lunes, marzo 31, 2008

Capítulo 207 - Reseña el General Perón que el Peronismo no es Marxismo

(continuación)

El rechazo de las posibilidades extremas no sólo se fundamenta en la desconexión de aquellas con la estructura íntima de nuestra nacionalidad, sino también en el hecho de que su adopción implica servir automáticamente al neocolonialismo. “Optar por un modelo equidistante de las viejas ideologías es, consecuentemente, decidirse por la liberación. Por más coherencia que exhiba un modelo, no será argentino si no se inserta en el camino de la liberación.

Es por eso que la progresiva transformación de nuestra patria para lograr la liberación debe, paralelamente, preparar al país para participar de dos procesos que ya se perfilan con un vigor incontenible: la integración continental y la integración universalista. Si aisláramos nuestra respuesta, la comunidad por la que luchamos quedaría a espaldas de un destino superior que espera a todos los hombres que en el mundo comparten ideales de justicia y verdad”. (“Hacia el universalismo” (1974).

Nos ratifica el general Perón que el justicialismo no puede optar ni por el liberalismo ni por el comunismo, así en forma taxativa. Lo que desde luego contraría a cualquiera que poniéndose la “camiseta peronista” intente usar un disfraz ideológico, como muchos partidarios de la izquierda radicalizada hacen. Nuestro empeño en demostrar que Perón no apañaba a la guerrilla marxista, tiene su fundamento básico en la sencilla razón de que, mediante esta mentira, mediante este artilugio increíble, los subversivos se animaron a enfrentarlo, a pesar de difundir a voz en cuello que son “peronistas” con el propósito de engañar a los incautos.
En el discurso que pronunciara ante la Asamblea Legislativa, el 1º de Mayo de 1974, dijo el Teniente General Perón“Nuestra Argentina está pacificada, aunque todavía no vivimos totalmente en paz. Heredamos del pasado un vendaval de conflictos y de enfrentamientos.”
“Hubo y hay todavía sangre entre nosotros; reconocemos esta herencia inmediata a que me he referido, y extraemos de ella la conclusión de su negatividad. Pero no podemos ignorar que el mundo padece de violencia, no como episodio sino como fenómeno que caracteriza a toda esta época. Que caracteriza, diría a toda época de cambio revolucionario y de reacomodamientos, en que un período de la historia concluye para abrir paso a otro.(…) “Agentes del desorden son los que pretenden impedir la consolidación de un orden impuesto por la revolución en paz que propugnamos y aceptamos la mayoría de los argentinos.”

jueves, marzo 27, 2008

Capítulo 206 - Radicalizados Izquierdistas Adoptando el Disfraz de "Peronistas" Ingresan al Movimiento.

(continuación)

No olvidemos que, en el caso de nuestro país, donde los terroristas intentaron derribar a un gobierno constitucional, tal accionar atentaba contra la libertad de los ciudadanos. Sin absolutamente ningún derecho, los guerrilleros intentaban desplazar a los legítimamente elegidos por la voluntad ciudadana. Accionaban en nombre del “pueblo”. En tal ocasión, ante la plena vigencia de la democracia, no existía pretexto alguno que pudiera justificar tal conducta.
Las palabras del general Juan Domingo Perón, señalan sin lugar a dudas, que los grupos de guerrilleros terroristas, no estaban acompañados por la inmensa mayoría del pueblo argentino. Sus declamaciones acerca de interpretar el sentir de sus conciudadanos, podrían haber tenido alguna validez, si nos encontráramos ante un gobierno no constitucional. Pero ante el pleno funcionamiento de las autoridades elegidas por la ciudadanía, pretender derribarlas convierte a quienes lo intentan, en traidores a la Patria.
En cuanto ocasión tuvo Perón, de opinar sobre la postura del “Movimiento Justicialista”, señaló que el peronismo “no puede optar ni por el capitalismo liberal ni por el comunismo”. O sea que indica lisa y llanamente que aquel que postula otras posturas ideológicas que se aparten de la doctrina, no es peronista. Esto es valedero tanto para los marxistas Montoneros, quienes intentaron el “entrismo” fabricando el papel de víctimas de la represión estatal, como para cualquier otra organización con ideas extrañas al peronismo. Por ende es dable concluir que nadie que oculte que es un lobo, bajo una piel de oveja, puede ni debe pregonar la doctrina peronista y menos, pasados los años, confundirnos a todos intentando pasar por “mártires” de “la represión”. Esta “actuación” creo que ni ellos mismos se la creen. Hemos visto a partidarios de la radicalizada izquierda, disfrazados de “peronistas” ingresar a los palos a la Plaza de Mayo, creyendo que concurrían a un baile de disfraces. Si no fuera tan triste, si no fuera tan inmoral, sería hasta cómico verlos ingresar a la histórica Plaza, cantando la Marcha Peronista, cuyas estrofas seguramente llevaban en un "machete"para no confundirse con la "Internacional". Ya una vez el general los echó de la Plaza, a ellos y a sus secuaces trasvestidos ideológicamente. Si tuvieran un mínimo de dignidad, algo imposible para ellos por cierto, ni invocan el carácter de supuestos “peronistas”.
Dijo Perón: “Las condiciones objetivas que hacen a la conducción superior implican que nadie puede gobernar sin el apoyo del pueblo. Afirmé anteriormente que la importación de ideologías alimenta un vicio de origen.Detengámonos en este problema. Si una ideología no resulta naturalmente del proceso histórico de un pueblo, mal puede pretender que ese pueblo la admita como representativa de su destino. Este es el primer motivo por el cual no puede optar ni por el capitalismo liberal ni por el comunismo.

Capítulo 205 - Ni Siquiera el Ejército Argentino Recuerda el Ataque a la Unidad Militar de Azul.A los Años Triunfó el Entrismo Montonero

(continuación)


“Porque a la violencia no se le puede oponer otra cosa que la propia violencia. Eso es una cosa que la gente debe tener en claro, pero lo vamos a hacer; no tenga la menor duda.”
Las sabias palabras del general Perón seguramente fueron pronunciadas ante el contenido del parte de guerra, dado a publicidad oportunamente por la organización terrorista, denominada como “Ejército Revolucionario del Pueblo”, en el que se sostiene lo siguiente: “Parte de Guerra nº 1. A las 22.30 hs. del sábado 19 de enero, la Compañía "Héroes de Trelew"- reforzada- del Ejército Revolucionario del Pueblo - ERP-, realizó una incursión en la ciudad de Azul (Provincia de Buenos Aires) y atacó la guarnición del ejército contrarrevolucionario establecido en esa ciudad, compuesto por el Regimiento 10 de Caballería Blindada y el Grupo de Artillería Blindado 1.”
“Luego de tomada la guardia central y el puesto Nº 3, se generó una resistencia en dos centros secundarios de la guardia (tanque y herrería), que hizo posible la intervención del resto del personal del cuartel e imposibilitó su total copamiento. Entablado el combate, la Compañía Héroes de Trelew, redobló sus esfuerzos y mantuvo la ofensiva durante una hora hasta que se comprobó la imposibilidad de doblegar la resistencia atrincherada de fuerzas superiores.”
“El Ejército Revolucionario del Pueblo reafirma una vez más su decisión de continuar sin desmayos la verdadera lucha por la liberación nacional y social de nuestra Patria de nuestro pueblo, por destruir el injusto sistema de explotación y opresión que sufren los trabajadores argentinos y una de cuyas principales fuerzas son sus Fuerzas Armadas contrarrevolucionarias. ¡Ninguna tregua al ejército opresor! ¡Ninguna tregua a las
empresas explotadoras!”.
Adviértase el lenguaje utilizado, común en las organizaciones marxistas. Alguien desapercibido, alguien desconocedor del tema, un observador poco ilustrado, venido del exterior, creerá verdaderamente que se trató del ataque de guerrilleros, de irregulares contra fuerzas opresoras, que coartan su libertad. Creerá que el accionar de los terroristas, es la lógica reacción de un pueblo bajo las garras de un gobierno dictatorial.
Pero nosotros advertimos que es inocultable que estamos ante la irrupción del fenómeno de guerra actual, guerra de última generación, es decir el ataque por parte de grupos armados, mimetizados con el pueblo y alzados contra autoridades legítimamente elegidas por la ciudadanía. Contra las autoridades constitucionales de la Argentina. Si advertimos que esta gente sin escrúpulos, estos terroristas intentaron derribar a un gobierno legal, nos encontramos que el Estado, como sostiene acertadamente el general Perón, tiene la obligación de acudir a la fuerza de las armas, que monopoliza en forma legítima, con el objetivo de defender a la ciudadanía de los ataques de estos usurpadores del poder.

sábado, marzo 22, 2008

Capítulo 204 - Los Marxistas Montoneros Insisten en no Votar el Proyecto de Perón Contra el Terrorismo

(continuación)
“Con todas las implicancias del cuerpo de la ley, nosotros estamos con las manos atadas dentro de la ley. Y si además estamos atados por la debilidad de nuestras leyes, entonces ya sabemos cuál va a ser el final y el resultado de éso. Para nosotros es un problema bien claro. Queremos seguir actuando dentro de la ley y para no salir de ella necesitamos que la ley sea tan fuerte como para impedir esos males. Dentro de eso, tenemos que considerar si nosotros podemos resolver el problema. Si no contamos con la ley, entonces tendremos también nosotros que salirnos de la ley y sancionar en forma directa como hacen ellos”.
“¿Y nos vamos a dejar matar? Lo mataron al secretario general de la Confederación General del Trabajo, están asesinando alevosamente y nosotros con los brazos cruzados, porque no tenemos ley para reprimirlos. ¿No ven que eso es angelical? El fin es la sustentación del Estado y de la Nación; está en que tengamos los medios para defendernos. Si nosotros todavía nos limitamos nuestros propios medios de defensa, estamos entregándonos a estas fuerzas, que, como he dicho, las conozco profundamente y sé cómo actúan.”
“Ahora bien; si nosotros no tenemos en cuenta a la ley, en una semana se termina todo esto, porque formo una fuerza suficiente, lo voy a buscar a usted y lo mato, que es lo que hacen ellos. No actúan dentro de la ley. De esa manera, vamos a la ley de la selva y dentro de la ley de la selva, tendría que permitir que todos los argentinos portaran armas a la vista. Pero, ¿qué es lo que está ocurriendo? Que los delincuentes están todos armados, mientras que las personas decentes no pueden llevar armas y están indefensas en manos de estos señores. ¿Y todavía nosotros vamos a pensar si sancionamos o no la ley? ¡Vamos!”
“Necesitamos esa ley porque la República está indefensa frente a ellos. Ese es para nosotros el fundamento de todo eso. Con toda claridad afirmo que no queremos la violencia. Desde hace 7 meses estamos diciendo que queremos la paz, y estos señores, en 7 meses, no se han dado cuenta que están fuera de lugar, porque no se han dado cuenta que están perturbando lo que ellos dicen que sostienen, que es mentira. La mitad son mercenarios, los conozco, los he visto actuar y por el sólo hecho de que estén mandados de afuera, tienen intereses distintos a los nuestros. Los nuestros no se defienden desde París, se defienden desde Buenos Aires. Para mí, eso es lo que yo veo con toda claridad.
Ahora, la decisión es muy simple: hemos pedido esta ley al Congreso para que éste nos dé el derecho de sancionar fuerte a esta clase de delincuentes. Si no tenemos la ley, el camino será otro; y les aseguro que puestos a enfrentar la violencia con la violencia, nosotros tenemos más medios posibles para aplastarla, y lo haremos a cualquier precio, porque no estamos aquí de monigotes. Estamos afrontando una responsabilidad que nos ha dado plebiscitariamente el pueblo argentino. Nosotros no somos dictadores de golpes de Estado. No nos han pegado con saliva. Nosotros vamos a proceder de acuerdo con la necesidad, cualquiera sean los medios. Si no hay ley, fuera de la ley, también lo vamos a hacer y lo vamos a hacer violentamente.”

martes, marzo 18, 2008

Capítulo 203 - Perón No Cae en La Celada Tendida Por el Entrismo y Refuta Argumentaciones de los Marxistas Montoneros



(continuación)


Uno de los diputados presentes, Rodolfo Vittar, expresó delante de Perón, en esa ocasión “(…) sostenemos que la violencia es la que se ejerce no solamente a través de los grupos minoritarios de ultra derecha o de ultra izquierda. Son episodios elaborados; no son productos de una generación espontánea, sino productos de una generación que está, de alguna manera, sumergiéndonos a todos en la violencia.” Añadiendo que ellos estimaban que “se aplica con toda celeridad y con toda decisión el poder represivo del Estado popular”. Al interrogarle el general, como haría él para evitar la violencia que regía en la sociedad de los 70, contestó el legislador: “… nosotros pensamos éso, que hemos desterrado las estructuras violentas que hacen que esa violencia de abajo sea generada por la violencia de arriba.” Perón le replicó señalándole, muy serio: “ ¿Y le parece que hemos esperado poco, con todo lo que ha pasado en estos siete meses de gobierno popular y plebiscitario, donde todos esos señores de las organizaciones terroristas se largan a la calle, culminando en este episodio, atacando a un regimiento?”…
No creo obvio advertir al lector, que el general Juan D. Perón, al hacer referencia a los integrantes de las organizaciones subversivas, que actuaron durante su gobierno constitucional, en la década del '70, los calificó despectivamente como "esos señores de las organizaciones terroristas...". No les aplicó el conocido calificativo de "jóvenes idealistas", o románticos que tomaron el camino del derramamiento de sangre por medio de sus criminales acciones. Mentira urdida contemporáneamente, para hacer caer a los desinformados de siempre o a quienes por no haber sido testigos de esos acontecimientos, no tienen sino una vaga idea de las intenciones que abrigaron los terroristas. Los calificó lisa y llanamente como terroristas. Criticó que hayan tomado un regimiento del Ejército Argentino.
Quienes sosteniendo que son peronistas, quienes se jactan de seguir su doctrina, disienten a sabiendas, en forma taxativa, con lo sostenido por el Líder. O sea son los que voluntariamente se abren de hecho de las filas del peronismo institucional. Ellos niegan que los integrantes de tales organizaciones sean terroristas, afirman que atacar un regimiento contribuyó a la defensa del gobierno peronista de esa época. ¿Quien tiene razón: el estadista Juan Domingo Perón o los integrantes del entrismo, que han triunfado transitoriamente ? ¿Es que acaso basta con colocarse forzadamente la camiseta peronista? Perón, es un testigo histórico calificado, un testigo de lujo, que enseña a todos sus fieles que no son peronistas los que rebaten sin que se les ponga roja la cara, el contenido de la Doctrina Peronista. Lo único que podría eximirlos de culpa sería la circunstancia cierta de que ignoran el contenido de la doctrina que dicen defender y aplicar...
El entonces diputado nacional Rodolfo Vittar, a renglón seguido, se expresó en esa reunión con el Líder, criticando a la organización terrorista Ejército Revolucionario del Pueblo en los siguientes términos: “Consideramos, señor General, lo siguiente sobre este tema: que los lamentables acontecimientos de Azul, a nuestro juicio y a nuestro modesto entender, indican, precisamente, una decisión de estos grupos minoritarios, totalmente ausentes de lo que es un sentimiento nacional y de lo que es la comprensión de la necesidad de unidad del pueblo argentino, en un proceso de reconstrucción.”
“Entendemos que, precisamente, la intención de estos sectores es especular con un clima de violencia, en crear una actitud del Estado, que estos sectores califican arbitrariamente de represiva y es, precisamente, el caldo de cultivo político en el cual se desarrolla su planteo político.Reveló el entonces representante de “La Tendencia”, algo que en ese momento pasó desapercibido, dado que el meollo de la cuestión que se ventilaba en la referida reunión, era exponer ante el general Perón, el pensamiento íntimo de los integrantes de ese sector, intentando que el general dirima la cuestión que se planteaba. Por cierto que Perón, hábilmente, eludió comprometerse de esa forma, ratificando sus expresiones en el sentido de que “la organización vence al tiempo”. Defendió en ese momento la postura institucional dentro del Movimiento Peronista. Destacó el diputado Vittar: “(…) Hemos conocido durante años, a través de un enfrentamiento de la dictadura, cuál es la política del ERP, el autodenominado Ejército Revolucionario del Pueblo. Sabemos que su política crece y se desarrolla en un ambiente de violencia.”Perón reconoció, ante los legisladores de “La Tendencia” que él conocía a este movimiento subversivo. “… ésta es una Cuarta Internacional, que se fundó con una finalidad totalmente diferente a la Tercera Internacional, que fue comunista, pero comunista ortodoxa. Aquí no hay nada de comunismo; es un movimiento marxista deformado, que pretende, imponerse en todas partes por la lucha. A la lucha - y yo soy técnico en eso- no hay nada que hacerle, más que imponerle y enfrentarle con la lucha. Y atarse las manos, frente a esa fuerza; atarse las manos y especialmente atarse las manos suprimiendo la ley que lo puede sancionar. Porque nosotros, desgraciadamente, tenemos que actuar dentro de la ley, porque si en este momento no tuviéramos que actuar dentro de la ley ya lo habríamos terminado en una semana. Fuera de la ley, la ventaja que ellos tienen es, precisamente, esa: los que tienen que someterse a la ley y ellos que buscan los vericuetos para actuar fuera de la ley.”

lunes, marzo 10, 2008

Capítulo 202 - El general Juan Domingo Perón Corta de Cuajo Toda Relación Con la Guerrilla Marxista

(continuación)



Los ejemplos dados por los jefes y oficiales que han llegado hasta ofrendar sus vidas, tuvo la misma repercusión en los suboficiales y soldados que- con su valentía y espíritu de lucha- repelieron la agresión, con la colaboración de la Armada y la Fuerza Aérea.”Quiero asimismo hacerles presente que esta lucha en la que estamos empeñados, es larga y requiere en consecuencia una estrategia sin tiempo.
El objetivo perseguido por estos grupos minoritarios es el pueblo argentino, y para ello llevan a cabo una agresión integral. Por ello, sepan ustedes que en esta lucha no están solos, sino que es todo el pueblo que esta empeñado en exterminar este mal, y será el accionar de todos el que impedirá que ocurran más agresiones y secuestros.”.
Adelantó el general que, merced a la estrategia integral del gobierno, que lleva a actuar sobre las causas de la violencia, “… la decisión soberana de las grandes mayorías nacionales de protagonizar una revolución en paz y el repudio unánime de la ciudadanía, harán que el reducido número de psicópatas que va quedando sea exterminado uno a uno para el bien de la República.”
El 21 de junio de 1973, ratifica su doctrina, respecto a los subversivos, al manifestar: “Los Peronistas tenemos que retornar a la conducción de nuestro Movimiento. Ponerlo en marcha y neutralizar a los que pretenden deformarlo desde abajo o desde arriba. Nosotros somos justicialistas. Levantamos una bandera tan distante de uno como de otro de los im­perialismos dominantes. No creo que haya un argentino que no sepa lo que ello significa. No hay nuevos rótulos que califiquen a nuestra doc­trina ni a nuestra ideología: somos lo que las veinte verdades peronistas dicen.”
No es gritando la vida por Perón que se hace Patria, sino manteniendo el credo por el cual luchamos. Los viejos peronistas lo sabemos. Tampoco lo ignoran nuestros muchachos que levantan nuestras banderas revolucionarias. Los que pretextan lo inconfesable, aunque cubran sus falsos designios con gritos engañosos, o se empeñen peleas descabelladas, no pueden engañar a nadie. Los que ingenuamente piensan que pueden copar a nuestro Movimiento o tomar el poder que el Pueblo ha reconquistado se equivocan… Por eso, deseo advertir a los que tratan de infiltrarse en los estamentos populares o estatales, que por ese camino van mal”.
Cuando el 22 de enero, recibe a diputados peronistas de la JP, del grupo conocido en los medios, como “La Tendencia”, señaló el general Juan Domingo Perón “En esto se debe actuar de la misma manera que actuamos en el orden político. Nadie está obligado a permanecer en una fracción política. El que no está contento, se va. En este sentido, nosotros no vamos a poner el menor inconveniente. Quien esté en otra tendencia diferente de la peronista, lo que debe hacer es irse. En ese aspecto hemos sido muy tolerantes con todo el mundo. El que no está de acuerdo o al que no le conviene, se va. Pero en ese caso representa ni más ni menos que al movimiento. Lo que no es lícito, diría, es estar defendiendo otras causas y usar la camiseta peronista.”
No podemos dejar de señalar que al acceder al poder el doctor Héctor J. Cámpora, ipso facto alcanzaron el poder las denominadas formaciones especiales. Debido a la inusual presión de sus integrantes, se derogó la calificada por los subversivos, como legislación represiva. Entre tales normas penales, estaban las que tipificaban el delito de terrorismo, por lo que el Estado, como bien lo señalaba el general Perón, se encontró sin mecanismos para sancionar penalmente a los integrantes de las organizaciones extremistas, para el supuesto de que concretara un acto de terrorismo.
Habida cuenta que los entristas, sabían que ellos eran los destinatarios de tales normas penales, en lo más íntimo les repugnaba que el Congreso volviera a sancionar tales leyes. No estaban de acuerdo con el general, en este punto y en otros. Al respecto, así se lo hicieron saber a Perón, quien rechazó sus alegatos, en los términos que reproducimos en la presente.
“En esto hay que proceder con la mayor seriedad porque se trata de cosas trascendentes para el país. En este momento, con lo que acabamos de ver, en que una banda de asaltantes que invoca cuestiones ideológicas o políticas para cometer un crimen, ¿ahí nosotros vamos a pensar que eso lo justifica? ¡No!; un crimen es un crimen cualquiera sea el móvil que lo provoca, y el delito es delito cualquiera sea el pensamiento, o sentimiento, o la pasión que impulse al criminal. Siempre que hay voluntad criminal es un delito y eso lo tiene que penar la ley, no nosotros. Recurrimos a esto porque estamos en un momento crítico para el país; cuando vemos que estos señores en la mayor impunidad y porque no hay con qué sancionarlo, se largan al ataque. Nosotros estamos en la necesidad de contar con una legislación fuerte para parar lo que se está produciendo, que es también fuerte; y a grandes males no hay sino grandes remedios, que es lo que nosotros necesitamos.
En este momento se está asaltando en nombre de no sé qué cosa. Si hasta han tomado ciudadanos; ya los ciudadanos no tienen la seguridad que el Estado tiene la obligación de dar, porque no hay sanción en las leyes para este tipo de delitos, que son nuevos. ¿Cómo es posible que todos los hombres que tengan armas estén amenazados de ser tomados por bandas de delincuentes que se dicen de una tendencia o de otra? No interesa la "tendencia", interesa el delito que cometen. No sé, yo no veo otra solución para estas cosas. Señores: yo estoy totalmente de acuerdo con el bloque que ha resuelto eso. Ahora, lo que hay que hacer después de eso sólo ustedes y cada uno de ustedes lo debe resolver.”

miércoles, marzo 05, 2008

Capítulo 201 - Perón y el llamado Entrismo Peronista

(continuación)

El llamado que hace a la población, en general, a defender las instituciones de la república, una tarea que compete a todos, evidencia que no tiene sustento la actual teoría de que Perón apoyaba a los conocidos como “jóvenes idealistas”. Al contrario, estimaba, apreciaba que estos subversivos tenían como fin el derribar a las legítimas autoridades y que toda la Nación debía alzarse en defensa de las instituciones. Y si el general Juan Domingo Perón, nos los apoyaba y años después de su fallecimiento gobiernos, que se dicen peronistas, designan en la función pública a integrantes de estas organizaciones guerrilleras, podemos concluir, sin temor a errar, que si los designados alentaban derribar al gobierno constitucional del general Juan Domingo Perón, y así y todo, no hesitan, no trepidan en usan el disfraz de peronistas, estamos ante una incongruencia total. Es la aplicación del “entrismo” elevado a la enésima potencia.
Ya en marcha, concretado el dominio del “entrismo”, en altísimos y diversos estamentos estatales no es de extrañar que, consecuentemente, los funcionarios que hacen gala de su peronismo, se dediquen a tratar de aniquilar a sus otrora adversarios, ya que ellos los consideran sus enemigos. La aniquilación, por cierto, es sutil e inteligente ya que se apela a diversos mecanismos pseudolegales, para concretar la venganza judicial.
En el caso de los magistrados, el lado débil, habida cuenta esta eventual circunstancia, que perjudica a los justiciables es la posibilidad de recusar a cualquier juez cuando se haya probado su anterior militancia en alguna organización terrorista, llegado el caso. Volviendo a los episodios de Azul, recordemos que al día siguiente de ese mensaje, Perón dirigió una nota al personal militar de esa Guarnición Azul del Ejército Argentino. La que comienza señalando : “Como Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas y soldado experimentado luego de más de sesenta años de vida en la Institución, quiero llegar directamente a ustedes para expresarles mis felicitaciones por el heroico y leal comportamiento con que han afrontado el traicionero ataque de la noche del sábado 19 de enero de 1974.”

martes, marzo 04, 2008

Capítulo 200 - El General Juan Domingo Perón Enfrenta a los Infiltrados en el Partido Peronista

(continuación)

El día 21, el general Juan Domingo Perón, en su doble carácter de presidente constitucional y Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, dirigió un mensaje a la población, cuyos términos condenatorios hacia la guerrilla son harto evidentes, indiscutibles y de actualidad, puesto que habida cuenta la existencia de guerrilleros terroristas en Colombia, que intentan envolver a su propio país en una guerra con la vecina Venezuela y con Ecuador, tales palabras servirán para aclarar quien es quien, despojando a los delincuentes terroristas de su manto romántico con el que engañan al común de los ciudadanos.
Comenzó el general por resaltar la peligrosidad y audacia puesta de relieve, por los que denominó grupos terroristas, que venían operando en la provincia de Buenos Aires, “ante la evidente desaprensión de sus autoridades”. El general hace notar que las autoridades de la provincia citada, que posteriormente dimitieron, se desentendieron de este fenómeno de la guerrilla. Las citadas expresiones, quita todo sustento a quienes, pasados los años, nos quieren convencer que Perón los apoyaba. Si hubiera sido así, su mensaje tendría como fin manifestar su agrado con la actitud belicista de estos grupos terroristas, de estas bandas subversivas, contra su propio gobierno. O sea una cosa de locos.
Muy por el contrario, el general manifestó su agradecimiento tanto a las fuerzas del Ejército Argentino, como al resto de las Fuerzas Armadas, estimando que el pueblo argentino, “frente a lo ocurrido, debe sentirse herido en lo mas profundo de sus sentimientos patrióticos”. Ni una palabra de agravio a los integrantes de nuestras Fuerzas Armadas, como se oye en la actualidad, sin diferenciar las instituciones de la Patria de los hombres que las integran eventualmente.
En la ocasión, nos señala que esta verdadera organización, actuaba con objetivos y dirección foráneos, atacando al Estado y a sus instituciones, “como medio de quebrantar la unidad del pueblo argentino y provocar un caos que impida la reconstrucción y “la liberación en que estamos empeñados”. Salvo que algún despistado sostenga, sin fundamento alguno, que el general Perón abrigaba la intención de hundir al país.
Calificó a esta delincuencia asociada, como un grupo de mercenarios, que actúan mediante la simulación de móviles políticos “tan inconfesables como inexplicables”.
Es evidente que quien no comparte la actitud de la guerrilla subversiva, en una causa judicial le es imposible, hacer notar al magistrado que entiende en la investigación, la etiología verdadera del proceso en forma integral. Etiología que es imprescindible hacer conocer a la Justicia, a fin de resguardar con ello el sagrado derecho a la defensa, derecho del que debe gozar un imputado, en cualquier proceso judicial, que es a la larga un Derecho Humano mas.
Las manifestaciones del general Perón, son taxativas y no dejan lugar a dudas, en especial al sostener que “El aniquilar cuanto antes éste terrorismo criminal es una tarea que compete a todos los que anhelamos una Patria justa, libre y soberana, lo que nos obliga perentoriamente a movilizarnos en su defensa y empeñarnos decididamente en la lucha a que dé lugar. Sin ello, ni la reconstrucción nacional ni la liberación serán posibles”…

Capítulo 199 - El General Juan D. Perón y el Ataque Terrorista a la Base Militar de Azul



(continuación)

En las causas judiciales, donde se ventilan las supuestas violaciones a los derechos humanos, a los sedicentes imputados de tales gravísimos eventos, les es imposible adjuntar reflexiones que permitan poner las cosas en su lugar. Es un beneficio del que gozan los subversivos solamente.
Creemos que a Santucho le asiste, en parte la razón por cuanto efectivamente, conforme el expresó en declaraciones públicas, oportunamente el general Juan D. Perón ordenó un “somatén”, con el propósito de combatir la guerrilla.
Se ha cuestionado tal actitud, se la ha puesto en duda, pero tenemos el propio testimonio del general para despejarlas.
No debemos olvidar que a las 23.30 del 19 de enero de 1974, un grupo de facciosos pertenecientes al denominado Ejército Revolucionario del Pueblo, intentó copar la unidad militar sita en Azul, Provincia de Buenos Aires, denominada “Regimiento de Caballería de Tiradores Blindados 10 y al Grupo de Artillería Blindado 1”, asesinando a su jefe, el coronel Arturo Gay, a su cónyuge y a un soldado. En la ocasión, el segundo jefe de la unidad militar, fue llevado en calidad de rehén por los guerrilleros.
La "Compañía Héroes de Trelew" de la organización terrorista autodenominada "Ejército Revolucionario del Pueblo" (ERP), atacó los cuarteles con la intención de robar armamento, munición y otros materiales de guerra en cantidad suficiente para incrementar significativamente su capacidad de combate y poder, de esa manera, facilitar el logro de la formación de un Ejército Popular, para alcanzar la posterior toma del poder total, a nivel nacional.