(continuación)
Y si es indiscutible que Perón accedió al poder con mas de seis millones de votos, lo es también que quienes decían representar a la gran masa del pueblo, se representaban a ellos mismos y a sus siniestros fines. Caen entonces, en forma estrepitosa, las afirmaciones de los comunicados dados a publicidad por estos bandoleros, estos pistoleros, ya que en ellos se auto titulan como representantes de todos los argentinos, lo que a todas luces es una farsa. Una sangrienta farsa.
De un somero análisis de las afirmaciones de Perón, resulta ingenuo que alguien piense que las organizaciones subversivas, que actuaron en la década del 70, tuvieran como fin atacar a los enemigos del pueblo y recuperar a la Argentina para su líder. Esta circunstancia creo que no ha sido suficientemente investigada, en ninguna sede jurisdiccional. Insistimos en la necesidad de indagar al respecto, ya que entonces podríamos sacar en conclusión, que los conflictos armados no internacionales, que tuvieron lugar en la Argentina, durante las presidencias constitucionales de Cámpora, Perón y Martínez de Perón y los que tuvieron lugar antes de la asunción del primero, constituyeron una guerra civil, con todas las consecuencias jurídicas que derivan de tal calificación. La Nación Argentina, fue atacada por distintas bandas de terroristas subversivos, quienes tenían como finalidad inmediata o mediata, la toma del Poder, tras derribar al legítimo gobierno constitucional.
Sigamos a Perón, quien prosiguió expresando en la ocasión citada: “Conozco perfectamente lo que está ocurriendo en el país. Los que crean lo contrario se equivocan. Estamos viviendo las consecuencias de una posguerra civil que, aunque desarrollada embozadamente no por eso ha dejado de existir. A ello se le suma las perversas intenciones de los factores ocultos que, desde la sombra, trabajan sin cesar tras designios no por inconfesables menos reales. Nadie puede pretender que todo esto cese de la noche a la mañana pero todos tenemos el deber ineludible de enfrentar activamente a esos enemigos, si no querernos perecer en el infortunio de nuestra desaprensión o incapacidad culposa.” (…) .
Poniendo de relieve, una vez mas, su estatura política, en esa ocasión sostuvo en forma visionaria que: “Los que ingenuamente piensan que pueden copar a nuestro Movimiento o tomar el poder que el Pueblo ha reconquistado, se equivocan. Ninguna simulación o encubrimiento, por ingeniosos que sean, podrán engañar a un Pueblo que ha sufrido lo que el nuestro y que está animado por una firme voluntad de vencer.”
De un somero análisis de las afirmaciones de Perón, resulta ingenuo que alguien piense que las organizaciones subversivas, que actuaron en la década del 70, tuvieran como fin atacar a los enemigos del pueblo y recuperar a la Argentina para su líder. Esta circunstancia creo que no ha sido suficientemente investigada, en ninguna sede jurisdiccional. Insistimos en la necesidad de indagar al respecto, ya que entonces podríamos sacar en conclusión, que los conflictos armados no internacionales, que tuvieron lugar en la Argentina, durante las presidencias constitucionales de Cámpora, Perón y Martínez de Perón y los que tuvieron lugar antes de la asunción del primero, constituyeron una guerra civil, con todas las consecuencias jurídicas que derivan de tal calificación. La Nación Argentina, fue atacada por distintas bandas de terroristas subversivos, quienes tenían como finalidad inmediata o mediata, la toma del Poder, tras derribar al legítimo gobierno constitucional.
Sigamos a Perón, quien prosiguió expresando en la ocasión citada: “Conozco perfectamente lo que está ocurriendo en el país. Los que crean lo contrario se equivocan. Estamos viviendo las consecuencias de una posguerra civil que, aunque desarrollada embozadamente no por eso ha dejado de existir. A ello se le suma las perversas intenciones de los factores ocultos que, desde la sombra, trabajan sin cesar tras designios no por inconfesables menos reales. Nadie puede pretender que todo esto cese de la noche a la mañana pero todos tenemos el deber ineludible de enfrentar activamente a esos enemigos, si no querernos perecer en el infortunio de nuestra desaprensión o incapacidad culposa.” (…) .
Poniendo de relieve, una vez mas, su estatura política, en esa ocasión sostuvo en forma visionaria que: “Los que ingenuamente piensan que pueden copar a nuestro Movimiento o tomar el poder que el Pueblo ha reconquistado, se equivocan. Ninguna simulación o encubrimiento, por ingeniosos que sean, podrán engañar a un Pueblo que ha sufrido lo que el nuestro y que está animado por una firme voluntad de vencer.”
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