viernes, diciembre 18, 2009

Capítulo 276 . Atacantes del MTP al Cuartel del R.I.M.3 de La Tablada Cometieron Delitos De Lesa Humanidad Y Fueron Indultados

(continuación)


Por falta de equipos de visión nocturna el ataque debió ser detenido al oscurecer. Seguidamente se intimó rendición a los terroristas, que respondieron con intenso fuego. Durante la noche los subversivos intentaron romper el cerco. En ese intento dos terroristas se toparon con los comandos y en un intenso intercambio de disparos a muy corta distancia fueron abatidos mientras caía gravemente herido el sargento comando Ramón Waldimiro Orué quien, luego de varios días de sufrimiento, falleció el 2 de febrero en el HMC. Dos comandos infiltrados durante la noche lograron escuchar las conversaciones de los terroristas cercados y comprobaron la baja moral de los atacantes. Una ambulancia que transportaba dos heridos fue alcanzada por disparos de los terroristas y resultó asesinado el sargento ayudante Ricardo Raúl Esquivel, que estaba intentando sacarla del fuego desatado por los subversivos.
A la mañana siguiente, 24 de enero, se intimó nuevamente rendición a los atacantes y, al no recibirse respuesta, se inició el último asalto al Casino de Suboficiales. Instantes después los terroristas se rindieron y se entregaron, usando como escudo humano a soldados y suboficiales que aún mantenían secuestrados. Con esta rendición cayó el último reducto terrorista de importancia. Posteriormente comenzaron las operaciones de limpieza y eliminación de francotiradores. La policía, fuera del cuartel, detuvo a parte del "grupo de agitación".
Después de obtener información básica fueron allanadas las quintas y casas donde se habían concentrado los terroristas. Allí se encontró numerosa documentación y planes que abarcaban acciones terroristas de otros militantes del MTP en Córdoba, Rosario y NO argentino. Los que sobrevivieron al combate resultaron detenidos o huyeron al Uruguay y posteriormente a Nicaragua.
Gorriarán Merlo que coordinó la operación militar con las otras operaciones subsidiarias, inicialmente se ocultó en la localidad de la Reja (provincia de Bs As.), luego pasó al Uruguay desde donde se trasladó a Nicaragua y finalmente marchó a México, donde años después fue detenido. Comentarios de otro combatiente hecho a periodistas posteriormente. "El calor era agobiante”, dijo un combatiente de las fuerzas legales después del combate. "[…] Teníamos mucha sed...la adrenalina, el humo, el combate...tomé litros de agua y no me bastaban, quería más...”… "Supe que iba a ser un combate cruel y salvaje. Vi el salvajismo de esa gente por la forma en que encontramos muertos a nuestros soldados. Tenían una cantidad tremenda de impactos en sus cuerpos. Normalmente, para matar a un hombre, se requieren entre tres y cuatro disparos de Fal como máximo, pero cuando se ve una cabeza destrozada por cinco o seis impactos, y luego cinco o seis impactos más perforando el cuerpo....uno ya sabe cuál es el grado de brutalidad que existe. Ese salvajismo iba más allá de lo que puede verse en cualquier combate. Eran salvajes por la forma como mataban y remataban a nuestros heridos, no respetaban ninguna regla de combate. Le dispararon incluso a la ambulancia que evacuaba heridos […]"
(http://www.partidofederalba.org.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=1053&Itemid=2)

Una nota aparecida en el diario Nueva Provincia, incursiona sobre este tema y nos permite ampliar el conocimiento de los sangrientos episodios: “Gorriarán compromete al actual secretario de Derechos Humanos, Luis Eduardo Duhalde, y al subsecretario de Derechos Humanos, Rodolfo Mattarollo, afirmando que "con el fin de activar y formalizar los contactos con el exterior, habíamos promovido un Instituto de Relaciones Internacionales, donde estaban Rodolfo Mattarollo y Eduardo Luis Duhalde, junto con otros compañeros". En puridad, según palabras del propio jefe del MTP, quienes en el presente trabajan desde el Estado por los Derechos Humanos de los argentinos, otrora fueron partícipes de una banda homicida, cuya naturaleza era violarlos y pisotearlos.

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