continuación)
Al respecto, refiriéndose al tema Mario Sandoval,
el 20 de octubre del 2013 nos señala acertadamente: “Mientras
que en Europa el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) reconoció que
España violó los derechos de una terrorista de ETA, previstos en los artículos
5 y 7 del Convenio Europeo de Derechos Humanos 3 (no retroactividad penal,
legalidad de los delitos y de las penas, detención no regular, ilegal…), en Argentina, la justicia viola impunemente,
de manera sistemática, planificada y organizada esos principios ( entre otros), utilizándolos como símbolos, doctrina y
política pública, para juzgar, condenar, infundir temor, amenazar, todo enemigo
ideológico.
Ninguna ONG, organización,
asociación, militantes
o periodistas defensores de los
derechos humanos muestran
esa injusticia. Prefieren guardar un silencio cómplice y defender sus causas en territorios alejados cuando cotidianamente en el territorio
argentino, hombres
y mujeres,
son víctimas de flagrantes violaciones de los derechos humanos.
En Argentina, los
magistrados instruyen parodias de procesos, inventan jurisprudencias absurdas, proceden a detenciones ilegales, condenan según órdenes o voluntades políticas, construyendo un sistema kafkiano y una
tipología de víctimas; presos
políticos en prisión, perseguidos políticos y/o futuros presos políticos,
acusados de delitos de opinión, enemigos del sistema…. Entre
los cuales todos los sectores socio-profesionales están representados:
empresarios, industriales, representantes de la iglesia católica, magistrados,
ex empleados públicos, médicos, periodistas, ex ministros y altos funcionarios
de gobiernos, abogados, miembros de las fuerzas armadas, de seguridad,
académicos, ex parlamentarios, profesionales diversos……”
Un interno del Servicio
Penitenciario Federal, en una carta misiva dirigida a S.S. el papa Francisco,
datada en el mes de octubre de 2014, señala pormenorizadamente como es la vida
intra muros. Nos dice Pedro César Guerrero, DNI 14.045.001, alojado en el Complejo
Penitenciario Federal II de Marcos Paz: “Soy un preso político que se
encuentra detenido en este Complejo Penitenciario Federal II, desde el
04/11/2008, por presuntos hechos tipificados como “delitos de lesa humanidad”,
los que habrían sido cometidos en la década de 1970.
S S, creo que por toda la
información que Ud. posee y sigue recibiendo, no hace falta detallar en
inventario de las violaciones jurídicas que la Justicia Federal Argentina ha
cometido (y sigue cometiendo) en perjuicio de más de 1.800 (un mil ochocientos)
presos políticos, avasallando derechos constitucionales y procesales y. lo que
es más grave, también aquellos derechos establecidos por los Pactos y Tratados
internacionales que la Argentina ha firmado y asumido libremente.
Pero
lo que me impulsa a enviarle este mensaje, no es tanto la denuncia de la aberración jurídica, sino las
permanentes violaciones a los Derechos Humanos de los Presos Políticos y de sus
familiares, sometidos
permanentemente a la arbitrariedad, humillaciones, persecución y hasta amenazas por
parte de grupos políticos financiados (escandalosamente, por cierto) y dirigidos por
funcionarios del gobierno.
El promedio de edad de los más
de 1.800 presos políticos de las distintas Fuerzas Armadas (Ejército, Marina y
Aeronáutica), Fuerzas de Seguridad (Gendarmería y Prefectura), Fuerzas
Policiales (Federal y Provinciales) y civiles, supera los 70 (setenta) años. Es decir, que
la abrumadora mayoría (75 al 80% de los presos
políticos) es gente anciana.
En
los 5 años y 11 meses de detención que llevo cumplidos, me he sentido en
incontables oportunidades (y
aún me siento),
torturado por el espectáculo diario de ancianos mayores de 80 (ochenta) años, o algo menores
pero con movilidad limitada por sus dolencias físicas, que son llevados a comparecer
ante los distintos Juzgados o
para asistir a los debates orales y públicos en condiciones de tormento.
Los
traslados para comparendos judiciales, como las salidas sanitarias, comienzan a
las 04:30 hs. y
el regreso, en el mejor de los casos, se efectiviza después de las 18:00hs.. Pero en muchas
oportunidades recién se producen a las 00:00 hs., o aún alrededor
de la 01:00 hs. del día siguiente, sin importar que luego, a las 04:30 hs. tenga que
salir nuevamente. Y
esto sucede mientras
en realidad, en la mayoría de los casos, ya en horas de la mañana habían terminado su trámite de
comparendo.
A
estos comparendos (o
consultas médicas)
son llevados esposados, con
gran riesgo de lesiones,
en vehículos inadecuados aún para personas jóvenes, normalmente sin
calefacción ni aire acondicionado y, en todo ese tiempo con escasa o nula
alimentación y
provisión de agua.
Pregunto a S S: ¿No parece este cruel
tratamiento enderezado a
la ejecución de una verdadera eutanasia?
Se me caen lágrimas de
impotencia cuando recuerdo a muchos de esos ancianos, suplicar a los guardias
para ser asistidos por alguna dolencia, o reclamar una medicación específica y
urgente, que
le habían prescripto 48 o 72 horas antes.
Pregunto a S S: ¿No constituye
este abandono de persona, parte de un plan sistemático de eutanasia?
Cuando
se logra conseguir un turno para realizar una consulta médica extramuros con
un especialista o
para realizar un estudio determinado, en un altísimo porcentaje se llega tarde y se pierde el turno…, a pesar de
haber salido a las 04:30 hs. del
Complejo Penitenciario. Parece una broma de mal
gusto lo que estoy narrando pero no es más que una muestra de la cruda realidad
que estamos padeciendo.
Esta situación es
perfectamente conocida por el Poder Judicial de la Nación, que no interviene
porque es “política de Estado”.
A los presos políticos que
pagan puntualmente su Obra Médica Social, les corresponde ser atendidos en los
hospitales de cada Fuerza (Militar, Naval, Aeronáutico, Policial, etc.); pero
por un acuerdo criminal entre el Ministerio de Defensa y el de Justicia, se
prohibió a esos centros de salud que puedan atender a imputados por “delitos de
lesa humanidad”.
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