(continuación)
Por su parte, la mesa directiva
de las 62 Organizaciones Gremiales que controlaba la Unión Obrera
Metalúrgica (UOM) y constituía uno de los brazos fuertes de la interna de la
CGT, publicó el 14 de septiembre de 1973, una amplia solicitada en el Clarín,
titulada “A los
asesinos, secuestradores y delincuentes comunes disfrazados
de revolucionarios” con la que censuraba duramente al ERP 22 de
Agosto por el episodio de las tres solicitadas que obligó a publicar al citado
diario.
Más adelante, las 62 Organizaciones sostuvieron que los integrantes
de la banda agresora “usan la cantinela (sic) que ya les escuchamos varias
veces. Por ejemplo, hablan de imperialismo. Entiéndase bien: de imperialismo y no de
imperialismos. Y usan el singular porque
sus patrones les prohíben expresarse con realidad. Porque para ellos el yugo
que impone el marxismo que representan no
es esclavitud”. Y agregaban: “para ellos,
fusilar, asesinar, negar los valores humanos, renegar de la libertad, si se
hace en nombre de su amado ‘comunismo’, es
“salvación”.
“Hablan de “burocracia
sindical” – continuaba la solicitada sindical – o de “burguesía nacional”,
niegan la decisión de nuestras Fuerzas Armadas de integrarse al proceso de
reconstrucción, pero en toda su dialéctica no utilizan ninguna vez el término
servilismo. Y eso tiene su explicación, porque los señores del ERP son sólo sirvientes que viven
temerosos de despertar la ira de sus amos. “Alguien los definió como revolucionarios de
opereta. De una opereta trágica en la que ellos se muestran fuertes,
aprovechándose de la mesura de todo un pueblo que quiere reconstruir y liberar
a la Patria en un clima de paz. “Pero eso se acabó. Ellos
eligieron el terreno. Y los argentinos que no sabemos arrugarnos a la hora de
la verdad, aceptamos el desafío. A
pesar de su disfraz de mascaritas, iremos a buscarlos uno a
uno, porque los conocemos. Ni las capuchas, ni
los patrones que tienen, podrán salvarlos. Han rebasado la copa y ahora tendrán que
atenerse a las consecuencias…”. (Extraído de “Por Amor al Odio” de Carlos Miguel Acuña)
Hemos encontrado una mención, on line, relacionada
con imputaciones
que Rodolfo Ortega Peña hace al general Juan
Domingo Perón, como mentor de la denominada Triple A, una
organización paraestatal, que se ocupó de secuestrar, torturar y asesinar
eventualmente, a izquierdistas que militaban en las organizaciones terroristas.
El diario “Avanzada Socialista” perteneciente al partido Socialista de los
Trabajadores, del 4 de junio de 1974, al relatar un ataque perpetrado por la
Triple A, contra un local partidario, sito en
General Pacheco señaló: “La noche
del 29 de mayo de 1974, en el quinto aniversario del Cordobazo, el local del
Partido Socialista de los Trabajadores en Gral. Pacheco fue asaltado por una banda de laTriple A
como parte de una ofensiva terrorista contra nuestro partido que incluyo el
asesinato del obrero Inocencio Fernández, cuatro voladuras de
locales, los tres atentados contra mi vida y la “Masacre
de Pacheco”, todo acontecido en el mismo mes.”. Refiere que violentando la puerta de acceso y
saltando desde los techos y terrazas, ingresó un grupo de 15 personas,
provistas de armas largas, a los golpes e insultos. Obligaron a 6 personas que
allí se encontraban, a ingresar a los autos, en los que habían sido
trasladados. Tres mujeres fueron liberadas por sus
captores, mientras que los restantes
secuestrados permanecían en los baúles. El 30 de mayo de 1974, a la mañana, en
la localidad de Pilar, aparecieron sus cadáveres, acribillados a balazos.
Sigue relatando la citada web que “El día del entierro de los camaradas, Ortega Peña electrizó al
país diciendo “que estos asesinatos tienen un responsable, con nombre
y apellido, y ese es el General Perón”. Fue la primera vez que un Diputado Nacional, elegido por el
Frente Justicialista que llevo a Perón como Presidente lo hacia responsable por
la creciente ola de
violencia de la derecha contra activistas sindicales, militantes de la
izquierda Peronista y los marxistas. Esas palabras le valieron la condena a muerte que ejecuto
Almirón sesenta días después. (www.izquierda.info.modules.com).
Un
periodista de nota, Alejandro Guerrero, refiere que “Por lo demás, antes de asumir la Presidencia, Perón había
contribuido a la caída de Salvador Allende en Chile al ordenar, por
medio de su vicario Héctor Cámpora, que las masas movilizadas en toda Argentina
se retiraran de las calles. De inmediato obedecieron la JP y el Partido
Comunista, de
modo que la dictadura chilena tuvo tranquilidad del otro lado de la
cordillera.” “Luego, ya en el gobierno, Perón permitió a una delegación de la Dina, la
policía política de Pinochet, instalar una oficina en Buenos Aires,
en la calle Moreno, frente al Departamento Central de la PFA, para espiar y
perseguir a la colonia de exiliados chilenos. También fueron
perseguidos militantes brasileños huidos de la dictadura del general Geisel, y algunos de ellos
fueron secuestrados aquí, trasladados a su país y "desaparecidos",
de todo lo cual podemos dar detalles en otro trabajo. Pero el Plan Cóndor empezó con Perón,
aunque, cierto es, tras el golpe de 1976 adquiriría proporciones alucinantes. (Extraído de la web L.R.21, parte pertinente de un
artículo del periodista Alejandro Guerrero). Estas publicaciones on line, no hacen
mención a algo que consideramos, sin embargo, es suma de importancia y
gravitante, como para poder valorar con veracidad lo sucedido en esa época,
tanto en el campo de la extrema izquierda, como en el de la extrema derecha.
La
guerrilla pasa por alto adrede, que es
incierto que su nacimiento fuera consecuencia del Golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, ejecutado por las Fuerzas Armadas. Los
guerrilleros comenzaron a actuar en la Argentina y en otros países vecinos y no
vecinos, durante la década del 60 y acentuaron su accionar armado en la
siguiente década. La etiología de ella se remonta, entre otras, a
lo resuelto, por parte de los distintos
delegados, a la finalización del IXº
Congreso de la IVa. Internacional, ocasión en que se dispuso crear
“ejércitos de liberación nacional”, en los distintos países
Latinoamericanos. Recordemos que el
propio general Juan Domingo Perón, en una de sus disertaciones, pone de relieve
tal circunstancia, aunque al pasar, por lo que posiblemente en su momento, no
se le dio la fundamental importancia que reviste
para poder evaluar todo
el cuadro guerrillero que se presentaba no sólo en la Argentina, sino en toda
Latinoamérica.
Ese
congreso, tal como lo recordó Perón oportunamente, aprobó una resolución,
auspiciando taxativamente, el desarrollo sistemático de las guerrillas urbanas
y rurales en ese ámbito. Siguiendo al
representante boliviano, el Congreso de la Internacional hizo suyas las
manifestaciones de éste quien afirmó: “El método de la guerrilla
defendido por los cubanos
es aplicable a todos los países subdesarrollados, aunque su forma debe variar
de acuerdo con las peculiaridades de cada país. En aquellos países donde existe
una gran masa campesina con el problema de la tierra sin resolver, las
guerrillas sacarán su fuerza del campesinado. La lucha guerrillera introducirá a las masas en
la acción, resolviendo sus problemas agrarios con las armas en la mano, como ocurrió en
Cuba, comenzando con la Sierra Maestra. Pero en otros países el
proletariado y la radicalizada pequeña-burguesía de las ciudades proporcionará
la fuerza a la guerrilla” (…) yo afirmo que la guerra de guerrillas es incontrovertiblemente el
camino que deben seguir los revolucionarios para liberar a su pueblo
de la explotación capitalista e imperialista”. Surge de los propios dichos de
Perón, que para esa época existía una situación bélica, una guerra no declarada, que había
sido iniciada muchos años antes de su regreso a su Patria. Advirtió
oportunamente a los terroristas, para que cesaran en su accionar subversivo, no
fue oído. Creemos que tales advertencias fueron contestadas con las críticas
emanadas tanto del campo marxista como
de su propio Movimiento, donde minúsculos grupúsculos de activos dirigentes
marxistas, habían
ingresado travestidos de manera tal de poder actuar en la clandestinidad,
en el Movimiento Justicialista. Cuando ocurrió el golpe del 24 de marzo, ellos
fueron lo suficientemente astutos, como para intentar lograr la adhesión de la masa partidaria,
atribuyéndose la defensa de los derechos humanos, lo que por cierto, como todos
sabemos, al parecer pertenecen monopólicamente a ellos solamente. No podemos
dejar de señalar que, con respecto a la investigación judicial de la supuesta
violación de los Derechos Humanos, en nuestro país, se ha dispuesto en forma
artificial, una primera etapa que comienza con el lapso que va desde el 24 de
marzo de 1976 en adelante y
recientemente, se inventó una etapa que antecede a tales eventos, la que se
iniciaría desde la asunción de María Estela Martínez de Perón, al ejercicio del
Poder Ejecutivo, en su carácter de
vicepresidenta de la Nación, hasta el golpe del 24 de marzo de 1976, que la
derrocó.
La primera etapa no reconoce fundamento jurídico alguno, puesto que,
atento la fecha que caprichosamente fijó
los decretos que se sancionaron,
ordenando tales investigaciones, se dejó
de lado investigar las actividades de
las organizaciones terroristas durante el gobierno constitucional derrocado por
el golpe de Estado. La segunda y artificial etapa, se encuentra limitada por
las circunstancias políticas de ese momento, causa de tal artificio.
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