lunes, marzo 31, 2008

Capítulo 207 - Reseña el General Perón que el Peronismo no es Marxismo

(continuación)

El rechazo de las posibilidades extremas no sólo se fundamenta en la desconexión de aquellas con la estructura íntima de nuestra nacionalidad, sino también en el hecho de que su adopción implica servir automáticamente al neocolonialismo. “Optar por un modelo equidistante de las viejas ideologías es, consecuentemente, decidirse por la liberación. Por más coherencia que exhiba un modelo, no será argentino si no se inserta en el camino de la liberación.

Es por eso que la progresiva transformación de nuestra patria para lograr la liberación debe, paralelamente, preparar al país para participar de dos procesos que ya se perfilan con un vigor incontenible: la integración continental y la integración universalista. Si aisláramos nuestra respuesta, la comunidad por la que luchamos quedaría a espaldas de un destino superior que espera a todos los hombres que en el mundo comparten ideales de justicia y verdad”. (“Hacia el universalismo” (1974).

Nos ratifica el general Perón que el justicialismo no puede optar ni por el liberalismo ni por el comunismo, así en forma taxativa. Lo que desde luego contraría a cualquiera que poniéndose la “camiseta peronista” intente usar un disfraz ideológico, como muchos partidarios de la izquierda radicalizada hacen. Nuestro empeño en demostrar que Perón no apañaba a la guerrilla marxista, tiene su fundamento básico en la sencilla razón de que, mediante esta mentira, mediante este artilugio increíble, los subversivos se animaron a enfrentarlo, a pesar de difundir a voz en cuello que son “peronistas” con el propósito de engañar a los incautos.
En el discurso que pronunciara ante la Asamblea Legislativa, el 1º de Mayo de 1974, dijo el Teniente General Perón“Nuestra Argentina está pacificada, aunque todavía no vivimos totalmente en paz. Heredamos del pasado un vendaval de conflictos y de enfrentamientos.”
“Hubo y hay todavía sangre entre nosotros; reconocemos esta herencia inmediata a que me he referido, y extraemos de ella la conclusión de su negatividad. Pero no podemos ignorar que el mundo padece de violencia, no como episodio sino como fenómeno que caracteriza a toda esta época. Que caracteriza, diría a toda época de cambio revolucionario y de reacomodamientos, en que un período de la historia concluye para abrir paso a otro.(…) “Agentes del desorden son los que pretenden impedir la consolidación de un orden impuesto por la revolución en paz que propugnamos y aceptamos la mayoría de los argentinos.”

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