Señala el general Juan D. Perón, algo tan actual que podría haber sido escrito hace unos pocos años o meses, “El comunismo es una doctrina y, a las doctrinas, se las combate con otra doctrina mejor. No con la fuerza, ni la violencia. El Capitalismo ha sucumbido ya frente al comunismo porque no es una doctrina, sino una torpe forma del materialismo explotador que, precisamente, constituye la causa, en tanto el comunismo es la consecuencia. Mientras el capitalismo insista en sus abusivos sistemas de explotación humana y la explotación del hombre por el hombre sea su norma, el comunismo irá adelante con su ritmo tan rápido, como intenso sea el egoísmo capitalista en su ritmo de explotación humana.”
“En último análisis el conflicto se plantea, por ejemplo, sobre la propiedad. En el sistema capitalista el pueblo no tiene acceso a la propiedad y su capitalización es algo poco menos que inalcanzable en las condiciones actuales de la organización capitalista del trabajo. ¿Qué le importa a un trabajador el derecho romano y la propiedad, si él sabe que son cosas que le están prácticamente vedadas? Cuando el comunismo le dice que la propiedad es un prejuicio burgués y que el Estado debe ser el único propietario en beneficio de la comunidad, es lógico que el obrero acepte esto como natural, desde que él considera una injusticia, como en realidad lo es, su miseria en medio de la abundancia.”.
“Cuando nosotros creamos la doctrina justicialista y pusimos en ejecución sus postulados desde el Gobierno Constitucional, capitalizando al Pueblo y asegurando a sus hombres el acceso a la propiedad privada, en poco tiempo casi terminamos con los comunistas. Cuando mediante el plan de viviendas, cada trabajador pudo comprar su casa. Cuando mediante la jubilación universal cada ciudadano aseguró su porvenir contra el infortunio. Cuando los obreros mediante el pago de salarios justos y humanos y el control de los precios ajustados a lo real, pudieron hacer economías y llegaron a poseer ahorros. El comunismo no tenía razón de ser y la gente del Pueblo llegó a reírse, como nos reíamos nosotros, de su prédica”.
“Uno de los terribles errores del comunismo es precisamente la supresión de la propiedad, que ha surgido allí como una consecuencia reaccionaria contra la desposesión del pueblo ruso en sus antiguas organizaciones un tanto medievales. Pero hoy ya se habla allí de la necesidad de reimplantar la propiedad privada, como consecuencia de la experiencia recogida en casi cuarenta años de colectivización. El derecho de posesión es consubstancial con el hombre, desde que el cavernario ocupó la primera cueva que lo fijó a la tierra, destruyendo su nomadismo inquietante y difícil.”
“ … Nosotros, los argentinos mismos, que hemos trabajado incesantemente durante estos diez últimos años, para desterrar el marxismo de las masas, mediante el único expediente racional de oponerle la prédica y la realidad de una doctrina mejor, no estamos seguros aún de que hayamos obteniendo un éxito definitivo. Tal es la fuerza de la prédica anterior, intensificada por la acción negativa del capitalismo imperialista de explotación."
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