(continuación)
“Las fuerzas del
orden -pero del orden nuevo, del orden revolucionario, del orden del cambio en
profundidad- han de imponerse sobre las fuerzas del desorden entre las que se
incluyen, por cierto las del viejo orden de la explotación de las naciones por
el imperialismo, y la explotación de los hombres por el imperialismo, y la
explotación de los hombres por quienes son sus hermanos y debieran comportarse
como tales. (…) Ha comenzado de este modo el tiempo en que
para un argentino no hay nada mejor que otro argentino. Ésto sólo es
ya revolución de suficiente trascendencia como para agradecer a Dios que nos
haya permitido vivir para disfrutarlo.” El Modelo que presentó el general Perón
recordaba, entre otras cosas “Afirmé
anteriormente que la importación de ideologías alimenta un vicio de origen. Detengámonos
en este problema. Si una ideología no resulta naturalmente del proceso
histórico de un Pueblo, mal puede pretender que ese Pueblo la admita como
representativa de su destino. Este es el primer motivo por el cual nuestro Modelo no puede
optar ni por el capitalismo liberal ni por el comunismo”. (…). Esta frase nos hace reflexionar sobre quienes, con un conocido pasado militante en ese Partido, pretenden como oportunistas que son, ostentar el título de peronistas, atreviéndose incluso a criticar a compañeros que no arrastran ese funesto antecedente. Sigue diciendo el General: “El rechazo de las
posibilidades extremas que nos brindan el capitalismo y el comunismo, no sólo
se fundamentan en su desconexión con la estructura íntima de nuestra
nacionalidad, sino también en el hecho de que su adopción implica servir
automáticamente al neocolonialismo, sea cual fuere su signo doctrinario. Optar
por un Modelo Argentino equidistante de las viejas ideologías es, consecuentemente,
decidirse por la liberación. Por más coherencia que exhiba un modelo, no será
argentino si no se inserta en el camino de la liberación.”
Con referencia a las actividades subversivas de los grupos insurgentes,
que pretendían borrar del mapa al gobierno constitucional, a fin de acceder por
la fuerza de las armas al Poder de la República dijo Perón, como también hemos
recalcado anteriormente: “Si nosotros todavía nos limitamos nuestros propios
medios de defensa, estamos entregándonos a estas
fuerzas, que, como he dicho, las conozco
profundamente y sé cómo actúan.”.
Tal afirmación data de alrededor de tres décadas, pero cobra actualidad
si pensamos que, lo primero que hizo el gobierno democrático del doctor Raúl
Alfonsín, al asumir el Poder, fue derogar toda la
legislación antisubversiva existente, pretextando que lo llevaba a
cabo por estar originada en el anterior gobierno militar. En cambio se sancionó una ley que dejaba sin sanción penal a las
actividades subversivas. Con lo que nos entregó nuestro propio
gobierno, a estas oscuras fuerzas. La norma que sustituyó la anterior, intenta sancionar penalmente a los militares que se alcen
contra el poder civil, pero deja en el tintero
la situación de quienes se alcen contra la autoridad gubernamental, con el fin
de derribarlo o sustituirlo.
En este orden de
ideas no se comprende que legisladores y militantes del actual oficialismo, que
dicen ser “peronistas”, alaben a Ortega Peña, crítico de Perón, aunque con fama
de “peronista”. Traemos a colación, otra vez, lo que señalamos no ha mucho: “Hemos encontrado una
mención, on line, relacionada con imputaciones que
Rodolfo Ortega Peña hace al general Juan Domingo
Perón, como
mentor de la denominada Triple A, una organización paraestatal, que se ocupó de
secuestrar, torturar y asesinar eventualmente, a izquierdistas que militaban en
las organizaciones terroristas.”
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