Recuperación del Palacio de Justicia de Colombia
Continuamos narrando lo sucedido en el sangriento asalto al Palacio de Justicia de Colombia, conforme lo descripto judicialmente. Es decir la conclusión judicial, de la valoración de los elementos de convicción, arrimados en el curso de la investigación que oportunamente se practicara. Todo en aras de la objetividad de la investigación jurisdiccional. "El segundo incendio se presentó aproximadamente a las seis de la tarde
en el primer piso, concretamente en el costado donde funcionaba la biblioteca.
Un consejero de Estado observó cómo en ese sitio algunas personas que no pudo
identificar pero que estaban vestidas de civil prendieron fuego a unos papeles
y luego las llamas se propagaron. De este incendio dice el Coronel Plazas Vega que se
originó con los expedientes encendidos que desde los pisos altos arrojaban los
guerrilleros para tratar de ahuyentar los tanques, pues éstos se alimentan de
gasolina. A su turno, el entonces Mayor Carlos Fracica Naranjo, manifestó que,
cuando se encontraba en el primer piso, en la biblioteca, sintió que en el
ambiente del Palacio reinaba un olor “como a marihuana o bazuco” y que luego
desde el cuarto piso “nos fueron lanzadas varias bombas incendiarias y
químicas, nosotros permanecimos en el sector y posteriormente se pareció que en
el cuarto piso rompían los vidrios lanzando gran cantidad de expedientes
quemados, los cuales cayeron en la biblioteca e incendiaron las divisiones de
las oficinas y la conflagración general del edificio.”
No obstante lo anterior, algunos testigos hablan de “balas explosivas”, “lanzallamas”, y “bolas de candela” que llegaban al tercer y cuarto pisos arrojadas
desde el primero. Pero todo indica que el tercero y más destructor incendio se
presentó en el cuarto piso por la explosión en el auditorio o salón de
audiencias del Palacio de una bomba identificada por los testigos como una
bazooka. Esta detonación se presentó en el costado suroriental, es decir del
lado de la Plaza de Bolívar hacia la carrera séptima, y por este lado avanzó
hacia el norte consumiendo el cuarto piso y parte del tercero”. (…) Hacia las cinco y media de la mañana se
reanudaron los disparos. Los guerrilleros despreciaban los ruegos de rehenes
que imploraban los dejaran salir. Los suplicantes gritos en coro pidiendo cese
al fuego dirigidos a personal de las Fuerzas Armadas, fueron respondidos con
disparos cercanos a ese sector.
Después de sobrevivir el aciago 6 de noviembre, hacia las 8 de la mañana
del día siguiente el Magistrado Manuel Gaona pidió se le permitiera salir para
iniciar un diálogo con el gobierno, a lo que no accedieron los guerrilleros; sin embargo, atendiendo el insistente clamor de
los retenidos y el ofrecimiento del doctor Reynaldo Arciniegas, Almarales
accedió a que saliera dicho Consejero, como
en efecto sucedió a las 9, con la lista de rehenes y el expreso encargo de
llevar un mensaje escrito al gobierno y de regresar al Palacio, pero ninguno de los dos cometidos se realizó, aun
cuando logró comentarle a los militares el deseo de los guerrilleros de
dialogar, les indicó la ubicación exacta y el número de atrapados en el baño
del mezanine (sic) entre el tercero y el cuarto nivel, así como del reducto de la
resistencia guerrillera, tres de los cuales se hallaban heridos.
Dicha
información y la imposibilidad de acceder al baño por las escaleras de arriba o
de abajo, dada la cantidad de fuego que aún se recibía por parte de los
insurgentes, hicieron que las Fuerzas Armadas decidieran perforar un muro del
baño. Para tal efecto se emplearon explosivos que causaron pánico entre rehenes
y subversivos y abrieron un boquete por donde estaba el toallero. Una granada
voló la puerta del baño. Los guerrilleros ordenaron a los Magistrados formar
una fila al frente de ellos. A partir de ese momento de confusión, al ver
cercano su final, por escasez de municiones y combatientes, (los) guerrilleros
empezaron a disparar dentro del baño y produjeron heridas de gravedad a varios
rehenes, entre otros, a los Magistrados Nemesio Camacho (recibió un disparo en
la cabeza y en una pierna) y Hernando Tapias (en un pulmón). Al poco tiempo,
desde el exterior, por el hueco ingresaron disparos que ocasionaron la muerte
instantánea a la abogada asistente del Consejo de Estado Luz Stella Bernal y a
la auxiliar Aura Nieto. En ese desconcierto se oyó una voz
que dijo “salgan”, al abandonar raudamente el baño el Magistrado de
la Sala Constitucional Manuel Gaona Cruz fue
asesinado en el descanso de la escalera víctima de tres disparos en la cabeza propinados
por un guerrillero del M 19.”
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