(Continuación)
Recordemos que precedentemente,
hemos llamado la atención del lector, acerca de que el 9 de agosto de 1957, el
diario The
New York Times repitió las declaraciones que le hiciera Perón a su
corresponsal. Señaló en tal ocasión el general: “Hasta el año 1945, fecha del advenimiento del Justicialismo en la
Argentina, el comunismo tenía gran
importancia en el país, especialmente en los
sectores universitarios y obreros. La universidad argentina estaba
penetrada en su dirección y docencia por numerosos elementos conocidos ampliamente por sus ideas comunistas o, cuando
menos, comunoides. La mayoría de los sindicatos estaban escuadrados, asimismo,
por dirigentes comunistas o socialistas marxistas que, para el caso son la
misma cosa, ya que el socialismo que funciona en la Argentina es evidentemente
connivente del comunismo. (Baste señalar
la circunstancia, por demás elocuente, que mientras el comunismo actual está
dirigido por Rodolfo Ghioldi, el socialismo lo es por su hermano Américo.)
Del libro “Por
amor al odio”, del distinguido autor Carlos Miguel Acuña, extraemos el
siguiente pasaje, que revela a las claras cual era el pensamiento del general
Juan D. Perón, con relación a los ataques guerrilleros que sufría nuestro país:
“Sin embargo, para Perón lo ocurrido detrás de
la cordillera tuvo un sentido distinto. No
se trataba de un enfrentamiento entre los partidarios de la democracia y una dictadura
militar. Sin
pelos en la lengua y cuando acababa de ser ungido por tercera vez presidente de
la nación, fue entrevistado por el Giornale d’ Italia, al que respondió
ante una pregunta específica: “Nosotros
somos decididamente antimarxistas. Lo sucedido a Allende demuestra que Allende cayó víctima de su sectarismo, de su política tendiente al exceso. Estoy seguro de
que domaremos a la guerrilla. Chile nos ha enseñado muchas cosas. O los guerrilleros
dejan de perturbar la vida del país o los
obligaremos a hacerlo con los medios de que
disponemos, los cuales, créanme, no son pocos. Las vicisitudes chilenas cerraron la única válvula de
seguridad de que disponían los guerrilleros argentinos (…) A Cuba le advierto que no haga el juego que hizo en Chile porque en (la) Argentina podría desencadenarse una acción
bastante violenta (…) Si la guerrilla insiste, sucederá lo que en Santiago, donde la responsabilidad no fue de los militares sino de los
guerrilleros”.
En ocasión de dirigirse a la Asamblea Legislativa celebrada en el mismo
Congreso Nacional, el día 1º de mayo de 1974, poco tiempo antes de fallecer,
dijo el Presidente Teniente General Juan Domingo Perón lo siguiente: “(…) “Agentes del desorden son los que
pretenden impedir la consolidación de un orden impuesto por la revolución en paz que propugnamos y aceptamos la mayoría de los
argentinos.
Agentes del caos son los que tratan, inútilmente, de fomentar la violencia como alternativa
a nuestro irrevocable propósitos de alcanzar en paz el desarrollo propio y la
integración latinoamericana, únicas metas para evitar que el año 2000 nos encuentre
sometidos a cualquier imperialismo. Superaremos también esta violencia, sea cual fuere su
origen. Superaremos la subversión.” Recalcamos estas
palabras del general “superaremos la subversión”. ¿De que subversión se
trataba? ¿Acaso eran los subversivos los
integrantes de las Fuerzas Armadas? Y si no lo eran ¿no sería que Perón se
refería a quienes intentaban derribar a su constitucional gobierno? Y esos
señores, ¿podían alegar que luchaban a favor del pueblo? ¿Y entonces debemos
llegar a la conclusión de que los millones de votos que cosechó Perón, no eran del
pueblo? Racionalmente, entendemos que quienes dicen o decían representar al
pueblo, se representaban a sí mismos. Y estos individuos, asesinando,
secuestrando, poniendo bombas, décadas mas tarde en una forma hipócrita y
falaz, se atreven a sostener que ellos eran los que representaban a la
ciudadanía.
Mientras recordamos
estas palabras del General, no podemos dejar de reflexionar sobre el escaso eco
que estas palabras y otras similares,
tienen en la actualidad, cuando los sanguinarios eventos que se
sucedieron en la década del 70, serían una buena excusa como para
recordarlas, demostrando
de tal forma que el Líder de una gran mayoría de argentinos, no hablaba en vano.
Sus palabras a la par de proféticas, como afirmamos anteriormente, nos revelan que Perón a pesar de que nuestras actuales
autoridades tratan de silenciarlo y de olvidarlo, en su “relato” imberbe, anunciaba que no
era ajeno a la táctica del “entrismo” practicado por falsos seguidores de su
doctrina. Contradecirlo sería, en este caso, una tarea de titanes ya que los
hechos se ocuparon de darle la razón. Guste o no guste a los que usando la
camiseta de peronistas, tratan de desprestigiar a quien evidentemente no fue nunca su
Líder. En su tarea, no tienen en cuenta lo que la ciudadanía piensa
de Perón. Para ellos más fácil sería
tocar el cielo con las manos, que contradecir con fundamento los razonamientos
del entonces Presidente de los argentinos. Se ocuparon los hechos, por si
solos, de ratificar su aguda visión política sobre este escabroso tema. Visión de la
que carecen en absoluto, muchos de los que se autodenominan “seguidores” suyos. Sigue
expresando el general Perón: “Aislaremos a los violentos y a los inadaptados.
Los combatiremos con nuestras fuerzas y
los derrotaremos dentro de la Constitución y la Ley. Ninguna victoria que no
sea también política es válida en este frente. Y la lograremos. Tenemos no sólo
una doctrina y una fe, sino una decisión que nada ni nadie hará que cambie. Tenemos,
también, la razón y los medios de hacerla triunfar. Triunfaremos, pero no en el limitado campo de
una victoria material contra la subversión y sus agentes, sino en el
de la consolidación de los procesos fundamentales que nos conducen a la
Liberación Nacional y Social del Pueblo Argentino, que sentimos como capítulo
fundamental de la liberación nacional y social de los pueblos del continente.”.
Destacamos que cuando expresó Perón: Superaremos a la subversión, hacía
referencia, fuerza es repetirlo, a la actividad
guerrillera de los denominados por sus afines “jóvenes idealistas”.
Al parecer estas expresiones del general Perón, fueron olvidadas o
sencillamente dejadas de lado, por quienes en la actualidad se denominan, ellos solos: “peronistas”. La “historia oficial” hace a un lado expresamente,
que el propio
general D. Juan Domingo Perón calificó duramente a estos grupos subversivos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario