lunes, abril 30, 2012

Capítulo 493 - En ocasión de sugerir una revolución en Paz, Perón critica al infantilismo revolucionario.





(continuación)

Volviendo al tema del viaje europeo de Evita, señalaron los medios que “En cambio los partidarios de la derecha, la recibieron como uno de los suyos, en forma harto entusiasta. El diario La Vanguardia, de España, el 23 de julio de ese año nos decía al respecto, con relación a su estadía en Francia: “La esposa del presidente Perón «ha conquistado París», dicen los periódicos de derechas, mientras que los de izquierda guardan el mayor silencio en relación con su estancia en la capital.  “L 'Epoque” dice que unas horas han bastado a la señora de Perón para conquistar a los parisienses. “Esta gran señora, esposa del Presidente argentino, es  una mujer hermosa, llena de gentileza y sencillez. A pesar de la malevolencia y del mal gusto de la Prensa comunista, los franceses saben con qué interés la señora de Perón ha defendido siempre, con su marido, la causa de Francia. Los franceses le han dado muestras de estimación y gratitud”. “Le Pays” dice que “es una trabajadora extraordinaria, tanto por su misión como por su juventud y belleza, su caridad y su dinámica personalidad.” 

“La  Matin” titula su información así: “La diplomática y bella señora desea probar que la Argentina no es una dictadura”. A continuación se da una completa relación de su visita, de las exportaciones argentinas a Francia y una entrevista con un diplomático argentino, cuyo nombre no indica, recalcando los aspectos democráticos del Gobierno de la Argentina. Los directivos de la central obrera de allí o sea la  CGT de Francia, eran de origen comunista. Y sucedió algo insólito para quienes militando en la izquierda criolla, utilizan el nombre de Evita. Nos señala el mismo periódico: “La Agencia United   Press informa que una delegación de la Confederación General del Trabajo ha acudido al Ministerio de  Asuntos  Exteriores para protestar contra el “innecesario” alarde de atenciones oficiales que se viene prodigando a la esposa del Presidente argentino durante su estancia en la capital francesa. En la nota entregada por la mencionada Organización se protesta de la recepción de dicha visitante por el presidente Auriol y se agrega que el carácter particular de la visita de la esposa del general Perón daba ocasión para que el Gobierno francés se mostrara menos comedido en cuanto a la  participación oficial en los agasajos a aquélla”.  

Una crónica remitida a Londres, por correo aéreo, y publicada por el diario español La Vanguardia, el 24 de julio de 1947, daba cuenta que: “El lunes pasado, mientras esperaba en el aeródromo de Orly a la esposa del presidente Perón, recordaba el curioso desarrollo de las campañas que se han hecho aquí en Francia contra la ilustra estadista argentina. Fueron sus iniciadores los comunistas y la violencia de las mismas no cesó hasta la negociación, de cierto Tratado o Acuerdo comercial que vino a demostrar cómo, países ideológicamente distintos, pueden establecer contactos en el terreno económico cuando los intereses de ambos coinciden en ellos. Entonces, la Prensa comunista francesa puso momentáneamente sordina a sus vituperaciones y procuró eludir el tema. Pero el impulso estaba dado y otros siguieron su inercia. 

Hay que tener presente para comprender esto que durante bastante tiempo “L'Humanité” pretendió expresar la ortodoxia pura de la resistencia. Se asistía con sorpresa a la repetición de campañas claramente marxistas en periódicos que no lo eran, como si grandes sectores de la opinión francesa hubiesen perdido durante la guerra su contenido político y fuesen concavidades sin voz, sólo aptas para el eco. Esta carencia de iniciativa en los sectores no comunistas, que ha desaparecido en parte ya, concedía de hecho una especie de monopolio al que lo era. Aunque no sus entusiasmos, se acataban casi todos sus odios. Para liberarse de un juicio reaccionario o simplemente antimarxista, que entonces era bastante comprometedor, ciertos publicistas trataban de hacer méritos. Y quien sentía un vago sentimiento de pudor que le impedía tomar a sus propios compatriotas como blanco de su reciente rigor revolucionario, o buscaba en el terreno internacional. 

Y con “L'Humanité” a la vista, disparaban unas veces contra el jefe del Estado argentino y otra contra el Jefe del Estado español. “Se echaba de ver que ni siquiera se habían tomado la molestia de enterarse. Eran simples maniobras políticas de tipo personal. Todo esto me venía a la memoria, repito, en el aeródromo de Orly, donde dos centenares de personas aguardaban a la ilustre dama argentina. Si en vez de haber dado a su estancia en París un carácter puramente protocolario se hubiese hecho algo más popular, no habrían sido doscientas, sino dos mil las que hubiesen estado en el aeropuerto, parisiense para recibir a la esposa del presidente Perón, que goza aquí de innumerables simpatías. Ni  es cierto que haya en Francia, como afirma parte de la Prensa de este país, un sentimiento  espontáneo de antipatía hacia el presidente Perón ni hacia la política que encarna. Hay reacciones provocadas artificialmente en los medios colonizados por el marxismo, que no es lo mismo. Antes de ir a Orly, conversé un momento con el padre Benítez," organizador de esta triunfal embajada europea. El pensaba que los artículos indecorosos publicados estos días en la Prensa parisiense, habían sido inspirados por ricos argentinos antiperonistas, de la capital francesa, y que un hombre liberal que ocupaba la más alta magistratura del Estado por elección popular y cuya política social alarma a la plutocracia, no debería despertar recelo alguno entre los trabajadores. A lo que yo contesté: —Padre: todo lo que usted dice es verdad. Pero aquí, en Europa, el marxista odia menos a un régimen antiobrero, de cuyo derrocamiento está seguro, que a  otro que pueda superarle en el terreno de la justicia social, lo cual considera su monopolio. Al quedarse únicamente con la exclusiva de la sequedad espiritual, piensan que han sido objeto de despojo. 
Eran poco más de las cinco de la tarde, cuando el aparato de la Flota Comercial Aérea Argentina, dónde viajaba la señora de Perón, apuntaba en el cielo. Nuestro embajador señor Aguirre de Carcer y el ministro de Asuntos Exteriores francés, señor Bidault, que habían conversado durante la espera, se adelantaron hacia el lugar del aterrizaje, donde les habían precedido el embajador de la Argentina y otros diplomáticos sudamericanos. El avión se posó, giró para presentar su flanco izquierdo, el de la portezuela a las personalidades congregadas en él aeródromo, y se detuvo. La señora de Perón, comenzó a descender la escalerilla arrimada al trimotor. Iba vestida de blanco, y sonreía. Una salva de aplausos la acogió. Los fotógrafos de Prensa sé precipitaron hacia ella después de desigual combate con la policía, que pretendía alejarlos. La retrataron, sola primero, luego con el señor Bidault que le había dado efusivamente la bienvenida. Cinco minutos después, una caravana compuesta por unos treinta o cuarenta coches, se dirigía rápidamente hacia la capital. A la puerta del Ritz, en la plaza de Vendóme, un centenar de argentinos, que no habían podido ir al aeródromo, esperaban a la ilustre embajadora. Nuevamente sonaron aplausos. De cada tienda de los alrededores asomaban enracimadas las cabezas rubias de las vendedoras. Algunos transeúntes se detuvieron sorprendidos. Dos obreros que pasaban en bicicleta preguntaron a un guardia: — ¿Quién es?—Madame Perón — contestó éste. —Es muy gentil — dijo uno, de ellos, contemplándola mientras entraba al hotel. He repetido la frase para que se aprecie el matiz. Gentil. Es decir «gentil» revela en los labios de un hombre del pueblo un movimiento cordial, el que habría manifestado todo París, si el sectarismo no actuase como corrosivo en los impulsos espontáneos de la multitud. En esta ocasión el Gobierno y el pueblo de Francia habrían podido coincidir en una misma manifestación de gratitud y simpatía. Pero aquel ha estado solo, y a éste, que sería feliz si recobrase su antigua capacidad de entusiasmo, no se le invita a aplaudir, sino a amenazar. Ha sido en la misma plaza Vendóme,  en el breve espacio, que media entre la calzada y la puerta del Ritz, donde doña María Eva Duarte de Perón ha logrado su primera victoria parisiense: Dos obreros se han detenido a contemplarla. Unas vendedoras, han mezclado sus aplausos a los de la Colonia argentina. Así, con pequeños hechos, al parecer insignificantes, es cómo se conquista en esta capital la auténtica popularidad. No hay cómo la presencia para destruir la leyenda. Y la presencia de la señora de Perón ha tenido la virtud, como explicaré mañana, de disipar muchas de las nieblas que artificialmente se creaban aquí para ocultar la espléndida realidad que es hoy la República Argentina.” 

Perón no tenía simpatía hacia el comunismo, más aun, cuando tenía la ocasión de criticarlo, lo hacía filosamente. En numerosas oportunidades hizo conocer Perón su opinión al respecto. Dijo el general: “Los que han de conducir el Movimiento Peronista en el futuro, cuyas autoridades saldrán de lo que decida este Congreso, deben pensar que nosotros estamos realizando una verdadera revolución, fuera del infantilismo revolucionario, que no es lo mismo. Estamos realizando una revolución, pero en paz, utilizando, como he dicho yo, dos ingredientes que la revolución pone en juego, que es la sangre y el tiempo. Si queremos ganar tiempo, gastaremos más sangre, y si queremos ahorrar sangre, utilizaremos más tiempo. Al gasto de sangre, nosotros preferimos el gasto de tiempo.” (…) (Discurso de Perón, del 24-05-1974 en el Teatro Nacional Cervantes).  

Capítulo 492 - Los marxistas pretenden apoderarse de la memoria de Eva Perón.






(Continuación)


Sigue Evita reseñando en el texto anteriormente citado: “Me repugnaba asimismo otra cosa: que la fórmula para la solución de la injusticia social fuese un sistema igual y común para todos los países y para todos los pueblos y yo no podía concebir que para destruir un mal tan grande fuese necesario atacar y aniquilar algo tan natural y tan grande también como es la Patria. Quiero aclarar aquí que hasta no hace muchos años, en este país, muchos “dirigentes” sindicales (a sueldo) consideraban que la Patria y sus símbolos eran prejuicios del capitalismo, lo mismo que la religión. El cambio que después hicieron es otra razón que me hizo desconfiar de la sinceridad de estos “ardientes defensores del pueblo”.

“La lectura de la prensa que ellos difundían me llevó, eso sí, a la conclusión de que la injusticia social de mi Patria sólo podría ser aniquilada por una revolución; pero me resultaba imposible aceptarla como una revolución internacional venida desde afuera y creada por hombres extraños a nuestra manera de ser y de pensar. Yo sólo podía concebir soluciones caseras, resolviendo problemas a la vista, soluciones simples y no complicadas teorías económicas; en fin, soluciones patrióticas, nacionales como el propio pueblo que debían redimir.

¿Para qué -me decía yo- aumentar, por otra parte, la desgracia de los que padecen la injusticia quitándoles, de ese mundo que estaban acostumbrados a contemplar, la visión de la Patria y de la Fe?  Me decía que era como quitar el cielo de un paisaje. ¿Por qué, en vez de atacar constantemente a la Patria y a la religión, no trataban los “dirigentes del pueblo” de poner esas fuerzas morales al servicio de la causa de la redención del pueblo?  Sospeché que aquella gente trabajaba más por el bienestar de los obreros, por debilitar a la nación en sus fuerzas morales.  ¡No me gustó el remedio para la enfermedad!  Yo sabía poco pero me guiaba mi corazón y mi sentido común y volví a mis pensamientos de antes y a mis propios pensamientos, convencida de que no tenía nada que hacer en aquella clase de luchas. Me resigné a vivir en la íntima rebeldía de mi indignación. A mi natural indignación por la injusticia social se añadió, desde entonces, la indignación que habían levantado en mi corazón, las soluciones que proponían y la deslealtad de los presuntos “conductores del pueblo” que acababa de conocer. ¡Me resigné a ser víctima!”. 

Los que se autocalifican de  “montoneros”, diciéndose “peronistas -a quienes quieran oírlos en el fondo confiesan que son marxistas-, es evidente que les debe caer muy mal lo que sostenía Evita, lo que señalaba Perón. Salvo que para ellos, se haya creado una agrupación peronista a su gusto y paladar.  En la actualidad podemos observar que para este grupo, todo se trata de un negociado mercantil de la peor laya. Recordemos que el grupo al que hacemos referencia, fue expulsado de la Plaza de Mayo por el general Juan D. Perón, a quien ellos alegaban subordinación y admiración. Mentiras que no se creyó el citado, ya que se dio cuenta con la perspicacia que lo caracterizaba, que sencillamente lo estaban usando.  Esta juventud, denominada a veces como “jóvenes utópicos” o “juventud maravillosa”, no tiene la menor idea de que su ídolo, su Líder el General Juan Domingo Perón, no comulgaba con la generalmente conocida como “zurda”.  

En 1947 el general Perón la mandó a Evita a diversos países de Europa, como su representante personal. En la ocasión varios diarios de allá se hicieron eco de tal importante visita. Acotemos que los partidarios de la izquierda la ignoraron. Creemos que quienes encabezan o fundaron agrupaciones, que denominan Evita o similares, y sostienen que “Si Evita viviera sería montonera” se equivocan de cabo a rabo. Evita fue ignorada durante su viaje por las centrales obreras manejadas por los comunistas. Los medios de esa ideología la atacaron, con el argumento de que era fascista, no solo por sostener tal ideología sino por haber recibido de manos del generalísimo Francisco Franco la Orden de Isabel La Católica. No podrían nunca entender a Eva Perón. Estaban y actualmente están en otra cosa. Pero como los tiempos cambiaron, con un don de oportunidad y un cinismo que asombra, pretenden ser peronistas y partidarios de Evita, la misma que hace décadas tanto en Europa como en la Argentina, atacaron con extrema  crudeza siendo blanco de sus insultos y críticas salvajes. Repasando sus discursos en España, por ejemplo, se cansó de hacer saber a los españoles que en la Argentina, el general Juan D. Perón sostenía la misma aspiración de Franco, en cuanto al bienestar de los trabajadores y la justicia social. Regresó a la Argentina portando otra condecoración que Franco otorgó al general Perón, la más alta de España. Tales datos, revelan la consideración que ella tenía hacia la España franquista y a su líder. A poco que hagamos una ligera reflexión, veremos que la pretendida militancia de Evita, en las filas de la izquierda revolucionaria, no es sino una trampa sutil destinada a confundir a la gente. Fue  ideada por los propios militantes revolucionarios subversivos, a fin de lograr que gran parte de la masa trabajadora se acerque a ellos, cosa imposible durante el lapso que vivió Perón

Otro de los fines que llevaba el “secuestro” de la memoria de Evita fue ungirla como mascarón de proa de las organizaciones terroristas y tratar por este medio de opacar la memoria de su maestro y mentor, es decir el general Juan D. Perón. Habilísima maniobra que no ha sido estudiada como elemento probatorio, por los magistrados que instruyeron los sumarios relacionados con la actuación de la subversión, en  al década del 70. Ciertas organizaciones terroristas, obedecían las órdenes e instrucciones, relacionadas con su actividad subversiva,  dadas desde el exterior, desde La Habana, para ser más precisos. No les importó tal circunstancia, a quienes juzgan. Nuestra Justicia exigió que la denuncia contra los terroristas subversivos, fuera acompañada de la pertinente prueba, en su totalidad, suficiente como para declarar a los imputados como responsables  prima facie, de la autoría de los eventos criminosos subversivos que se le endilgaban.  Un poco mas, se exigía por parte del juez se adjuntara un borrador de la ulterior sentencia. 

Nosotros entendemos que la adquisición de los elementos probatorios, era una tarea de cada juez como así también la valoración de ellos, colaborando los fiscales y eventualmente los querellantes si los hubiere. Ni el Tribunal de Casación lo entendió de tal forma, como por ejemplo en el caso del atentado a las oficinas de Coordinación Federal, tantas veces referido y que se imputa a miembros de la banda de delincuentes conocida como “Montoneros”.

sábado, abril 28, 2012

Es una burda patraña que Evita haya militado alguna vez en la izquierda marxista-leninista como burdamente, nos quieren hacer creer.




                                                                      
(Continuación)

Sigue Evita reseñando en el texto anteriormente citado: “Me repugnaba asimismo otra cosa: que la fórmula para la solución de la injusticia social fuese un sistema igual y común para todos los países y para todos los pueblos y yo no podía concebir que para destruir un mal tan grande fuese necesario atacar y aniquilar algo tan natural y tan grande también como es la Patria. Quiero aclarar aquí que hasta no hace muchos años, en este país, muchos “dirigentes” sindicales (a sueldo) consideraban que la Patria y sus símbolos eran prejuicios del capitalismo, lo mismo que la religión. El cambio que después hicieron es otra razón que me hizo desconfiar de la sinceridad de estos “ardientes defensores del pueblo”.

“La lectura de la prensa que ellos difundían me llevó, eso sí, a la conclusión de que la injusticia social de mi Patria sólo podría ser aniquilada por una revolución; pero me resultaba imposible aceptarla como una revolución internacional venida desde afuera y creada por hombres extraños a nuestra manera de ser y de pensar. Yo sólo podía concebir soluciones caseras, resolviendo problemas a la vista, soluciones simples y no complicadas teorías económicas; en fin, soluciones patrióticas, nacionales como el propio pueblo que debían redimir.

¿Para qué -me decía yo- aumentar, por otra parte, la desgracia de los que padecen la injusticia quitándoles, de ese mundo que estaban acostumbrados a contemplar, la visión de la Patria y de la Fe?  Me decía que era como quitar el cielo de un paisaje. ¿Por qué, en vez de atacar constantemente a la Patria y a la religión, no trataban los “dirigentes del pueblo” de poner esas fuerzas morales al servicio de la causa de la redención del pueblo? Sospeché que aquella gente trabajaba más por el bienestar de los obreros, por debilitar a la nación en sus fuerzas morales.  ¡No me gustó el remedio para la enfermedad!  Yo sabía poco pero me guiaba mi corazón y mi sentido común y volví a mis pensamientos de antes y a mis propios pensamientos, convencida de que no tenía nada que hacer en aquella clase de luchas. Me resigné a vivir en la íntima rebeldía de mi indignación. A mi natural indignación por la injusticia social se añadió, desde entonces, la indignación que habían levantado en mi corazón, las soluciones que proponían y la deslealtad de los presuntos “conductores del pueblo” que acababa de conocer. ¡Me resigné a ser víctima!”. 

A quienes se autocalifican de  “montoneros”, diciéndose “peronistas" -a quienes quieran oírlos en el fondo confiesan que son marxistas-, es evidente que les debe caer muy mal tanto estas expresiones de Evita como las similares del general Perón. Salvo que para ellos, se haya creado una agrupación peronista a su gusto y paladar.  En la actualidad podemos observar que para este grupo, todo se trata de un negociado mercantil de la peor laya.  Esta juventud, denominada a veces como “jóvenes utópicos” o “juventud maravillosa”, no tiene la menor idea de que su ídolo, su Líder el General Juan Domingo Perón, no comulgaba con la generalmente conocida como “zurda”.  

En 1947 el general Perón  envió a Evita a diversos países de Europa, como su representante personal. En la ocasión varios diarios locales se hicieron eco de tal importante visita. Acotemos que, como es lógico habida cuenta la ideología peronista que pregonaba, los partidarios de la izquierda la ignoraron. Actuaron guiados por la lógica, ya que no se trataba de una de las suyas, tal como pertinazmente el oficialismo y los suyos pretende hacernos creer. Nosotros afirmamos, con fundamento en todos estos antecedentes, que quienes encabezan o fundaron agrupaciones, que denominan Evita o similares, y sostienen que “Si Evita viviera sería montonera” se equivocan de cabo a rabo. 

Les guste o no a tales personajes, que interpretan una comedia o un drama, resulta imposible ocultar la realidad de lo sucedido. Estos mitómanos de la política tienen  a su favor primero, su inútil y ponzoñosa pasión, por lo que bregan en política y segundo su habilidad en utilizar las mas ruines armas, para convencer al electorado. No trepidan en usar la estafa moral, jugando con el hambre y el legítimo sentimiento,  del presunto beneficiado. Nadie se ocupó de sacar a la luz, que Evita fue ignorada durante su viaje, por las principales centrales obreras europeas,  manejadas por los comunistas. Los medios de esa ideología la atacaron con el argumento de que era fascista, no solo por sostener tal ideología, sino por haber recibido de manos del generalísimo Francisco Franco la Orden de Isabel La Católica. No podrían nunca entender a Eva Perón. Estaban y actualmente están, en otra cosa. Pero como los tiempos cambiaron, transcurridas ya mas de cuatro décadas, con un don de oportunidad y un cinismo que asombra, pretenden ser peronistas y partidarios de Evita, la misma persona a la que hace décadas,  tanto en Europa como en la Argentina, atacaron con extrema  crudeza siendo blanco de insultos y críticas salvajes. 

Repasando sus discursos en España, por ejemplo, se cansó de hacer saber a los españoles que en la Argentina, el general Juan D. Perón sostenía la misma aspiración de Franco, en cuanto al bienestar de los trabajadores y la justicia social. Regresó a la Argentina portando otra condecoración que Franco otorgó al general Perón, la más alta de España. Tales datos, revelan la consideración que ella tenía hacia la España franquista y a su líder. A poco que hagamos una ligera reflexión, veremos que la pretendida militancia de Evita, en las filas de la izquierda revolucionaria, no es sino una trampa sutil destinada a confundir a la gente. Fue  ideada por los propios militantes revolucionarios subversivos, a fin de lograr que gran parte de la masa trabajadora se acerque a ellos, cosa imposible durante el lapso que vivió Perón. 

Otro de los fines que llevaba el “secuestro” de la memoria de Evita fue ungirla como mascarón de proa de las organizaciones terroristas y tratar por este medio de opacar la memoria de su maestro y mentor, es decir el general Juan D. Perón. Habilísima maniobra que no ha sido estudiada como elemento probatorio, por los magistrados que instruyeron los sumarios relacionados con la actuación de la subversión, en  al década del 70. 

La realidad nos revela, sin discusión alguna, que ciertas organizaciones terroristas, obedecían las órdenes e instrucciones, relacionadas con su actividad subversiva,  emanadas desde el exterior, desde La Habana, para ser más precisos. No les importó tal circunstancia, a quienes juzgan. Nuestra Justicia exigió que la denuncia contra los terroristas subversivos, fuera acompañada de la pertinente prueba, en su totalidad, suficiente como para declarar a los imputados como responsables  prima facie, de la autoría de los eventos criminosos subversivos que se le endilgaban.  Nosotros entendemos que la adquisición de los elementos probatorios, era una tarea de cada juez como así también la valoración de ellos, colaborando los fiscales y eventualmente los querellantes si los hubiere. Ni el Tribunal de Casación lo entendió de tal forma, como por ejemplo en el caso del atentado a las oficinas de Coordinación Federal, tantas veces referido y que se imputa a miembros de la banda de delincuentes conocida como “Montoneros”. 

Capítulo 491 - Contrariamente a lo que se difunde falsamente Evita no era de izquierda, sino todo lo contrario







                                                                          

Al parecer nuestros jueces y  fiscales, no se encuentran muy al tanto de lo sucedido y de lo publicado por los organismos internacionales que se ocupan del tema y mantienen prejuicios al respecto. Creemos que su tarea es otra. La objetividad debería presidir sus actos, lo que no se concreta. Por  lo que observamos, los jueces y  fiscales, en general, no se caracterizan por su independencia e imparcialidad. Derrotada la subversión, siguió sin embargo su actividad, subterránea, con apariencia del legítimo ejercicio de un  derecho. Los jueces no tienen en cuenta que la subversión que ha conmovido a nuestro país, sigue en la misma senda disimulando sus fines. Creemos que no solamente no se encuentran muy al tanto, de lo que opinan los organismos internacionales más consultados y con mayor prestigio en el mundo sino tampoco han acertado a valorar con equidad y con justicia todo lo relacionado con lo que sucedió en la Argentina, durante ese triste  período. Nada indica que, antes de argumentar sus fallos se hayan valorizado ciertos elementos que, aislados no dicen nada, pero con el respaldo de la abunda prueba documental y testimonial, puede abrir aun más el panorama tornando los fallos hacia una mayor objetividad. 

Sostienen  los especialistas que  “Los países de América, especialmente los latinos, fueron afectados por esta guerra, mediante la explotación de evidentes condiciones de insatisfacción que le servían de pretexto, y así el marxismo   adquirió su paulatina expansión". Por medio de esa guerra hizo pie en Cuba y, de allí, al resto del Continente, un solo paso.  Nuestro país constituyó un objetivo más,  pero prioritario, para las aspiraciones marxistas en el Continente americano, como lo sigue siendo en la actualidad.  "En la Argentina se produjo el enfrentamiento de dos formidables adversarios, que dirimieron su superioridad y disputaron el poder político. La justicia se hizo a un lado, se hizo “la distraída”. Ningún argentino de bien, creemos, puede permanecer indiferente mientras es derribado el régimen institucional que nos rige. Debido a circunstancias que desconocemos, muchos han servido de “idiota útil” sirviendo voluntariamente o no, los fines inconfesables de la subversión. “La defensa de lo nacional contra los intereses foráneos. El orden republicano contra la tiranía marxista. Las fuerzas legales de la Nación contra organizaciones clandestinas asociadas ilegítimamente. Los que defendían los valores argentinos históricos, contra quienes pretendían imponer el sistema totalitario marxista-leninista”. Hubo dos organizaciones enfrentadas: “la legal” y “la subversiva”. Cada una con sus propias autoridades políticas y su poder armado estructurado en comandos, escalas jerárquicas y fuerzas que desarrollaron sus propias estrategias en pos de los propios objetivos de guerra. Las bandas políticas y seudomilitares terroristas, alcanzaron dimensiones tales que les permitía disponer de un aparato político y de estructuras militares del nivel unidades de combate, desplegadas en el territorio nacional y apoyadas por una amplia infraestructura, con capacidad logística y financiera, fábricas de armamento y munición sofisticadas, escuelas de cuadros con promociones y jerarquías, reglamentos y  justicia revolucionaria, “cárceles del pueblo” y cobro de “impuestos” extorsivos revolucionarios, importantes apoyaturas en el exterior, especial pero no únicamente en los campos de comunicación y de la cultura”.  

Al parecer, reiteramos una vez más, nuestra justicia no se ha enterado que la Argentina estuvo al borde del precipicio, al borde de su balcanización y al borde de su “desorganización nacional”. Tampoco se enteró que, si seguíamos así, los jueces iban a ser reemplazados por comisarios políticos con facultades jurisdiccionales. Ni que la actitud a adoptar por los subversivos no obedecía a ellos solamente, sino que era consecuencia de las directivas recibidas, de otros centros subversivos del exterior del país. 

De allí que adherimos a la afirmación de que estábamos a un paso para llegar a la triste conclusión de que la justicia argentina,  no conoce la historia de su país, al menos a fondo. No conoce al movimiento denominado “entrismo” es decir a quienes, profesando ideas de izquierda radicalizada, sostenedores de la ideología marxista-leninista tal como lo hace Cuba en su Constitución Nacional, han ingresado al peronismo, en forma clandestina accediendo por una ventana y no por la puerta grande. Hasta acá sería lógico que los jueces no profundizaran la historia política, desde el riñón del citado partido político. Pero lo que nosotros exigimos de los eventuales  juzgadores, no es la ilustración jurisdiccional respecto de un partido político intrascendente, sino  de lo relacionado con un partido político que durante el lapso de cuarenta décadas, ha gobernado al país o ha tenido singular actividad relacionada con las instituciones gubernamentales. Y precisamente esa enorme influencia en la política vernácula, ha movido que militantes marxistas-leninistas hayan tomado como blanco predilecto a tal Partido, infiltrándose en sus filas, con el objeto de pasar desapercibidos y destruir al gobierno de turno, utilizando el traje de "peronistas". El fin era y sigue siendo, por cierto, implantar un gobierno, un estilo marxista-leninista similar al cubano. No se trata de una falsificación doctrinaria, sino del sangriento intento de implantar una nueva doctrina.  No debemos hacer a un lado que, aunque parezca mentira, es evidente que el “Entrismo” no conocía al Peronismo.  Ni siquiera se tomó el trabajo racional, de leer un poco su historia, para entonces no equivocarse y de tal suerte poder llevar a cabo su tarea, su triste tarea de poder ingresar en  el  aludido partido, aspirando a ejercer las más altas funciones dentro de él, con el propósito de dinamitarlo desde ese lugar.  

En el Capítulo V del libro  “La Razón de Mi Vida”, escrito por Evita, libro que no podrá ser calificado como de autoría de un reaccionario imperialista, nos sintetiza Evita lo que el peronismo pensaba sobre la izquierda. Su autora no puede ser tildada de ignorante del tema, ya que es público y notorio que visitaba a los que ella llamaba cariñosamente sus  “grasitas”. No hesitaba en mezclarse con ellos. Hasta besando a algún leproso, sin asco. En la actualidad, algunos  que  ostensiblemente intentan  imitarla, creo que cuando están entre los pobres, no pueden evitar el gesto  repugnándoles el “olor a pobre que tienen”. Reseña Eva Perón: “Un día me asomé, por la curiosidad que derivaba de mi inclinación, a la prensa que se decía del pueblo.  Buscaba una compañía… ¿No es acaso verdad que casi siempre, en los libros, en los libros y diarios que leemos, buscamos más una compañía que un camino para recorrer o una guía que nos conduzca? Por éso tal vez leí la prensa de izquierda de nuestro país; pero no encontré en ella ni compañía, ni camino y menos quien me guiase.

Los “diarios del pueblo” condenaban, es verdad, al capital y a determinados ricos con lenguaje duro y fuerte, señalando los defectos del régimen social oprobioso que aguantaba el país. Pero en los detalles, y aún en el fondo de la prédica que sostenían, se veía fácilmente la influencia de ideas remotas, muy alejadas de todo lo argentino; sistemas y fórmulas ajenas de hombres extraños a nuestra tierra y a nuestros sentimientos.  Se veía bien claro que lo que ellos deseaban para el pueblo argentino no vendría del mismo pueblo. Y esta comprobación me puso de inmediato en guardia…”

martes, abril 17, 2012

Capítulo 490 - El Principio de Legalidad y la Independencia de los Jueces es garantía de un juicio justo.





(continuación)

Un ejemplo claro del mantenimiento del secreto resultaba evidente dado que, entre los muchos hechos ocurridos, se destacaba el caso de la traición del soldado Invernizi en el Comando de Sanidad del Ejército, donde perdiera la vida el Tcnl Duarte Hardoy, segundo jefe del Regimiento Patricios. No obstante que la unidad iba a ser atacada, no debía tomarse ninguna medida que delatara la evidencia de algún aviso. Se permitió, a requerimiento del jefe de la unidad, a que éste pernoctara en el cuartel la noche del ataque, junto con varios oficiales y algunos suboficiales. Tal cual como había sido planificado, el 23 de diciembre de 1975, en vísperas de la Navidad, se libró el combate que desbarató de un modo definitivo la estructura urbana del ERP, en una de sus operaciones más importantes. A partir de allí, sólo pudo persistir languideciendo en su accionar en los montes tucumanos, hasta que también allí fue aniquilado. El éxito fue de tal magnitud, que el propio “Oso”, desobedeciendo expresas órdenes de que no tomara nuevamente contacto con la organización terrorista, distendió su seguridad, fue ubicado por los efectivos remanentes del ERP y asesinado ( en sus términos ajusticiado), según se publicara en su órgano de difusión “Estrella Roja”. Este relato de los hechos deja claramente establecido el valor trascendente de una infiltración adecuadamente establecida. Muchos son los ejemplos de guerra, que sobre hechos similares se pueden recoger a través de la historia. Este, realizado bajo un gobierno constitucional, resultó de una importancia vital para iniciar el “aniquilamiento legalmente ordenado de las organizaciones subversivas”. (Extraído de la web: “La República atacada”).

Prosiguiendo con lo relacionado con la independencia de criterio de los magistrados, recordamos que la C.I.D.H. señaló que “la efectiva independencia del Poder Judicial es un requisito para la vigencia práctica de los derecho humanos en general”. La Comisión consideró que “El derecho a un juicio justo constituye uno de los pilares fundamentales de una sociedad democrática. Este derecho es una garantía básica del respeto de los demás derechos reconocidos en la Convención, debido a que representa un límite al abuso del poder por parte del Estado”. “La existencia de tribunales independientes e imparciales constituye el núcleo central de un sistema judicial garante de los derechos humanos. La Constitución, las leyes y las políticas de un país deben asegurar que el sistema judicial sea verdaderamente independiente de los demás poderes del Estado. (…) Si los jueces no pueden evaluar los hechos y aplicar la ley, tanto nacional como internacional, el sistema judicial se vuelve arbitrario.  (…) 

El principio de independencia de los jueces no está dirigido a otorgarles beneficios personales;  su justificación es proteger a los individuos contra los abusos de poder y garantizar una recta administración de justicia. En consecuencia, los jueces no pueden decidir casos en forma arbitraria de acuerdo con sus preferencias personales, solamente deben aplicar el derecho a los hechos. En el caso de los fiscales su deber es el de investigar e  “instituir” (sic) procesos en todos los casos de violación de los derechos humanos, sin perjuicio de quien los haya perpetrado. (…)  Nos dice que el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos dispone en su artículo 14 que todas las personas son iguales ante los Tribunales y Cortes de Justicia. Mientras que el Comité de Derechos Humanos, órgano encargado de vigilar el cumplimiento del Pacto, ha sostenido en forma inequívoca que el derecho a ser juzgado por un tribunal independiente e imparcial “es un derecho absoluto que no puede ser objeto de excepción alguna”.

En lo que se refiere a la garantía de un juicio justo, el juez o el tribunal de la causa, deben ser completa y absolutamente independientes. No en vano todos los instrumentos internacionales de derechos  humanos se refieren a un juicio justo por  “un tribunal independiente e imparcial”. Según el Comité de Derechos Humanos el derecho a ser juzgado por un tribunal independiente e imparcial es “un derecho absoluto que no admite excepciones”.  (…) La recomendación del   “Consejo de Europa sobre la independencia, la eficiencia y función de los jueces” establece que la independencia de los jueces debe garantizarse mediante la introducción de disposiciones en las constituciones u otra legislación y que “Los poderes ejecutivo y legislativo deben asegurar que los jueces sean independientes y que no se adopten medidas que puedan poner en peligro la independencia de los jueces”.  (…) El principio de un poder judicial independiente deriva de los principios básicos del Estado de derecho, específicamente del principio de división de poderes. El Comité de Derechos Humanos ha dicho que los principios de legalidad y del Estado de derecho, son inherentes al Pacto.  La Corte Interamericana de Derechos Humanos, también ha hecho hincapié en que “el principio de legalidad, las instituciones democráticas  y el Estado de derecho son inseparables” (…) En virtud de esta división no es aceptable que cualquier rama del poder interfiera en la esfera de las otras”  ya que  “el principio de división de poderes es la piedra fundamental de un sistema judicial independiente e imparcial”.  

Capítulo 489 - Resulta curioso que la justicia no investigue distintos atentados subversivos, so pretexto de que la acción penal se ha extinguido.









Una vez más, entendemos que los fallos emanados de nuestro poder judicial, relacionados con el juzgamiento a los imputados por la violación de los derechos humanos, durante la década del 70, sean militares o no, se caracterizan por ciertas falencias. Cuando leemos el contenido de ellos, nos entran  dudas sobre la independencia de los jueces, tan importante para no comprometer el derecho humano de la defensa, que tienen los encausados. Recordamos que los jueces, así como los fiscales y los abogados tienen un papel fundamental en proteger a las víctimas de violaciones a los derechos humanos.  Claro que nos referimos a todos los encausados y a todas las víctimas. No a un trato distinto a unos y a otros. Recordamos que la existencia de tribunales imparciales e independientes, constituye el núcleo central de un sistema garante de los derechos humanos, en plena conformidad con el derecho internacional de los derechos humanos. (…) Dentro de un sistema judicial, los jueces, abogados y fiscales, deben tener libertad para desempeñar sus deberes profesionales sin interferencia política y deben estar protegidos en el derecho y en la práctica, de todo ataque, acoso y persecución en el desempeño de su actividad profesional, en la defensa de los derechos humanos. (Confr.“Principios Internacionales sobre la Independencia y Responsabilidad de Jueces, Abogados y Fiscales, editado por la Comisión Internacional de Juristas”). 

Si los encargados de administrar justicia, hubieran cumplido puntillosamente con su deber, no sólo habrían adquirido elementos de prueba como los anteriormente reseñados, útiles a los fines del esclarecimiento de los eventos que se les ponían de relieve, sino que hubieran podido ordenar los eslabones de la cadena de probanzas útiles, a los efectos de su augusta misión. El caso del ataque al Batallón Viejobueno, sito en Monte Chingolo, Pcia. de Buenos Aires nos presenta una acabada muestra del éxito que acompañó a las tareas de inteligencia llevadas a cabo por las fuerzas de seguridad y militares, tendientes a prevenir el citado ataque al regimiento militar, por parte de elementos del Ejército Revolucionario del Pueblo. Los elementos de convicción eventualmente adquiridos, no sabemos si existen o no aun. No sabemos tampoco si se incorporó o no a un a investigación, contemporánea o muchos años después del citado evento. Lo más acertado es razonar que ningún juez, apeló a los elementos de juicio colectados por las fuerzas de inteligencia, a fin de poder determinar que fines llevaban los atacantes del cuartel militar. Para individualizarlos. En fin, para realizar la tarea perquisiva que la ley le impone a la Justicia con mayúscula, para que la lleven a cabo con el rigor de la ley, antes que la realicen oportunamente los historiadores. Los fines no son evidentemente los mismos. Lamentablemente es insólito,  que un evento gravísimo como éste, pasan los años y ante la inercia omisiva de la Justicia,  cae en el olvido.

Un caso que ejemplifica el éxito obtenido, es el valor definitorio de lograr infiltrar las organizaciones clandestinas terroristas. Vale aquí considerar el resultado exitoso referido al ataque del ERP a los cuarteles de Monte Chingolo. En su momento se logra infiltrar el ERP en su aparato logístico.  ( …)  era conocido como “el oso” dada su contextura física. La acción de este agente comenzó en los niveles inferiores de la organización terrorista y logró sortear exitosamente las distintas exigencias y comprobaciones a que fue sometido para asegurar su lealtad. Una de estas comprobaciones, la básica e inicial, consistió en que el nuevo “recluta” debía producir un atentado contra un agente policial. Para ello “el oso”, que fue acompañado a la distancia por quienes efectuaban la comprobación, efectuó a corta distancia un disparo contra un agente policial. El proyectil utilizado fue de fogueo y el agente policial -realmente era un agente secreto que vestía uniforme policial- cayó bañado en sangre que por supuesto era de utilería. Previamente a ello dicho agente policial estuvo, con conocimiento solo de determinados autoridades policiales, cubriendo uniformado “su parada “durante varios días.”

“El oso” había hecho el reconocimiento previo para efectuar el atentado y lo había puesto a consideración de sus superiores terroristas, quienes efectuaron repetidas comprobaciones sobre las características y posibilidades de actuar sobre ese blanco, siendo autorizado para efectuar el operativo, advirtiendo que sería detalladamente vigilado por miembros de la organización para comprobar el hecho. Como modo de corroborar la “realidad” del episodio, se tomaron los recaudos necesarios para que todos los medios de información publicaran el “asesinato” de este agente (noticia cotidiana en esa época), incluso con su correspondiente obituario. Pasada esta comprobación, que por lo general, en sus características, era común para todas las bandas terroristas, “el oso” fue admitido como miembro pleno de la banda del ERP, pasando a integrar el aparato logístico. Esta ubicación le permitió al cabo de un tiempo intervenir en la distribución, a las distintas “compañías” que el ERP tenía desplegadas en todo el país, del numeroso armamento que había robado mediante ataques violentos a cuarteles militares y otros organismos de seguridad. Una de las tantas incógnitas que debieron resolver quienes conducían las operaciones legales, era el momento en que se debía operar contra la banda terrorista. En general la tendencia de los elementos operativos era actuar ante la evidencia de un blanco definido. Sin embargo lo importante era aprovechar la posibilidad de actuar sobre un “blanco” que fuera lo suficientemente rentable para obtener los mayores resultados posibles.

Al mismo tiempo era necesario que el área de inteligencia, procurara por todos los medios preservar la infiltración en busca de algo realmente trascendente, a los efectos de evitar que se perdiera el importante elemento infiltrado sin haber obtenido resultados importantes. Prevaleció este criterio y es así como se logró un rédito de un valor sumamente importante. Sobre esta base, se pudo obtener información sobre la distribución de armamento, con la ubicación precisa de las distintas compañías del ERP que actuaban en el interior del país. Es así como se llega a disponer por anticipado y en todos sus detalles, el plan de ataque que tenía preparado el ERP para el asalto al cuartel de Monte Chingolo. Un Batallón de Arsenales del Ejército, que reunía en sus depósitos la mayor cantidad de materiales de la fuerza en ese entonces. Obtenida la información, se procedió a realizar un minucioso estudio de la forma en que sería trasmitida, y a quienes, este operativo revolucionario. Se lo alertó al jefe de la Unidad, con la prohibición que tomara medidas que pudieran alertar al ERP, poniendo en evidencia que conocían sus planes. Esto fue necesario dado que ya se tenía experiencia de la existencia de agentes -soldados- terroristas infiltrados en lo que ellos llamaban “el ejército enemigo”. También se hizo conocer la situación al Comandante del Primer Cuerpo de Ejército y se le impartió una directiva secreta para el alistamiento de los medios, a suficiente distancia del objetivo, debiendo iniciar el movimiento de sus tropas una vez que fuera atacado el objetivo.  

viernes, abril 13, 2012

Capítulo 488 - Quien se arrepiente es merecedor a la remisión



                                                                                                          La injusticia

(continuación)
Nos señala seguidamente que “ (...) Ningún justificativo nos vuelve inocentes. No hay ‘causas’ ni ‘ideales’ que sirvan para eximirnos de culpa. Se trata, por lo tanto, de asumir ese acto esencialmente irredimible, la responsabilidad inaudita de haber causado intencionalmente la muerte de un ser humano. Responsabilidad ante los seres queridos, responsabilidad ante los otros hombres, responsabilidad sin sentido y sin concepto ante lo que, titubeantes, podríamos llamar ‘absolutamente otro’. Más allá de todo y de todos, incluso hasta de un posible Dios, hay el No Matarás. (…). Este reconocimiento me lleva a plantear otras consecuencias que no son menos graves: reconocer que todos los que, de alguna manera, simpatizamos o participamos, directa o indirectamente, en el movimiento Montoneros, en el ERP (N. de R: Ejército Revolucionario del Pueblo), en la FAR (N. de R: Fuerzas Armadas Revolucionarias) o en cualquier otra organización armada, somos responsables de sus acciones."

Es la primera vez que podemos enterarnos de que alguien, oportunamente tan comprometido con los terroristas, nos señala que ningún ideal justifica quitar la vida a otro ser humano. Reconocemos que se necesita tener muchas agallas para adoptar tal actitud, sobre todo en los tiempos que corren, donde no existe persona que no se jacte de haber "luchado contra los milicos". Son lo que diríamos un "As de cartón" como se  conoce en el vulgo, a este tipo de "sastrecillos valientes". "Repito, no existe ningún ‘ideal’ que justifique la muerte de un hombre, ya sea del general Aramburu, de un militante o de un policía.(...) ¿Qué diferencia hay entre Santucho, Firmenich, Quieto y Galimberti, (N de R: conocidos subversivos) por una parte, y Menéndez, Videla o Massera (N de R: generales los dos primeros y almirante el último), por la otra? Si uno mata, el otro también mata. Esta es la lógica criminal de la violencia. Siempre los asesinos, tanto de un lado como del otro, se declaran justos, buenos y salvadores. Pero si no se debe matar, y se mata, el que mata es un asesino, el que participa es un asesino, el que apoya, aunque sólo sea con su simpatía, es un asesino. Y mientras no asumamos la responsabilidad de reconocer el crimen, el crimen sigue vigente. Más aún. Creo que parte del fracaso de los movimientos ‘revolucionarios’ que produjeron cientos de millones de muertos en Rusia, Rumania, Yugoslavia, China, Corea, Cuba, etc., se debió principalmente al crimen. 

Los llamados revolucionarios se convirtieron en asesinos seriales, desde Lenin, Trotsky, Stalin y Mao, hasta Fidel Castro y Ernesto Guevara. No sé si es posible construir una nueva sociedad, pero sé que no es posible construirla sobre el crimen y los campos de exterminio. Por eso las ‘revoluciones’ fracasaron y al ideal de una sociedad libre lo ahogaron en sangre. Es cierto que el capitalismo, como dijo Marx, desde su nacimiento chorrea sangre por todos los poros. Lo que ahora sabemos es que también al menos ese ‘comunismo’ nació y se hundió chorreando sangre por todos sus poros. Al decir ésto no pretendo justificar nada ni decir que todo es lo mismo. El asesinato, lo haga quien lo haga, es siempre lo mismo. Lo que no es lo mismo es la muerte ocasionada por la tortura, el dolor intencional, la sevicia.  (... )  Aunque pueda sonar a extemporáneo, corresponde hacer un acto de contrición y pedir perdón. El camino no es el de ‘tapar’, como dice Juan Gelman, (N. de R: Juan Gelman, además de escritor, es un jerarca guerrillero que se aburrió de matar o de colaborar para que otros lo hagan. Pertenecía a la banda los Montoneros, similar a los asesinos de ETA) porque eso -agrega- “es un cáncer que late constantemente debajo de la memoria cívica e impide construir de modo sano”. Es cierto. Pero, para comenzar, él mismo (que padece el dolor insondable de tener un hijo muerto, quien, debemos reconocerlo, también se preparaba para matar) tiene que abandonar su postura de poeta-mártir y asumir su responsabilidad como uno de los principales dirigentes de la dirección del movimiento armado Montoneros. 

Su responsabilidad fue directa en el asesinato de policías y militares, a veces de algunos familiares de los militares, e incluso de algunos militantes montoneros que fueron ‘condenados’ a muerte. Él debe confesar esos crímenes y pedir perdón, por lo menos, a la sociedad. No un perdón verbal sino el perdón real que implica la supresión de uno mismo. Es hora, como él dice, de que digamos la verdad. Pero no sólo la verdad de los otros sino ante todo la verdad ‘nuestra’. “El “poeta-mártir” fue uno de los principales dirigentes de Montoneros. Su responsabilidad en el asesinato de militares, policías y algunos familiares de ellos o de militantes de la organización “condenados a muerte” no impidió que el Reino de España lo condecorara ¿????) Según él, pareciera que los únicos asesinos fueron los militares, y no el EGP, el ERP y los Montoneros. ¿Por qué se excluye y nos excluye, no se da cuenta de que así ‘tapa’ la realidad? Gelman y yo fuimos partidarios del comunismo ruso, después del chino, después del cubano, y como tal, callamos el exterminio de millones de seres humanos que murieron en los diversos gulags del mal llamado ‘socialismo real’. ¿No lo sabíamos? El no saber, el hecho de creer, de tener una presunta buena fe o buena conciencia, no es un argumento, o es un argumento bastardo. No sabíamos porque, de alguna manera, no queríamos saber. Los informes eran públicos. ¿O no existieron Gide, Koestler, Víctor Serge e, incluso, León Trotsky, entre tantos otros? Nosotros seguimos en el Partido Comunista hasta muchos años después que el Informe Khruschev denunciara los ‘crímenes de Stalin’. Esto implica responsabilidades. También implica responsabilidad haber estado en la dirección de Montoneros (Gelman dirá, por supuesto, que él no estuvo en la Dirección, que él era un simple militante, que se fue, que lo persiguieron, que lo intentaron matar, etc., lo cual, aun en el caso de que fuera cierto, no lo exime de su responsabilidad como dirigente e, incluso como simple miembro de la organización armada). Los otros mataban, pero los ‘nuestros’ también mataban. Hay que denunciar con todas nuestras fuerzas el terrorismo de Estado, pero sin callar nuestro propio terrorismo. Así de dolorosa es lo que Gelman llama la ‘verdad’ y la ‘justicia’. Pero la verdad y la justicia deben ser para todos. Habrá quienes digan que mi razonamiento -pero este no es un razonamiento sino una constricción-, es el mismo que el de la derecha, que el de los Neustadt y los Grondona. No creo que ese sea un argumento. Es otra manera de ‘tapar’ lo que pasó. Muchas veces nos callamos para no decir lo mismo que el ‘imperialismo’. Ahora se trata, y es lo único en que coincido con Gelman, de la verdad, la diga quien la diga. Yo parto del principio del ‘no matar’, y trato de sacar las conclusiones que ese principio implica. No puedo ponerme al margen y ver la paja en el ojo ajeno y no la viga en el propio, o a la inversa. Yo culpo a los militares y los acuso porque secuestraron, torturaron y mataron. Pero también los ‘nuestros’ secuestraron y mataron. Menéndez es responsable de inmensos crímenes, no sólo por la cantidad sino por la forma monstruosa de sus crímenes. Pero Santucho, Firmenich, Gelman, Gorriarán Merlo y todos los militantes y yo mismo, también lo somos. De otra manera, también nosotros somos responsables de lo que sucedió. Esta es la base, dice Gelman, de la salvación. Yo también lo creo”. 

Capítulo 487 - Algunos "ejemplos" de la actividad criminal de los "jóvenes idealistas".




                                                         
                                                                                                                  Atentado terrorista

(continuación) 

Permítasenos, con el fin de ilustrar a los lectores a fin de  que extraigan sus propias conclusiones, dar a conocer a título ejemplificativo, cuatro episodios, seleccionados de centenares o de miles, no interesa,  que permiten meditar y valorar,  sobre la esquizofrénica conducta de los denominados “jóvenes idealistas”: 

Refiere R.J.S. que en el año 1973 (gobierno democrático)  salía con una chica que vivía en un departamento con su mamá y sus hermanos de 16 y 7 años, su madre se había separado recientemente. “En vísperas de la navidad recibieron un paquete grande envuelto como regalo de navidad sin tarjeta. Como ya estaban en guardia llamaron a la comisaría 17º, que era la más cercana a su domicilio y concurrió el escuadrón antibombas de la Policía Federal. El paquete contenía una bomba de trotyl que, de haber explotado hubiera terminado con la vida de toda la familia mas la de los vecinos (vivían en un sexto piso con departamentos a ambos lados). ¿Que crimen contra la sociedad habían cometido para merecer esta atención de las organizaciones guerrilleras? Muy simple, el padre de esta chica era el decano de la facultad de Filosofía y Letras de la UBA y no comulgaba con las ideas de izquierda de los "jóvenes idealistas". Nada más y nada menos. La prevención que mencioné antes era porque, anterior al atentado con la bomba les habían quemado una quinta que tenían en la localidad de Brandsen.” 

“Durante mis estudios en la carrera de veterinaria en la UBA me hice amigo de una chica que se llamaba Verónica Basco y, junto a otro amigo solíamos preparar materias en su casa que estaba cerca de la mía.

miércoles, abril 11, 2012

Capítulo 486 - La ideologización de la axiología por parte de la Fiscalía.







(continuación)

A propósito del tema, creemos que resulta una burla a la ciudadanía, que la Fiscalía con su desubicada actitud,  haya expresado una suerte de desconocimiento de tal situación. Antes de emitir dictamen al respecto, hubiera sido interesante que se haya empapado sobre las características de la guerra de guerrillas.  Los grupos subversivos, hicieron valer a su favor  la clandestinidad, el anonimato y la mimetización entre la población civil, a fin de lograr sus sanguinarios fines. Por tal circunstancia, evidentemente no es una tarea fácil intentar probar integralmente la actividad de estos sujetos criminales. Entendemos que, esta compleja tarea no sólo le incumbía al querellante particular sino que también y especialmente, al representante de la sociedad es decir al Ministerio Público. No olvidemos que la finalidad de estos grupos criminales era destruir las instituciones, y la ciudadanía  el único medio al que podía y puede recurrir es a la Justicia, para no repetir hechos desgraciados. 

Pero al parecer, tal actitud no rinde los esperados frutos, ya que los fiscales con su actitud nos demuestran que ellos estiman, que la actividad realizada por los imputados, debía poco menos que ser vertida en documentación societaria y en actas notariales. Es decir que piden un imposible. Lo realmente cierto es que debieron haber investigado. No lo hicieron y muy sueltos de cuerpo sus funcionarios se despacharon alegando que no se había probado, en forma suficiente, la existencia de tales grupos subversivos. El colmo es que hubieran exigido de la accionante el aporte del acta  “fundacional” de tales agrupaciones.  Para la Fiscalía, al parecer, los actos de los sanguinarios y criminales guerrilleros subversivos, son actos ad solemnitaten. Su estrictez en la valoración de las probanzas adquiridas, cuando se interponían querellas contra los terroristas contrastaba siempre con la latitud puesta de manifiesto cuando se trataba de causas criminales seguidas en nuestro país contra militares, por violación de derechos humanos. Observemos que los  distintos organismos internacionales, comenzando por la ONU, y las ONG  cuando tuvieron que hacer  referencia a los terroristas, a los guerrilleros de Colombia, en este caso, que adoptaron los mismos procedimientos que los de nuestro país, no emplearon eufemismos, sino que lisa y llanamente los calificaron como lo que son: como terroristas.

Estimamos que la postura adoptada por la Procuración General de la Nación, al proceder a dar instrucciones a los fiscales, no se ajusta al espíritu que preside el Estatuto original de la Corte Penal Internacional, al que nuestro país ha adherido. En efecto, una ligera recorrida por el contenido del mismo nos permite concluir, como ya lo hemos señalado en el Capitulo 394, que el  Estatuto de Roma de la CPI distingue entre dos categorías de crímenes que se cometen durante “conflictos armados que no son de índole internacional”: (a) violaciones graves del artículo 3 común a los cuatro Convenios de Ginebra; y (b) otras violaciones graves de las leyes y los usos aplicables en situaciones de conflicto armado. 

En ambos casos, el Estatuto establece el nivel mínimo de aplicabilidad de sus disposiciones, estipulando que éstas no se aplican a “situaciones de disturbios y tensiones internas, como motines, actos aislados y esporádicos de violencia u otros actos de carácter similar. Asimismo, si bien el Estatuto no proporciona una definición más precisa del ámbito material de aplicación de las normas relacionadas con las “violaciones graves del artículo 3 común” (artículo 8 (2) (d)), aclara la noción de conflicto armado no internacional para las “otras violaciones graves”. El artículo 8 (2) (f) establece que, en ese caso, las normas se aplican “a los conflictos armados que tienen lugar en el territorio de un Estado cuando existe un conflicto armado prolongado entre las autoridades gubernamentales y grupos armados organizados o entre tales grupos”. 

Dada la referencia explícita al criterio de duración (“conflicto armado prolongado”), cabe preguntarse si el párrafo (2) (f) se limita a aclarar los términos del párrafo (2) (d) sin establecer otra categoría de conflicto o si, por el contrario, propone un tipo diferente de conflicto armado no internacional, con lo cual definiría un nuevo ámbito de aplicación. Esta cuestión es objeto de controversia y aún no se ha resuelto. Algunos expertos consideran que los dos párrafos mencionados hacen referencia a una única situación. En particular, sostienen que la intención de quienes participaron en las discusiones previas a la redacción del Estatuto no era crear una nueva categoría de conflicto armado no internacional, sino que la referencia a la duración contenida en el párrafo (2) (f) tenía por objeto evitar la incorporación al Estatuto del carácter restrictivo del Protocolo adicional II. En cierta forma, se trató de encontrar un punto medio entre el proyecto original, que no hacía distinciones entre los párrafos (2) (d) y (2) (f), y el deseo de ciertos Estados de incluir las restricciones del Protocolo adicional II en el segundo párrafo. Quienes defienden esa postura consideran que su interpretación es la única que acompaña la evolución del derecho consuetudinario, que no distingue entre distintos tipos de conflictos armados no internacionales.  (…) 

Lubanga Dyilo, personaje que no podría nunca haber sido procesado en la Argentina, ya que era un guerrillero sin ninguna conexión con un Estado, compareció como tal ante la Corte Penal Internacional. Cuando acudió en apelación  ante la Sala de Asuntos Preliminares  ésta recurrió al Protocolo adicional II para interpretar el párrafo (2) (f) del Estatuto de la CPI. Con ello, pareció querer dar un sentido claro a la disposición, definiendo un umbral de aplicabilidad específico. La Sala dejó en claro que ese umbral se caracteriza por dos condiciones: "(a) la violencia debe alcanzar cierta intensidad y debe prolongarse en el tiempo; (b) debe participar un grupo armado con cierto nivel de organización, en particular con “capacidad de planificar y llevar a cabo operaciones militares durante un tiempo prolongado”.   

Así expresada, la definición parece distinguir un ámbito de aplicación más estricto que el señalado en el artículo 3 común a los Convenios de Ginebra, pues exige que el conflicto se desarrolle durante cierto tiempo, pero es, no obstante, más amplia que la del Protocolo adicional II, pues no requiere que el/los grupo/s armado/s implicado/s ejerza/n control sobre el territorio. En consecuencia, la categoría de conflicto armado así definida está a mitad de camino entre las categorías mencionadas en el artículo 3 y las del Protocolo adicional II. (…)  El C.I.C.R. destaca en una publicación emanada del citado organismo que “Los conflictos armados contemporáneos no sólo se caracterizan por la aparición de nuevas fuerzas, sino también de nuevas formas. La guerrilla está presente en la mayoría de los campos de batalla modernos: es fluida, ligera, ágil, móvil, clandestina y pretende ser inaprensible. Hunde sus raíces en la población, la cual está amenazada en nuestros días —al menos virtualmente— por las armas modernas. (Vid. Capítulo cit.).

Capítulo 485 - Argentina se obligó convencionalmente a perseguir judicialmente a los imputados por violaciones graves al D.I.Humanitario




(continuación)

Repetimos, como lo hemos citado en el Capítulo 370:  “(…) por una parte, si bien los Estados pueden aplicar libremente su régimen de derecho interno para lograr los objetivos allí previstos,  “esa facultad no disminuye en modo alguno sus obligaciones derivadas de otras normas humanitarias que los conminan a perseguir judicialmente a los responsables de las infracciones y violaciones graves al DIH, a colaborar con otros Estados a fin de lograr la penalización de los infractores –inclusive mediante la extradición de los responsables–, a implementar y a difundir el DIH. (Partes pertinentes del “Prólogo a la Primera Edición en español del Comentario al Artículo 3 Común a los Convenios de Ginebra y del Comentario al protocolo II de 1977  Adicional a Dichos Convenios”).

 En un documento de 51 páginas, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la OEA reafirmó taxativamente su postura, con respecto a la persecución jurisdiccional a los autores de delitos de lesa humanidad y otros similares, expresando lo siguiente: “Los Estados tienen la obligación perentoria de investigar, juzgar y sancionar a los responsables de crímenes de lesa humanidad, crímenes de guerra y/o violaciones a los derechos humanos. Se trata de crímenes de derecho internacional de carácter imprescriptible cuya falta de debido esclarecimiento puede generar la responsabilidad internacional del Estado y habilitar la jurisdicción universal a fin de establecer la responsabilidad penal individual de los implicados. Las víctimas de los crímenes cometidos durante el conflicto armado tiene derecho a la reparación adecuada del daño sufrido que debe materializarse a través de medidas individuales de restitución, indemnización, rehabilitación y garantías de no repetición. Los altos niveles de impunidad y la ineficiencia de la administración de justicia en Colombia exigen que la investigación futura de los crímenes perpetrados por los actores del conflicto se vea respaldada por normas claras y efectivamente consistentes con las obligaciones internacionales. (Diario colombiano El Tiempo – 26-03-12)

Debido a problemas originados en nuestro país, que sería largo y tedioso enumerar, y que posiblemente los podría analizar un experto en ciencias sociales, posiblemente no sea suficientemente conocido en nuestro país que, la guerrilla en nuestro continente fue  impulsada por las autoridades comunistas de la isla de Cuba, las que cumplimentando lo resuelto oportunamente en la conferencia internacional que tuvo lugar en La Habana, en la década del 60, ayudó a las diversas formaciones guerrilleras que, mediante el uso ilegítimo de la fuerza, se propusieron cambiar a las autoridades de cada país Latinoamericano, reemplazándolas por las formaciones castro-comunistas. Sean las autoridades a derrocar,  gobiernos constitucionales o regímenes dictatoriales. El asunto era acceder al poder, por medio de la violencia. Al parecer, muchos de los magistrados que integran nuestro poder judicial, tienen  una flaca memoria, o simpatizan con los que pretendían alzarse contra el Poder o directamente, no tienen la menor idea del peligro que ha corrido nuestra Patria. 

domingo, abril 01, 2012

Capítulo 484 - No puso mayor empeño la Justicia en investigar a fondo el Asalto al Cuartel de La Tablada ni la masacre de las oficinas de Coordinación Federal.




(continuación)


¿Pudo el Ministerio Fiscal pasar por alto la siguiente frase? : “Con el triunfo de Alfonsín en octubre de 1983, se abrieron nuevas perspectivas para los revolucionarios”. Tales palabras, no hacen referencia a la oportunidad de poner en práctica, pacíficamente, ideas surgidas de la sana confrontación, de la democrática discusión. Hacen referencia a la toma de las armas, a fin de imponer "al enemigo" una determinada ideología.Aclaramos que los "enemigos" somos nosotros, el pueblo de a pie.  Al parecer ello tiene sin cuidado a nuestra Justicia, ya que no se molestó en investigar la etiología de los eventos que se anunciaban  poner en práctica. Desde la ocurrencia de los sangrientos hechos, a la fecha, no se investigó absolutamente nada mas que lo que se imputaba a quienes tomaron por asalto el Cuartel Militar del Ejército Argentino, descartándose como centro de imputaciones penales, a quienes los incitaban, a los mentores ideológicos, a los autores mediatos. Al parecer, en el caso de Videla y de sus compinches éste era el autor mediato de cuanto delito internacional había ocurrido en la Argentina. Pero en el caso de estos sanguinarios delincuentes subversivos, con detener a la tropa, se hacía a un lado expresamente a los mentores, a los ideólogos. No se  "molestaba" a los jerarcas, quienes hasta podrían ser designados funcionarios estatales en altísimos cargos y todo finalizaba sin pena ni gloria. Con la perfección de la impunidad elevada al morbo. 

En efecto, fue así, ya que la situación durante ese gobierno permitió el regreso al país de numerosos guerrilleros sin ser molestados y  simultáneamente, fueron liberados los terroristas procesados y condenados durante los gobiernos precedentes. “En ese contexto favorable Gorriarán,  aprovechando el apoyo y sus sólidas relaciones con la conducción del gobierno marxista leninista instaurado en Nicaragua, concibió entonces iniciar la acción revolucionaria nuevamente en la Argentina desde la perspectiva de la antigua OLA (Organización de Liberación de la Argentina), que pretendía  la unidad del PRT-ERP, Montoneros y la Organización Comunista Poder obrero (OCPO), debido a que esta unidad no había llegado a concretarse en 1976 como tenían previsto, por las muertes de Santucho y Urteaga.   (Ver Boletín Nro. 47 citado anteriormente). 

Teniendo en consideración, elementos de convicción como el que hemos citado o muy similares, se hace dificultoso en grado sumo, creer en lo que sostiene el Tribunal en el caso del atentado contra las Oficinas de Coordinación Federal de la Policía Federal, ocasión en que al parecer, en forma ingenua, nos señala que la accionante no ha probado, lo que sostiene en su libelo de acusación en el sentido de que el atentado formaba parte de un plan terrorista-subversivo. Tengamos en cuenta que no se trata de dar por acreditado o no, lo sucedido en un ámbito determinado el país, entre dos o más ignotos actores. No se trata de un hecho cualquiera, de mayor o menor entidad penal.  Se trata nada menos de algo público y notorio y no satisface esta respuesta de los obligados a investigar. No se ha investigado, siquiera si se trataría, prima facie, de delitos internacionales imprescriptibles. No decimos profundizar la investigación, pero al menos indiciariamente se podría haber procedido a averiguar un poco más profundamente y, tanto más cuanto se trató de un asalto nada menos que a una base del Ejército Argentino. El propio Fiscal, representante de la sociedad, el encargado legalmente de la promoción y ejercicio de la acción penal, no puede constitucionalmente, tan suelto de cuerpo, ampararse en instrucciones recibidas de sus superiores a fin de no instar u ordenar medidas de instrucción, destinadas a la adquisición de elementos probatorios, útiles para sustentar la calificación que podría merecer el gravísimo evento aludido. No se hizo. Se trató de un hecho de singular gravedad y no puede pasarse por alto que, existen en el Derecho, instrumentos que no se han usado, lo que posibilitó la impunidad judicial de los atacantes. Como simples ciudadanos, no podemos silenciar que nos resulta, cuanto menos sumamente extraño que nuestra Justicia sea, casi en exceso  rigurosa con quien violaron los derechos humanos, en el caso de que los imputados sean  los militares, pero cuando quienes resultan imputados son los guerrilleros, parecería ampararlos un singular bill de indemnidad.   

“Decía Gorriarán en 1982 - respecto del futuro Movimiento Todos por la Patria (MTP) - “…la  idea que nos motorizaba, la concepción de fondo, consistía en darle continuidad a aquello que se había frustrado con la no concreción de la OLA”. Debido al nuevo escenario político que se abría en la Argentina, los elementos residuales de las organizaciones terroristas subversivas de los años 70 que habían sobrevivido a la guerra revolucionaria pensaban en la necesidad de desarrollar una nueva estrategia para obtener el mismo objetivo: “el poder político”, pero con procedimientos más sutiles que los de la lucha armada. Así se fue pergeñando lo que luego se llamó y actualmente se conoce como la “Guerra Social” (Ver Boletines 91, 92 y 93).

Nos informa el Boletín tantas veces citado, que “En previsión de los tiempos de democracia que se venían Gorriarán, desde Nicaragua, comenzó las reuniones preparatorias para plasmar la nueva forma de lucha revolucionaria junto con Carlos (a) Quito Burgos, que provenía del “Peronismo de Base”, con Pablo Ramos de Montoneros, con Fray Antonio Puijané y con Ruben Dri, llegado de Méjico, estos últimos  del “Movimiento de Sacerdotes del Tercer Mundo”. Era el retorno de los derrotados, tanto en el campo militar como en el político revolucionario y también en el religioso. Por eso y sobre la base de las nuevas condiciones políticas y sociales se abandonó la estrategia de la guerrilla rural y urbana con predominio de lo “militar”, para pasar a la “guerra de masas” con predominio de lo “insurreccional”, a fin de lograr su objetivo de asalto al poder del Estado para imponer la ideología marxista-lennista, sin descartar el uso de la violencia armada, en el momento considerado oportuno".