justicialista que llevo a Perón como Presidente lo hacia responsable por la creciente ola de violencia de la derecha contra activistas sindicales, militantes de la izquierda Peronista y los marxistas. Esas palabras le valieron la condena a muerte que ejecutó el tristemente famoso sicario Almirón, sesenta días después. (www.izquierda.info.modules.com).

lunes, abril 21, 2008

Capítulo 211: Floja Memoria y Singular Desagradecimiento Tienen los Verdaderos Peronistas








(continuación)


Por su parte, la mesa directiva de las 62 Organizaciones Gremiales que controlaba la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y constituía uno de los brazos fuertes de la interna de la CGT, publicó el 14 de septiembre de 1973, una amplia solicitada en el Clarín, titulada “A los asesinos, secuestradores y delincuentes comunes disfrazados de revolucionarios” con la que censuraba duramente al ERP 22 de Agosto por el episodio de las tres solicitadas que obligó a publicar al citado diario. Téngase en consideración, que no se trataba de una solicitada emanada de una entidad que nucleaba a los empresarios o a los banqueros o a los financistas, sino que se trataba de una solicitada emanada de los cuerpos orgánicos de la rama sindical del peronismo, en plena época de Perón, y con el visto bueno del Líder, así que no factible acusar a su contenido como un desvío de la doctrina peronista.
Más adelante, las 62 Organizaciones sostuvieron que los integrantes de la banda agresora “usan la cantinela (sic) que ya les escuchamos varias veces. Por ejemplo, hablan de imperialismo. Entiéndase bien: de imperialismo y no de imperialismos. Y usan el singular porque sus patrones les prohiben expresarse con realidad. Porque para ellos el yugo que impone el marxismo que representan no es esclavitud”. Y agregaban: “para ellos, fusilar, asesinar, negar los valores humanos, renegar de la libertad, si se hace en nombre de su amado ‘comunismo’, es “salvación”.
“Hablan de “burocracia sindical” – continuaba la solicitada sindical – o de “burguesía nacional”, niegan la decisión de nuestras Fuerzas Armadas de integrarse al proceso de reconstrucción, pero en toda su dialéctica no utilizan ninguna vez el término servilismo. Y eso tiene su explicación, porque los señores del ERP son sólo sirvientes que viven temerosos de despertar la ira de sus amos.
“Alguien los definió como revolucionarios de opereta. De una opereta trágica en la que ellos se muestran fuertes, aprovechándose de la mesura de todo un pueblo que quiere reconstruir y liberar a la Patria en un clima de paz. “Pero eso se acabó. Ellos eligieron el terreno. Y los argentinos que no sabemos arrugarnos a la hora de la verdad, aceptamos el desafío. A pesar de su disfraz de mascaritas, iremos a buscarlos uno a uno, porque los conocemos. Ni las capuchas, ni los patrones que tienen, podrán salvarlos. Han rebasado la copa y ahora tendrán que atenerse a las consecuencias…”. (Extraído de “Por Amor al Odio” de Carlos Miguel Acuña)

martes, abril 15, 2008

Capítulo 210 - El General Perón Advirtió, Reiteradamente, Acerca de la Intención de los Radicalizados Marxistas de Intentar Copar al Movimiento.


(continuación)
Nadie que obre de buena fe, puede sostener con sinceridad, que las organizaciones armadas subversivas, los sanguinarios terroristas, que secuestraron, que atacaron cuarteles, que asesinaron, incendiaron y pusieron bombas de alto poder sin importarles si eran víctimas civiles o militares, no cometieron delitos de lesa humanidad. No existe ninguna base lógica como para justificar el accionar de estos delincuentes. Lo reconoce ese testigo privilegiado que fue el teniente general Juan Domingo Perón. Destacamos su reconocimiento de que el Movimiento Peronista podía ser copado por elementos marxistas radicalizados. Pasados los años se perfeccionó tal accionar, al punto que en la actualidad alguien puede incluso dudar si al Movimiento Justicialista, lo fundó Perón o Stalin.
Resaltó Perón, persistentemente el peligro que avizoraba: “Por eso, deseo advertir a los que tratan de infiltrarse en los estamentos populares o estatales, que por ese camino van mal. Así, aconsejo a todos ellos tomar el único camino genuinamente nacional: cumplir con nuestro deber de argentinos sin dobleces ni designios inconfesables. Nadie puede ya escapar a la tremenda experiencia que los años y el, dolor y los sacrificios han grabado a fuego en nuestras almas y para siempre”.
De los discursos del general Perón, podemos extraer conclusiones interesantísimas sobre este punto, como ya afirmamos, puestos a la tarea de revisar el desenvolvimiento histórico de los sucesos de la década del 70 y, en especial, podremos desenmascarar a los pretendidos “civiles” que fungen en el papel de “víctimas” de la “represión” estatal.
Relacionado con estos temas, relató el periodista Carlos Miguel Acuña, quien profundizó el estudio de esa época: “Buena parte de las dirigencias partidarias argentinas censuró el golpe que colocó al general Augusto Pinochet en la presidencia de la República de Chile y con el correr del tiempo esa actitud pasó a convertirse en un lugar común del léxico político.
Sin embargo, para Perón lo ocurrido detrás de la cordillera tuvo un sentido distinto. No se trataba de un enfrentamiento entre los partidarios de la democracia y una dictadura militar. Sin pelos en la lengua y cuando acababa de ser ungido por tercera vez presidente de la Nación, fue entrevistado por el Giornale d’ Italia, al que respondió ante una pregunta específica: “Nosotros somos decididamente antimarxistas. Lo sucedido a Allende demuestra que Allende cayó víctima de su sectarismo, de su política tendiente al exceso." Estoy seguro de que domaremos a la guerrilla." (Nota de R.: Debemos hacernos una pregunta, con respecto a esta taxativa afirmación del general: ¿A que guerrilla se refiere el Líder, cuando afirma "domaremos a la guerrilla"? Para la época en que se concretó esta entrevista, en la Argentina existían movimientos guerrilleros varios, destacándose por su crueldad en las acciones que acometían, la banda subversiva de terroristas Montoneros y el denominado Ejército Revolucionario del Pueblo. No existía otro movimiento guerrillero de signo contrario a ambos o sea de derecha. Lo que nos lleva, como de la mano, a concluir que el general Perón se estaba refiriendo, a la guerrilla marxista y a la guerrilla disfrazada de "peronista"). "Chile nos ha enseñado muchas cosas. O los guerrilleros dejan de perturbar la vida del país o los obligaremos a hacerlo con los medios de que disponemos, los cuales, créanme, no son pocos. Las vicisitudes chilenas cerraron la única válvula de seguridad de que disponían los guerrilleros argentinos (…) A Cuba le advierto que no haga el juego que hizo en Chile porque en (la) Argentina podría desencadenarse una acción bastante violenta (…) Si la guerrilla insiste, sucederá lo que en Santiago, donde la responsabilidad no fue de los militares sino de los guerrilleros”. De esta última afirmación, es dable afirmar que Perón conocía que la guerrilla, que asolaba a la Argentina para la época de su mandato presidencial, recibía apoyo logístico y financiero del tirano marxista Fidel Castro. Lo conocía y no hesitaba en difundirlo por los medios periodísticos. No pasemos por alto la grave amenaza que hace a Fidel. Creemos que tal afirmación, dejará sin argumentos justificativos, a quienes sostienen que practicaban el terrorismo, como "peronistas" y en nombre del general Perón. Señaló, en tal ocasión algo muy importante, por la trascendencia que tiene para quien trate de investigar la verdad de lo sucedido en esa época: Para el general Juan Domingo Perón, a Salvador Allende no lo derribaron los militares, sino los excesos cometidos por la guerrilla marxista que lo apoyaba. Ellos, los militares chilenos, lo único que hicieron fue salir a enfrentarlos y la guerrilla perdió, lisa y llanamente.

viernes, abril 11, 2008

Capítulo 209: El General Perón Advierte Nuevamente Sobre las Consecuencias Funestas de los Planes del Entrismo


(continuación)
Y si es indiscutible que Perón accedió al poder con mas de seis millones de votos, lo es también que quienes decían representar a la gran masa del pueblo, se representaban a ellos mismos y a sus siniestros fines. Caen entonces, en forma estrepitosa, las afirmaciones de los comunicados dados a publicidad por estos bandoleros, estos pistoleros, ya que en ellos se auto titulan como representantes de todos los argentinos, lo que a todas luces es una farsa. Una sangrienta farsa.
De un somero análisis de las afirmaciones de Perón, resulta ingenuo que alguien piense que las organizaciones subversivas, que actuaron en la década del 70, tuvieran como fin atacar a los enemigos del pueblo y recuperar a la Argentina para su líder. Esta circunstancia creo que no ha sido suficientemente investigada, en ninguna sede jurisdiccional. Insistimos en la necesidad de indagar al respecto, ya que entonces podríamos sacar en conclusión, que los conflictos armados no internacionales, que tuvieron lugar en la Argentina, durante las presidencias constitucionales de Cámpora, Perón y Martínez de Perón y los que tuvieron lugar antes de la asunción del primero, constituyeron una guerra civil, con todas las consecuencias jurídicas que derivan de tal calificación. La Nación Argentina, fue atacada por distintas bandas de terroristas subversivos, quienes tenían como finalidad inmediata o mediata, la toma del Poder, tras derribar al legítimo gobierno constitucional.
Sigamos a Perón, quien prosiguió expresando en la ocasión citada: “Conozco perfectamente lo que está ocurriendo en el país. Los que crean lo contrario se equivocan. Estamos viviendo las consecuencias de una posguerra civil que, aunque desarrollada embozadamente no por eso ha dejado de existir. A ello se le suma las perversas intenciones de los factores ocultos que, desde la sombra, trabajan sin cesar tras designios no por inconfesables menos reales. Nadie puede pretender que todo esto cese de la noche a la mañana pero todos tenemos el deber ineludible de enfrentar activamente a esos enemigos, si no querernos perecer en el infortunio de nuestra desaprensión o incapacidad culposa.” (…) .
Poniendo de relieve, una vez mas, su estatura política, en esa ocasión sostuvo en forma visionaria que: “Los que ingenuamente piensan que pueden copar a nuestro Movimiento o tomar el poder que el Pueblo ha reconquistado, se equivocan. Ninguna simulación o encubrimiento, por ingeniosos que sean, podrán engañar a un Pueblo que ha sufrido lo que el nuestro y que está animado por una firme voluntad de vencer.”

martes, abril 08, 2008

Capítulo 208 - Perón Denuncia a la Subversión Como "Agentes del Caos"

(continuación)

Agentes del caos son los que tratan, inútilmente, de fomentar la violencia como alternativa a nuestro irrevocable propósito de alcanzar en paz el desarrollo propio y la integración latinoamericana, únicas metas para evitar que el año 2000 nos encuentre sometidos a cualquier imperialismo.
Superaremos también esta violencia, sea cual fuere su origen. Superaremos la subversión. (N.de la R.:Aparentemente en la Argentina nadie se ha formulado el interrogante que surge, naturalmente, de los propios dichos del general: ¿A que subversión se refiere? Perón hizo alusión a los terroristas que sembraban el pánico en nuestro país, en esa época tan desgraciada para la Argentina. Sólo la muerte y la sangre se destacaban. El miedo impedía despegar.... ¿Alguien se seguirá interrogando sobre quienes son los subversivos, a los que el general Juan Domingo Perón, hace referencia en toda ocasión?)

"Aislaremos a los violentos y a los inadaptados. Los combatiremos con nuestras fuerzas y los derrotaremos dentro de la Constitución y la Ley. Ninguna victoria que no sea también política es válida en este frente. Y la lograremos. Tenemos no sólo una doctrina y una fe, sino una decisión que nada ni nadie hará que cambie. “(…) “Venimos haciendo en el País una revolución en paz para organizar a la comunidad y ubicarla en óptimas condiciones a fin de afrontar el futuro. Revolución en paz significa para nosotros desarmar no sólo las manos sino los espíritus, y sustituir la agresión por la idea, como instrumento de lucha política.” (Extraído de la web: http://www.adiaz.com.ar/Discursos/lkDis.html)

El 21 de junio de 1973, ya había reafirmado en otro discurso, su pensamiento respecto al temperamento que debía adoptar la ciudadanía. Instó nuevamente a desarmar los espíritus, y advirtió severamente a “los factores ocultos que, desde la sombra, trabajan sin cesar tras designios no por inconfesables menos reales” y recalcó “Cada argentino piense como piense y sienta como sienta, tiene el inalienable derecho a vivir en seguridad y pacíficamente. El Gobierno tiene la insoslayable obligación de asegurarlo. Quien altere este principio de la convivencia, sea de un lado o de otro, será el enemigo común que debemos combatir sin tregua, porque no ha de poderse hacer nada en la anarquía que la debilidad provoca o en la lucha que la intolerancia desata.”
Es interesante señalar que el entonces Presidente de la Nación, afirmó enfáticamente, que cada argentino “tiene el inalienable derecho a vivir en seguridad y pacíficamente.” Y a su vez el gobierno tiene la obligación de asegurarlo. Así se procedió cuando el Poder Ejecutivo de esa época, sancionó las normas necesarias, para juzgar a los imputados de terrorismo y sedición. Que sepamos nadie criticó, al menos públicamente, a Perón por tales afirmaciones.