lunes, junio 09, 2014

Capítulo 713 - Según Rodolfo Ortega Peña el asesinato de 3 camaradas suyos en Pilar tiene un responsable que es el general Juán Domingo Perón.











(continuación)
Por su parte, la mesa directiva de las 62 Organizaciones Gremiales que controlaba la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y constituía uno de los brazos fuertes de la interna de la CGT, publicó el 14 de septiembre de 1973, una amplia solicitada en el Clarín, titulada “A los asesinos, secuestradores y delincuentes comunes disfrazados de revolucionarios” con la que censuraba duramente al ERP 22 de Agosto por el episodio de las tres solicitadas que obligó a publicar al citado diario.


Más adelante, las 62 Organizaciones  sostuvieron que los integrantes de la banda agresora “usan la cantinela (sic) que ya les escuchamos varias veces. Por ejemplo, hablan de imperialismo. Entiéndase bien: de imperialismo y no de imperialismos. Y usan el singular porque sus patrones les prohíben expresarse con realidad. Porque para ellos el yugo que impone el marxismo que representan no es esclavitud”. Y agregaban: “para ellos, fusilar, asesinar, negar los valores humanos, renegar de la libertad, si se hace en nombre de su amado ‘comunismo’, es “salvación”.

“Hablan de “burocracia sindical” – continuaba la solicitada sindical – o de “burguesía nacional”, niegan la decisión de nuestras Fuerzas Armadas de integrarse al proceso de reconstrucción, pero en toda su dialéctica no utilizan ninguna vez el término servilismo. Y eso tiene su explicación, porque los señores del ERP son sólo sirvientes que viven temerosos de despertar la ira de sus amos.  “Alguien los definió como revolucionarios de opereta. De una opereta trágica en la que ellos se muestran fuertes, aprovechándose de la mesura de todo un pueblo que quiere reconstruir y liberar a la Patria en un clima de paz. “Pero eso se acabó. Ellos eligieron el terreno. Y los argentinos que no sabemos arrugarnos a la hora de la verdad, aceptamos el desafío. A pesar de su disfraz de mascaritas, iremos a buscarlos uno a uno, porque los conocemos. Ni las capuchas, ni los patrones que tienen, podrán salvarlos. Han rebasado la copa y ahora tendrán que atenerse a las consecuencias…”.   (Extraído de “Por Amor al Odio” de  Carlos Miguel Acuña)


Hemos encontrado una mención, on line, relacionada con imputaciones que Rodolfo Ortega Peña hace al general Juan Domingo Perón, como mentor de la denominada Triple A, una organización paraestatal, que se ocupó de secuestrar, torturar y asesinar eventualmente, a izquierdistas que militaban en las organizaciones terroristas. El diario “Avanzada Socialista” perteneciente al partido Socialista de los Trabajadores, del 4 de junio de 1974, al relatar un ataque perpetrado por la Triple A, contra un local partidario, sito en  General Pacheco señaló: “La noche del 29 de mayo de 1974, en el quinto aniversario del Cordobazo, el local del Partido Socialista de los Trabajadores en Gral. Pacheco fue asaltado por una banda de laTriple A como parte de una ofensiva terrorista contra nuestro partido que incluyo el asesinato del obrero Inocencio Fernández, cuatro voladuras de locales, los tres atentados contra mi vida y la “Masacre de Pacheco”, todo acontecido en el mismo mes.”. Refiere que violentando la puerta de acceso y saltando desde los techos y terrazas, ingresó un grupo de 15 personas, provistas de armas largas, a los golpes e insultos. Obligaron a 6 personas que allí se encontraban, a ingresar a los autos, en los que habían sido trasladados.  Tres mujeres fueron liberadas por sus captores,  mientras que los restantes secuestrados permanecían en los baúles. El 30 de mayo de 1974, a la mañana, en la localidad de Pilar, aparecieron sus cadáveres, acribillados a balazos. Sigue relatando la citada web que “El día del entierro de los camaradas, Ortega Peña electrizó al país diciendo “que estos asesinatos tienen un responsable, con nombre y apellido, y ese es el General Perón”. Fue la primera vez que un Diputado Nacional, elegido por el Frente Justicialista que llevo a Perón como Presidente lo hacia responsable por la creciente ola de violencia de la derecha contra activistas sindicales, militantes de la izquierda Peronista y los marxistas. Esas palabras le valieron la condena a muerte que ejecuto Almirón sesenta días después. (www.izquierda.info.modules.com).


Un periodista de nota, Alejandro Guerrero, refiere que “Por lo demás, antes de asumir la Presidencia, Perón había contribuido a la caída de Salvador Allende en Chile al ordenar, por medio de su vicario Héctor Cámpora, que las masas movilizadas en toda Argentina se retiraran de las calles. De inmediato obedecieron la JP y el Partido Comunista, de modo que la dictadura chilena tuvo tranquilidad del otro lado de la cordillera.” “Luego, ya en el gobierno, Perón permitió a una delegación de la Dina, la policía política de Pinochet, instalar una oficina en Buenos Aires, en la calle Moreno, frente al Departamento Central de la PFA, para espiar y perseguir a la colonia de exiliados chilenos. También fueron perseguidos militantes brasileños huidos de la dictadura del general Geisel, y algunos de ellos fueron secuestrados aquí, trasladados a su país y "desaparecidos", de todo lo cual podemos dar detalles en otro trabajo. Pero el Plan Cóndor empezó con Perón, aunque, cierto es, tras el golpe de 1976 adquiriría proporciones alucinantes. (Extraído de la web L.R.21, parte pertinente de un artículo del periodista Alejandro Guerrero). Estas publicaciones on line, no hacen mención a algo que consideramos, sin embargo, es suma de importancia y gravitante, como para poder valorar con veracidad lo sucedido en esa época, tanto en el campo de la extrema izquierda, como en el de la extrema derecha.

La guerrilla pasa por alto adrede,  que es incierto que su nacimiento fuera consecuencia del  Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976,  ejecutado por las Fuerzas Armadas. Los guerrilleros comenzaron a actuar en la Argentina y en otros países vecinos y no vecinos, durante la década del 60 y acentuaron su accionar armado en la siguiente década. La etiología de ella se remonta, entre otras, a lo resuelto, por parte de los distintos  delegados,  a la finalización del IXº Congreso de la IVa. Internacional, ocasión en que se dispuso crear  “ejércitos de liberación nacional”, en los distintos países LatinoamericanosRecordemos que el propio general Juan Domingo Perón, en una de sus disertaciones, pone de relieve tal circunstancia, aunque al pasar, por lo que posiblemente en su momento, no se le dio la fundamental importancia que reviste para poder evaluar todo el cuadro guerrillero que se presentaba no sólo en la Argentina, sino en toda Latinoamérica.


Ese congreso, tal como lo recordó Perón oportunamente, aprobó una resolución, auspiciando taxativamente, el desarrollo sistemático de las guerrillas urbanas y rurales en ese ámbito.  Siguiendo al representante boliviano, el Congreso de la Internacional hizo suyas las manifestaciones de éste quien afirmó: “El método de la guerrilla defendido por los cubanos es aplicable a todos los países subdesarrollados, aunque su forma debe variar de acuerdo con las peculiaridades de cada país. En aquellos países donde existe una gran masa campesina con el problema de la tierra sin resolver, las guerrillas sacarán su fuerza del campesinado. La lucha guerrillera introducirá a las masas en la acción, resolviendo sus problemas agrarios con las armas en la mano, como ocurrió en Cuba, comenzando con la Sierra Maestra. Pero en otros países el proletariado y la radicalizada pequeña-burguesía de las ciudades proporcionará la fuerza a la guerrilla” (…) yo afirmo que la guerra de guerrillas es incontrovertiblemente el camino que deben seguir los revolucionarios para liberar a su pueblo de la explotación capitalista e imperialista”. Surge de los propios dichos de Perón, que para esa época existía una situación bélica, una guerra no declarada, que había sido iniciada muchos años antes de su regreso a su Patria. Advirtió oportunamente a los terroristas, para que cesaran en su accionar subversivo, no fue oído. Creemos que tales advertencias fueron contestadas con las críticas emanadas tanto del  campo marxista como de su propio Movimiento, donde minúsculos grupúsculos de activos dirigentes marxistas, habían ingresado travestidos de manera tal de poder actuar en la clandestinidad, en el Movimiento Justicialista. Cuando ocurrió el golpe del 24 de marzo, ellos fueron lo suficientemente astutos, como para intentar  lograr la adhesión de la masa partidaria, atribuyéndose la defensa de los derechos humanos, lo que por cierto, como todos sabemos, al parecer pertenecen monopólicamente a ellos solamente. No podemos dejar de señalar que, con respecto a la investigación judicial de la supuesta violación de los Derechos Humanos, en nuestro país, se ha dispuesto en forma artificial, una primera etapa que comienza con el lapso que va desde el 24 de marzo de 1976  en adelante y recientemente, se inventó una etapa que antecede a tales eventos, la que se iniciaría desde la asunción de María Estela Martínez de Perón, al ejercicio del Poder Ejecutivo,  en su carácter de vicepresidenta de la Nación, hasta el golpe del 24 de marzo de 1976, que la derrocó. 

La primera etapa no reconoce fundamento jurídico alguno, puesto que, atento la  fecha que caprichosamente fijó los decretos que  se sancionaron, ordenando tales investigaciones,  se dejó de lado investigar  las actividades de las organizaciones terroristas durante el gobierno constitucional derrocado por el golpe de Estado. La segunda y artificial etapa, se encuentra limitada por las circunstancias políticas de ese momento, causa de tal artificio. 

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