Los jueces, pasan por alto y no le dan importancia alguna, a una circunstancia que es fundamental en la correcta apreciación de los medios de prueba de las defensas de los imputados por violaciones de los Derechos Humanos. Al parecer solamente a ellos se les puede efectuar tal tipo de imputaciones, y los que violaron esos Derechos, pero si gozan del status de ex-terroristas o siguen siendo terrorristas , son eximidos de esos cargos. A su favor cuentan con el instituto de la prescripción de la acción penal, el Estado sanciona el olvido del accionar criminal de estos feroces asesinos o eventualmente los “perdona”, en aras de una imposible “reconciliación. Y mas que nada, gracias a las mentiras emanadas desde lo alto del mismo Estado, cuentan eventualmente, hasta con el favor de la ciudadanía, a la que torpemente se le miente, con el fin de tenerla esclavizada. Recuerdo una frase famosa de Séneca: “No hay peor esclavitud que la esclavitud voluntaria”.
Estimamos que, aun sin compartir en absoluto la postura jurídica de la justicia argentina, es dable tener por acreditado, sin mayores problemas, que todos los integrantes de las sanguinarias organizaciones terroristas subversivas, los que atacaron las instituciones de la Constitución Nacional, no actuaron en forma autónoma fueron cobijados, ayudados y amparados por el Estado Cubano o sea por el tirano cubano Fidel Castro y los suyos. En una palabra, fueron ayudados por el Estado Cubano, lo que trae aparejado que los terroristas pueden ser, eventualmente, imputados por delitos internacionales.
Si retrocedemos al 15 de enero de 1966, recordemos que en esa fecha, se celebró en La Habana, Cuba la conocida conferencia Tricontinental. Las 27 delegaciones de la América Latina, que concurrieron a la reunión citada, constituyeron la denominada “Organización Latinoamericana de Solidaridad (O.L.A.S.). A un año de su creación, en el mes de julio de 1967 se llevó a cabo en ese mismo lugar la primera reunión de este nuevo organismo, asistiendo, entre otros delegados William Cooke y otros personajes, representando a la Argentina. Chile fue representado por Salvador Allende y así numerosos países latinoamericanos.
La “solidaridad” de estos promotores de la guerrilla internacional, en Latinoamérica consistió en crear un organismo coordinador de la lucha guerrillera en ese territorio. Usaron
La O.L.A.S. prometía también proporcionar “(…) santuario, comunicaciones, entrenamiento y dinero a todas las organizaciones clandestinas que emplean la violencia, como las Brigadas Rojas, los Tupamaros, los Montoneros, el MIR chileno, los comandos palestinos de George Habash, grupos comandos en México, los Macheteros en Puerto Rico, la Organización para la Organización de Liberación de Palestina (OLP), el Comando Budiá, el Frente de Liberación de Carlos Semprún y a otro montón de organizaciones más pequeñas (…). “ Los primeros cuadros de la organización vasca ETA fueron instruidos en la cultura del terrorismo por Cuba ya desde 1964. Con meticuloso cuidado, Castro había usado gruesas sumas de dinero y había ayudado a construir una enmarañada estructura de contactos en Europa que puso a disposición de estas cofradías parroquiales terroristas.”. (http://www.analitica.com/va/internacionales/opinion/7405074.asp).
Se impone una pregunta: ¿A esta altura, alguien con dos dedos de frente, podría dudar un minuto sobre la intervención del Estado de Cuba, en la promoción de la guerrilla en todo Latinoamérica incluyendo, por cierto, a la Argentina? Alguien puede negar, sin ruborizarse, que el Estado Cubano ha proporcionado “santuario, comunicaciones, entrenamiento y dinero a todas las organizaciones clandestinas que emplean la violencia"?