martes, abril 15, 2008

Capítulo 210 - El General Perón Advirtió, Reiteradamente, Acerca de la Intención de los Radicalizados Marxistas de Intentar Copar al Movimiento.


(continuación)
Nadie que obre de buena fe, puede sostener con sinceridad, que las organizaciones armadas subversivas, los sanguinarios terroristas, que secuestraron, que atacaron cuarteles, que asesinaron, incendiaron y pusieron bombas de alto poder sin importarles si eran víctimas civiles o militares, no cometieron delitos de lesa humanidad. No existe ninguna base lógica como para justificar el accionar de estos delincuentes. Lo reconoce ese testigo privilegiado que fue el teniente general Juan Domingo Perón. Destacamos su reconocimiento de que el Movimiento Peronista podía ser copado por elementos marxistas radicalizados. Pasados los años se perfeccionó tal accionar, al punto que en la actualidad alguien puede incluso dudar si al Movimiento Justicialista, lo fundó Perón o Stalin.
Resaltó Perón, persistentemente el peligro que avizoraba: “Por eso, deseo advertir a los que tratan de infiltrarse en los estamentos populares o estatales, que por ese camino van mal. Así, aconsejo a todos ellos tomar el único camino genuinamente nacional: cumplir con nuestro deber de argentinos sin dobleces ni designios inconfesables. Nadie puede ya escapar a la tremenda experiencia que los años y el, dolor y los sacrificios han grabado a fuego en nuestras almas y para siempre”.
De los discursos del general Perón, podemos extraer conclusiones interesantísimas sobre este punto, como ya afirmamos, puestos a la tarea de revisar el desenvolvimiento histórico de los sucesos de la década del 70 y, en especial, podremos desenmascarar a los pretendidos “civiles” que fungen en el papel de “víctimas” de la “represión” estatal.
Relacionado con estos temas, relató el periodista Carlos Miguel Acuña, quien profundizó el estudio de esa época: “Buena parte de las dirigencias partidarias argentinas censuró el golpe que colocó al general Augusto Pinochet en la presidencia de la República de Chile y con el correr del tiempo esa actitud pasó a convertirse en un lugar común del léxico político.
Sin embargo, para Perón lo ocurrido detrás de la cordillera tuvo un sentido distinto. No se trataba de un enfrentamiento entre los partidarios de la democracia y una dictadura militar. Sin pelos en la lengua y cuando acababa de ser ungido por tercera vez presidente de la Nación, fue entrevistado por el Giornale d’ Italia, al que respondió ante una pregunta específica: “Nosotros somos decididamente antimarxistas. Lo sucedido a Allende demuestra que Allende cayó víctima de su sectarismo, de su política tendiente al exceso." Estoy seguro de que domaremos a la guerrilla." (Nota de R.: Debemos hacernos una pregunta, con respecto a esta taxativa afirmación del general: ¿A que guerrilla se refiere el Líder, cuando afirma "domaremos a la guerrilla"? Para la época en que se concretó esta entrevista, en la Argentina existían movimientos guerrilleros varios, destacándose por su crueldad en las acciones que acometían, la banda subversiva de terroristas Montoneros y el denominado Ejército Revolucionario del Pueblo. No existía otro movimiento guerrillero de signo contrario a ambos o sea de derecha. Lo que nos lleva, como de la mano, a concluir que el general Perón se estaba refiriendo, a la guerrilla marxista y a la guerrilla disfrazada de "peronista"). "Chile nos ha enseñado muchas cosas. O los guerrilleros dejan de perturbar la vida del país o los obligaremos a hacerlo con los medios de que disponemos, los cuales, créanme, no son pocos. Las vicisitudes chilenas cerraron la única válvula de seguridad de que disponían los guerrilleros argentinos (…) A Cuba le advierto que no haga el juego que hizo en Chile porque en (la) Argentina podría desencadenarse una acción bastante violenta (…) Si la guerrilla insiste, sucederá lo que en Santiago, donde la responsabilidad no fue de los militares sino de los guerrilleros”. De esta última afirmación, es dable afirmar que Perón conocía que la guerrilla, que asolaba a la Argentina para la época de su mandato presidencial, recibía apoyo logístico y financiero del tirano marxista Fidel Castro. Lo conocía y no hesitaba en difundirlo por los medios periodísticos. No pasemos por alto la grave amenaza que hace a Fidel. Creemos que tal afirmación, dejará sin argumentos justificativos, a quienes sostienen que practicaban el terrorismo, como "peronistas" y en nombre del general Perón. Señaló, en tal ocasión algo muy importante, por la trascendencia que tiene para quien trate de investigar la verdad de lo sucedido en esa época: Para el general Juan Domingo Perón, a Salvador Allende no lo derribaron los militares, sino los excesos cometidos por la guerrilla marxista que lo apoyaba. Ellos, los militares chilenos, lo único que hicieron fue salir a enfrentarlos y la guerrilla perdió, lisa y llanamente.

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