lunes, mayo 21, 2012

Capítulo 495 - Nos señalaba el general Perón que la guerrilla no obraba aisladamente.


(continuación)



Detengámonos un instante en tales expresiones, emanadas nada menos que del entonces Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas de la Nación, cargo que era ostentado,  por el Presidente Juan Domingo  Perón.  Nos señalaba el general que los atacantes no obraban aisladamente, no atacaban por hacer un daño, por pasión incontrolable, o movidos por el odio o la venganza. Su meta era destruir al Estado, derribando sus instituciones. Apoderarse del Estado era su fin, con el pretexto de transformarlo.  O sea el gramscismo a todo vapor. Estas afirmaciones, provenientes de un testigo calificado sin duda alguno, no fueron tenidas en cuenta por nadie. Al menos no hemos visto que la población reaccionara de alguna forma,  ante el gravísimo  anuncio del Presidente. El general Perón anunció en tal ocasión, algo que de una forma u otra, a lo largo de los años fue tomando cuerpo, cuando ya el Presidente Perón había fallecido. La siguiente nota periodística confirma las afirmaciones del General Perón, en cuanto a las reales intenciones  de los enemigo del país. Es público y notorio que entre el 31 de julio y el 10 de agosto de 1967 en La Habana, Cuba, con la ‘presidencia honoraria’ de Ernesto Che Guevara se realizó la primera conferencia de la Organización Latinoamericana de Solidaridad (OLAS). La ‘cumbre’, cuyas deliberaciones se realizaron en el Teatro Chaplin, produjo varios documentos y en su Declaración General dijo: “El primer objetivo de la revolución popular en el continente, es la toma del poder mediante la destrucción del aparato burocrático-militar del Estado y su reemplazo por el pueblo armado para cambiar el régimen social y económico existente. Dicho objetivo sólo es alcanzable a través de la lucha armada. La guerra de guerrillas, como genuina expresión de la lucha armada popular, es el método más eficaz y la forma más adecuada para librar y desarrollar la guerra revolucionaria en la mayoría de nuestros países y, consiguientemente, en escala continental".  (Extraído de http://www.cronicayanalisis.com.ar/exclusivo1.asp, art. de Juan Bautista Yofre).
En ese marco global, la “guerra revolucionaria” desatada en Argentina implicaba para quienes optaron por esta forma de asalto al poder del Estado por la vía armada, un real riesgo de vida, riesgo que se incrementó notablemente al participar las FFAA  por orden del gobierno constitucional de entonces. Ante esta situación desfavorable, comenzaron a crearse estructuras denominadas “organizaciones no gubernamentales (ONG)” de DDHH, que empezaron a constituirse invocando la defensa de los derechos humanos de los  subversivos terroristas, actuando en su beneficio y defendiendo sólo a  quienes, fuera de la ley, asesinaban impunemente a toda persona que se opusiera a sus objetivos de toma violenta del Poder.
Cual moderno profeta político, nos señala el general Juan D. Perón cual será el destino de la Argentina, de seguir la situación como estaba en esa época. Prueba de la estatura de estadista y de la innata estrategia del general Perón, son estas palabras que recogemos por ser de actualidad, suena profético lo que  afirmaba en esa época: “Mientras el capitalismo insista en sus abusivos sistemas de explotación humana y la explotación del hombre por el hombre sea su norma, el comunismo irá adelante con su ritmo tan rápido, como intenso sea el egoísmo capitalista en su ritmo de explotación humana. En último análisis el conflicto se plantea, por ejemplo, sobre la propiedad. En el sistema capitalista el pueblo no tiene acceso a la propiedad y su capitalización es algo poco menos que inalcanzable en las condiciones actuales de la organización capitalista del trabajo. ¿Qué le importa a un trabajador el derecho romano y la propiedad, si él sabe que son cosas que le están prácticamente vedadas?

"Cuando el comunismo le dice que la propiedad es un prejuicio burgués y que el Estado debe ser el único propietario en beneficio de la comunidad, es lógico que el obrero acepte esto como natural, desde que él considera una injusticia, como en realidad lo es, su miseria en medio de la abundancia. Cuando nosotros creamos la doctrina justicialista y pusimos en ejecución sus postulados desde el Gobierno Constitucional, capitalizando al Pueblo y asegurando a sus hombres el acceso a la propiedad privada, en poco tiempo casi terminamos con los comunistas. Cuando mediante el plan de viviendas, cada trabajador pudo comprar su casa. Cuando mediante la jubilación universal cada ciudadano aseguró su porvenir contra el infortunio. Cuando los obreros mediante el pago de salarios justos y humanos y el control de los precios ajustados a lo real, pudieron hacer economías y llegaron a poseer ahorros. El comunismo no tenía razón de ser y la gente del Pueblo llegó a reírse, como nos reíamos nosotros, de su prédica. Uno de los terribles errores del comunismo es precisamente la supresión de la propiedad, que ha surgido allí como una consecuencia reaccionaria contra la desposesión del pueblo ruso en sus antiguas organizaciones un tanto medievales. Pero hoy ya se habla allí de la necesidad de reimplantar la propiedad privada, como consecuencia de la experiencia recogida en casi cuarenta años de colectivización."

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