Argentina, país que inventó el juego criollo del Truco, apeló a tal invento vernáculo. La imaginación ilimitada de ideólogos y activistas de la izquierda radicalizada, ideó el denominado “Terrorismo de Estado”, tipo penal que nadie conoce, que no figura tipificado en el Código Penal Argentino, sino en las mentes calenturientas de esos ideólogos de la subversión. Y también apeló, por carácter transitivo a los delitos de Lesa Humanidad y a los Crímenes de Guerra. Por cierto, que otros ciudadanos, ajenos a tales pensamientos gramscianos, sin embargo inocentemente, aceptaron tan peregrina tesitura, cuya finalidad fue destruir la sociedad en la que vivimos.
Estimamos que no es la ocasión de discutir al respecto, pero sí es la ocasión de dejar aclarado que en España, cosa que los argentinos no tenemos la obligación de conocer, en la época en que era jefe de gobierno Felipe González, existió una organización similar a la Triple A, denominada G.A.L. o sea “Grupos Antiterroristas de Liberación”, agrupaciones que practicaron el denominado terrorismo de Estado contra el grupo terrorista ETA y su entorno etarra, durante la década de 1980. Actuaban, con silencio cómplice y cómplice del Estado Español, de una manera clandestina, tal como lo hizo la Triple A en su oportunidad. Fueron creados y dirigidos por altos funcionarios del Ministerio del Interior de España.
La Justicia española, por medio del Tribunal Supremo en el Caso Marey, en el considerando nº 28 resolvió sobre la prescripción opuesta en esas actuaciones. Nada se dijo, en tal ocasión sobre la presunta comisión de Delitos de Lesa Humanidad o Crímenes de Guerra, a pesar de ser uno de los objetos procesales adecuados a tales juiciuos y se rechazó la excepción de prescripción de la acción penal, conforme las normas legales del derecho penal común.
Estimamos que no es la ocasión de discutir al respecto, pero sí es la ocasión de dejar aclarado que en España, cosa que los argentinos no tenemos la obligación de conocer, en la época en que era jefe de gobierno Felipe González, existió una organización similar a la Triple A, denominada G.A.L. o sea “Grupos Antiterroristas de Liberación”, agrupaciones que practicaron el denominado terrorismo de Estado contra el grupo terrorista ETA y su entorno etarra, durante la década de 1980. Actuaban, con silencio cómplice y cómplice del Estado Español, de una manera clandestina, tal como lo hizo la Triple A en su oportunidad. Fueron creados y dirigidos por altos funcionarios del Ministerio del Interior de España.
La Justicia española, por medio del Tribunal Supremo en el Caso Marey, en el considerando nº 28 resolvió sobre la prescripción opuesta en esas actuaciones. Nada se dijo, en tal ocasión sobre la presunta comisión de Delitos de Lesa Humanidad o Crímenes de Guerra, a pesar de ser uno de los objetos procesales adecuados a tales juiciuos y se rechazó la excepción de prescripción de la acción penal, conforme las normas legales del derecho penal común.