lunes, diciembre 28, 2015

Capítulo 831 - La Argentina ha ingresado en el espinoso sendero de la justicia retaliativa.








continuación)
Al respecto, refiriéndose al tema Mario Sandoval, el 20 de octubre del 2013 nos señala acertadamente:  Mientras que en Europa el Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) reconoció que España violó los derechos de una terrorista de ETA, previstos en los artículos 5 y 7 del Convenio Europeo de Derechos Humanos 3 (no retroactividad penal, legalidad de los delitos y de las penas, detención no regular, ilegal…), en Argentina, la justicia viola impunemente, de manera sistemática, planificada y organizada esos principios ( entre otros), utilizándolos como símbolos, doctrina y política pública, para juzgar, condenar, infundir temor, amenazar, todo enemigo ideológico. Ninguna ONG, organización, asociación, militantes o periodistas defensores de los derechos humanos muestran esa injusticia. Prefieren guardar un silencio cómplice y defender sus causas en territorios alejados cuando cotidianamente en el territorio argentino, hombres y mujeres, son víctimas de flagrantes violaciones de los derechos humanos.
En Argentina, los magistrados instruyen parodias de procesos, inventan jurisprudencias absurdas, proceden a detenciones ilegales, condenan según órdenes o voluntades políticas, construyendo un sistema kafkiano y una tipología de víctimas; presos políticos en prisión, perseguidos políticos y/o futuros presos políticos, acusados de delitos de opinión, enemigos del sistema…. Entre los cuales todos los sectores socio-profesionales están representados: empresarios, industriales, representantes de la iglesia católica, magistrados, ex empleados públicos, médicos, periodistas, ex ministros y altos funcionarios de gobiernos, abogados, miembros de las fuerzas armadas, de seguridad, académicos, ex parlamentarios, profesionales diversos……”

Un interno del Servicio Penitenciario Federal, en una carta misiva dirigida a S.S. el papa Francisco, datada en el mes de octubre de 2014, señala pormenorizadamente como es la vida intra muros. Nos dice Pedro César Guerrero, DNI 14.045.001, alojado en el Complejo Penitenciario Federal II de Marcos Paz:  “Soy un preso político que se encuentra detenido en este Complejo Penitenciario Federal II, desde el 04/11/2008, por presuntos hechos tipificados como “delitos de lesa humanidad”, los que habrían sido cometidos en la década de 1970.

S S, creo que por toda la información que Ud. posee y sigue recibiendo, no hace falta detallar en inventario de las violaciones jurídicas que la Justicia Federal Argentina ha cometido (y sigue cometiendo) en perjuicio de más de 1.800 (un mil ochocientos) presos políticos, avasallando derechos constitucionales y procesales y. lo que es más grave, también aquellos derechos establecidos por los Pactos y Tratados internacionales que la Argentina ha firmado y asumido libremente.

Pero lo que me impulsa a enviarle este mensaje, no es tanto la denuncia de la aberración jurídica, sino las permanentes violaciones a los Derechos Humanos de los Presos Políticos y de sus familiares, sometidos permanentemente a la arbitrariedad, humillaciones, persecución y hasta amenazas por parte de grupos políticos financiados (escandalosamente, por cierto) y dirigidos por funcionarios del gobierno.

El promedio de edad de los más de 1.800 presos políticos de las distintas Fuerzas Armadas (Ejército, Marina y Aeronáutica), Fuerzas de Seguridad (Gendarmería y Prefectura), Fuerzas Policiales (Federal y Provinciales) y civiles, supera los 70 (setenta) años. Es decir, que la abrumadora mayoría (75 al 80% de los presos políticos) es gente anciana.

En los 5 años y 11 meses de detención que llevo cumplidos, me he sentido en incontables oportunidades (y aún me siento), torturado por el espectáculo diario de ancianos mayores de 80 (ochenta) años, o algo menores pero con movilidad limitada por sus dolencias físicas, que son llevados a comparecer ante los distintos Juzgados o para asistir a los debates orales y públicos en condiciones de tormento.
Los traslados para comparendos judiciales, como las salidas sanitarias, comienzan a las 04:30 hs. y el regreso, en el mejor de los casos, se efectiviza después de las 18:00hs.. Pero en muchas oportunidades recién se producen a las 00:00 hs., o aún alrededor de la 01:00 hs. del día siguiente, sin importar que luego, a las 04:30 hs. tenga que salir nuevamente. Y esto sucede mientras en realidad, en la mayoría de los casos, ya en horas de la mañana habían terminado su trámite de comparendo.

A estos comparendos (o consultas médicas) son llevados esposados, con gran riesgo de lesiones, en vehículos inadecuados aún para personas jóvenes, normalmente sin calefacción ni aire acondicionado y, en todo ese tiempo con escasa o nula alimentación y provisión de agua.

Pregunto a S S: ¿No parece este cruel tratamiento enderezado a la ejecución de una verdadera eutanasia?

Se me caen lágrimas de impotencia cuando recuerdo a muchos de esos ancianos, suplicar a los guardias para ser asistidos por alguna dolencia, o reclamar una medicación específica y urgente, que le habían prescripto 48 o 72 horas antes.
Pregunto a S S: ¿No constituye este abandono de persona, parte de un plan sistemático de eutanasia?

Cuando se logra conseguir un turno para realizar una consulta médica extramuros con un especialista o para realizar un estudio determinado, en un altísimo porcentaje se llega tarde y se pierde el turno…, a pesar de haber salido a las 04:30 hs. del Complejo Penitenciario. Parece una broma de mal gusto lo que estoy narrando pero no es más que una muestra de la cruda realidad que estamos padeciendo.

Esta situación es perfectamente conocida por el Poder Judicial de la Nación, que no interviene porque es “política de Estado”.


A los presos políticos que pagan puntualmente su Obra Médica Social, les corresponde ser atendidos en los hospitales de cada Fuerza (Militar, Naval, Aeronáutico, Policial, etc.); pero por un acuerdo criminal entre el Ministerio de Defensa y el de Justicia, se prohibió a esos centros de salud que puedan atender a imputados por “delitos de lesa humanidad”.  

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