Como ya dijimos, Perón es un brillante testigo de cargo. Aseveró que los grupos armados que atacaban a su gobierno eran terroristas, que si intentaban mediante la violencia, derribar a su gobierno, se les iba a responder con la misma violencia. Señaló que lo sucedido en Chile, no fue culpa de los militares, sino de los guerrilleros terroristas que actuaban allí. De sus palabras no se desprende odio hacia los militares. Después de todo él era un militar. Los “peronistas” de ahora, los que pretenden seguir su doctrina, abrazando la doctrina inficionada de marxismo, odiando a los militares, persiguiéndolos y ensañándose con ellos, de una manera injusta, no cumplen los preceptos del peronismo ya que en lugar de actuar respetando la Doctrina Peronista, imbuídos de su "Soberbia Armada" siguen, como lo hicieron anteriormente, las directivas difundidas oportunamente en La Habana, Cuba por su mentor, líder y cabecilla terrorista: Fidel Castro.
Con tal actitud, es necesario destacarlo, desoyen las manifestaciones de Perón cuando expresó taxativamente: “Nosotros somos decididamente antimarxistas. Lo sucedido a Allende demuestra que Allende cayó víctima de su sectarismo, de su política tendiente al exceso. Estoy seguro de que domaremos a la guerrilla. Chile nos ha enseñado muchas cosas.” (sic)
Creo que si el general Juan D. Perón, hubiera dado a conocer tal pensamiento, en la actualidad, nuestra Justicia le hubiera imputado participación necesaria o instigación, de delitos de Lesa Humanidad y Crímenes de Guerra y los jueces no hubieran hesitado en sentarlo en el banquillo de los acusados.
La solicitada de las 62 Organizaciones Peronistas, referida precedentemente, sin duda alguna fue publicada previa conformidad de Perón. El Movimiento Nacional Justicialista, no aceptaba que alguien se atreviera a dar este paso trascendente, sin la previa conformidad del Conductor. Por lo que, necesariamente debemos concluir que ella refleja el pensamiento del general Perón respecto de la guerrilla terrorista-marxista. Como se advierte, no es posible prescindir de estos elementos de juicio, tan gravitantes, si en realidad lo que se intenta es administrar justicia conforme a derecho. Ahora, si lo que se desea es otra cosa, no hay más que hablar.
¿Y en que se basaba el general Juan Domingo Perón, para criticar de tal forma a esas formaciones guerrilleras? Para contestar a tal interrogante, debemos insistir una vez mas en recordar la etiología de tales movimientos, que se autodenominaban de “Liberación”. Aunque en nuestro país, no había nada que liberar, era evidente que quedaba bien para estas organizaciones terroristas, adoptar ese nombre ya que estaba de moda para ese entonces. Cerrarse a la verdad, no reconocer que los subversivos acá en nuestro país y en los otros países donde sembraron sangre y fuego, no actuaban por su cuenta sino que formaban parte de un sistema, es negar en forma soberbia, la realidad. Es desconocer el conocido apotegma peronista, que refiere que en política la única verdad es la realidad.
La solicitada de las 62 Organizaciones Peronistas, referida precedentemente, sin duda alguna fue publicada previa conformidad de Perón. El Movimiento Nacional Justicialista, no aceptaba que alguien se atreviera a dar este paso trascendente, sin la previa conformidad del Conductor. Por lo que, necesariamente debemos concluir que ella refleja el pensamiento del general Perón respecto de la guerrilla terrorista-marxista. Como se advierte, no es posible prescindir de estos elementos de juicio, tan gravitantes, si en realidad lo que se intenta es administrar justicia conforme a derecho. Ahora, si lo que se desea es otra cosa, no hay más que hablar.
¿Y en que se basaba el general Juan Domingo Perón, para criticar de tal forma a esas formaciones guerrilleras? Para contestar a tal interrogante, debemos insistir una vez mas en recordar la etiología de tales movimientos, que se autodenominaban de “Liberación”. Aunque en nuestro país, no había nada que liberar, era evidente que quedaba bien para estas organizaciones terroristas, adoptar ese nombre ya que estaba de moda para ese entonces. Cerrarse a la verdad, no reconocer que los subversivos acá en nuestro país y en los otros países donde sembraron sangre y fuego, no actuaban por su cuenta sino que formaban parte de un sistema, es negar en forma soberbia, la realidad. Es desconocer el conocido apotegma peronista, que refiere que en política la única verdad es la realidad.
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