lunes, marzo 10, 2008

Capítulo 202 - El general Juan Domingo Perón Corta de Cuajo Toda Relación Con la Guerrilla Marxista

(continuación)



Los ejemplos dados por los jefes y oficiales que han llegado hasta ofrendar sus vidas, tuvo la misma repercusión en los suboficiales y soldados que- con su valentía y espíritu de lucha- repelieron la agresión, con la colaboración de la Armada y la Fuerza Aérea.”Quiero asimismo hacerles presente que esta lucha en la que estamos empeñados, es larga y requiere en consecuencia una estrategia sin tiempo.
El objetivo perseguido por estos grupos minoritarios es el pueblo argentino, y para ello llevan a cabo una agresión integral. Por ello, sepan ustedes que en esta lucha no están solos, sino que es todo el pueblo que esta empeñado en exterminar este mal, y será el accionar de todos el que impedirá que ocurran más agresiones y secuestros.”.
Adelantó el general que, merced a la estrategia integral del gobierno, que lleva a actuar sobre las causas de la violencia, “… la decisión soberana de las grandes mayorías nacionales de protagonizar una revolución en paz y el repudio unánime de la ciudadanía, harán que el reducido número de psicópatas que va quedando sea exterminado uno a uno para el bien de la República.”
El 21 de junio de 1973, ratifica su doctrina, respecto a los subversivos, al manifestar: “Los Peronistas tenemos que retornar a la conducción de nuestro Movimiento. Ponerlo en marcha y neutralizar a los que pretenden deformarlo desde abajo o desde arriba. Nosotros somos justicialistas. Levantamos una bandera tan distante de uno como de otro de los im­perialismos dominantes. No creo que haya un argentino que no sepa lo que ello significa. No hay nuevos rótulos que califiquen a nuestra doc­trina ni a nuestra ideología: somos lo que las veinte verdades peronistas dicen.”
No es gritando la vida por Perón que se hace Patria, sino manteniendo el credo por el cual luchamos. Los viejos peronistas lo sabemos. Tampoco lo ignoran nuestros muchachos que levantan nuestras banderas revolucionarias. Los que pretextan lo inconfesable, aunque cubran sus falsos designios con gritos engañosos, o se empeñen peleas descabelladas, no pueden engañar a nadie. Los que ingenuamente piensan que pueden copar a nuestro Movimiento o tomar el poder que el Pueblo ha reconquistado se equivocan… Por eso, deseo advertir a los que tratan de infiltrarse en los estamentos populares o estatales, que por ese camino van mal”.
Cuando el 22 de enero, recibe a diputados peronistas de la JP, del grupo conocido en los medios, como “La Tendencia”, señaló el general Juan Domingo Perón “En esto se debe actuar de la misma manera que actuamos en el orden político. Nadie está obligado a permanecer en una fracción política. El que no está contento, se va. En este sentido, nosotros no vamos a poner el menor inconveniente. Quien esté en otra tendencia diferente de la peronista, lo que debe hacer es irse. En ese aspecto hemos sido muy tolerantes con todo el mundo. El que no está de acuerdo o al que no le conviene, se va. Pero en ese caso representa ni más ni menos que al movimiento. Lo que no es lícito, diría, es estar defendiendo otras causas y usar la camiseta peronista.”
No podemos dejar de señalar que al acceder al poder el doctor Héctor J. Cámpora, ipso facto alcanzaron el poder las denominadas formaciones especiales. Debido a la inusual presión de sus integrantes, se derogó la calificada por los subversivos, como legislación represiva. Entre tales normas penales, estaban las que tipificaban el delito de terrorismo, por lo que el Estado, como bien lo señalaba el general Perón, se encontró sin mecanismos para sancionar penalmente a los integrantes de las organizaciones extremistas, para el supuesto de que concretara un acto de terrorismo.
Habida cuenta que los entristas, sabían que ellos eran los destinatarios de tales normas penales, en lo más íntimo les repugnaba que el Congreso volviera a sancionar tales leyes. No estaban de acuerdo con el general, en este punto y en otros. Al respecto, así se lo hicieron saber a Perón, quien rechazó sus alegatos, en los términos que reproducimos en la presente.
“En esto hay que proceder con la mayor seriedad porque se trata de cosas trascendentes para el país. En este momento, con lo que acabamos de ver, en que una banda de asaltantes que invoca cuestiones ideológicas o políticas para cometer un crimen, ¿ahí nosotros vamos a pensar que eso lo justifica? ¡No!; un crimen es un crimen cualquiera sea el móvil que lo provoca, y el delito es delito cualquiera sea el pensamiento, o sentimiento, o la pasión que impulse al criminal. Siempre que hay voluntad criminal es un delito y eso lo tiene que penar la ley, no nosotros. Recurrimos a esto porque estamos en un momento crítico para el país; cuando vemos que estos señores en la mayor impunidad y porque no hay con qué sancionarlo, se largan al ataque. Nosotros estamos en la necesidad de contar con una legislación fuerte para parar lo que se está produciendo, que es también fuerte; y a grandes males no hay sino grandes remedios, que es lo que nosotros necesitamos.
En este momento se está asaltando en nombre de no sé qué cosa. Si hasta han tomado ciudadanos; ya los ciudadanos no tienen la seguridad que el Estado tiene la obligación de dar, porque no hay sanción en las leyes para este tipo de delitos, que son nuevos. ¿Cómo es posible que todos los hombres que tengan armas estén amenazados de ser tomados por bandas de delincuentes que se dicen de una tendencia o de otra? No interesa la "tendencia", interesa el delito que cometen. No sé, yo no veo otra solución para estas cosas. Señores: yo estoy totalmente de acuerdo con el bloque que ha resuelto eso. Ahora, lo que hay que hacer después de eso sólo ustedes y cada uno de ustedes lo debe resolver.”

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