(continuación)
Fue dable advertir, desde el inicio de la investigación del TMN, que los
jueces no se encontraban enconados contra los acusados. No se advierten sino rasgos de evidente
equidad y de justicia, adecuada a su sagrada misión de administrarla. En los casos que hemos
inspeccionado, se advierten las huellas más objetivas posibles, ya que no se nos
oculta que tendrían derecho los magistrados a dejarse llevar por las bajas
pasiones humanas, que puede horadar la justicia verdadera.
Examinando los casos de algunos condenados penalmente por el Tribunal
Militar de Nuremberg, hemos podido encontrar no uno, sino muchísimos casos en
que se condena al infractor y, a los años es liberado, por diferentes razones.
En el caso de Konstantin von Neurath, condenado a cumplir
15 años de pena de cárcel, fue liberado en 1954. Anteriormente su hija Winifned
von Mackensen dirigió una petición de clemencia al generalísimo Joseph Stalin,
pidiéndole que tuviera compasión de su progenitor. No fue contestada.
El Gran Almirante Erich Raeder fue liberado el 26 de septiembre de 1955. Fue el hombre que dirigió la
reconstrucción de la marina de guerra alemana. Viviría luego 5 años, ya que
falleció el 6 de noviembre de 1960 a los 84 años de edad.
Walter Funk fue liberado en 1957. Joseph Dietrich fue
condenado por el TMI en 1946 a una pena de 25 años de prisión. Fue amnistiado 9
años más tarde. Otto Dietrich, fue condenado en 1949 a
cumplir la pena de 7 años de prisión y fue amnistiado 1 año después. Todas
las penas capitales dictadas por el tribunal de Dachau son conmutadas
por cadena
perpetua.
El máximo responsable, Joachim Peiper, permaneció encarcelado en la prisión de Schwäbisch hasta el 22 de diciembre de 1956. Destacamos
que Peiper
no cumplió la totalidad de la pena ya que fue liberado por el tribual con
alrededor de 10 años de prisión cumplidos.
Otro caso, conocido como la Masacre de
Oradour sur Glene, Francia ocupada,
ocasión en que fuerzas de la S.S. detuvieron a los habitantes de allí,
hombres y mujeres e incluyendo algunos niños a los que quitaron la vida
mediante armas de fuego e incendio. A los hombres los asesinaron alevosamente a tiros de
ametralladora y pistolas mientras que las
mujeres, jóvenes o ancianas, y los niños fueron encerrados en la iglesia del
pueblo, que fue objeto de bombas
incendiarias, que causaron en total 642 personas asesinadas. El principal acusado fue el
oficial de las S.S. Heins Barth, que para esa
época contaba con 23 años. Indiscutiblemente Barth, entre otros
delitos cometió el delito de lesa humanidad.
Recién
en 1983 fue condenado
a la pena de prisión perpetua la que no se cumplió, ya que, en 1997 quedó
libre por acto de clemencia. O sea que cumplió detenido 14 años.
El diario argentino Clarín,
con fecha 20 de octubre ppdo. nos señala parte de la realidad, en Alemania.
Hace referencia, en una investigación a fondo, a través de los años, con
relación a los nazis y a su posterior destino, el que precisamente en ciertos y
determinados casos, no fue la cárcel. Refiere el matutino: “El
ministerio de Justicia alemán hurgó en su pasado y encontró que, hasta entrada
la década del 70, entre sus funcionarios más
importantes había un alto número de antiguos nazis, incluso algunos
que habían ordenado ejecuciones y saqueos a
judíos, participado en la administración de las leyes raciales hitlerianas o colaborado en la planificación del Holocausto”. Se trataba de imputados de delitos de
lesa humanidad.
“Los datos surgen del
estudio bautizado “El Acta Rosenburg”, que la propia cartera de Justicia encargó a
expertos independientes hace cuatro años y que el ministro Heiko Maas
(socialdemócrata) presentó ayer en Berlín. Según el informe, casi
ocho de cada diez altos funcionarios del ministerio de Justicia de la Alemania
Occidental eran en 1957 antiguos nazis, una proporción mucho más alta de lo que se suponía
hasta ahora.”
“El acta
Rosenburg” (por el edificio que albergaba al ministerio de Justicia en la
posguerra en Bonn) menciona algunos casos notorios, como el de Franz Massfeller,
responsable en 1945 del “derecho de Raza y de Familia” en el ministerio de
Justicia del Reich. El funcionario hitleriano participó
incluso en las reuniones en las que se planificó la aplicación de lo decidido en la Conferencia de Wannsee, es decir, la “solución final sobre los judíos”, el genocidio nazi. Massfeller fue hasta 1960
consejero del ministerio y jefe del departamento de Derecho de Familia. Otro caso increíble
es el de Max Merten, quien entre 1942 y 1945 había sido director del
ente “Administración y Economía”, encargado de saquear y deportar a más de 50 mil judíos
de Tesalónica, Grecia. Esto no impidió que en 1952 fuera “jefe de
ejecuciones judiciales” del ministerio de Bonn.
“La
continuidad de este personal afectó y demoró el nuevo comienzo democrático”,
destacó el ministro de Justicia Heiko Maas ayer, en Berlín. Desde 1950, el
ministerio tenía incluso un “departamento central de asistencia judicial” que
apoyaba a los alemanes denunciados ante tribunales extranjeros por
crímenes de guerra o crímenes nazis. Este
departamento fue trasladado al ministerio de Relaciones Exteriores en 1953.”
(…)
“Incluso
en 1968, en plena efervescencia de las protestas estudiantiles, el funcionario judicial Eduard
Dreher logró
que los crímenes nazis prescribieran
a los 15 años, en
vez de 20 como hasta entonces.”
No
podemos pasar por alto, la circunstancia de que en Alemania el máximo exigido por la ley local, para que prescriban los crímenes de guerra ascendía, en esa época, a 20 años, disminuyéndose el tope, a 15 años,
mientras que en la
Argentina,
directamente aquellos no prescriben. Un misterio de la política o de una hábil
retaliación? (https://www.clarin.com/mundo/ii-guerra-justicia-alemania-copada_0_Sy2ae9Y0.html)
Ignoramos
que decisión adoptó Alemania, luego del 11 de noviembre de 1970, año de entrada
en vigor de la Convención Internacional sobre Prescripción de estos delitos
internacionales. Si adhirió Alemania a esta Convención internacional, sin
reserva alguna es una cosa, caso contrario, podríamos aseverar que en
territorio alemán, como ley más benigna, podría estar aplicándose el lapso
modificado de 15 años.
Basta
para ilustrar los casos de los militares alemanes, que escaparon a los juicios
de guerra por todos conocidos, el
del mayor general Reinhard Gehlen quien
fue promovido al rango de Mayor General y su tarea se concentró en la
inteligencia contra la Unión Soviética y sus
tácticas en el campo de batalla, como Jefe del departamento de
"Fuerzas Extranjeras del Este" (Fremde Heere Ost), dedicado a evaluar la situación del enemigo en
el Frente del Este. Esta información le
sería de inconmensurable valor después de la guerra. En marzo de 1945,
sabedor de que el fin del Tercer
Reich estaba cerca, Gehlen y un pequeño grupo de oficiales microfilmó
los archivos del Fremde
Heere Ost acerca de la URSS y los puso en envases herméticos. Los envases
fueron enterrados en varios lugares de los Alpes austriacos. Finalizada la
contienda, este militar y los suyos ofrecieron los servicios a los E.E.U.U.
rindiéndose formalmente a las tropas de este país. Negoció los secretos que habían ocultados las fuerzas de inteligencia, y los Aliados hicieron lo posible para eliminarlo a
él y a otros centenares de militares en similar situación, de las listas de imputados. Los vaivenes de
su actuación es largo mencionarlos aquí. Lo cierto es que finalmente terminó su
carrera, como el titular de la Inteligencia alemana, hasta que se vio forzado a
renunciar por cuestiones personales. (Fuente:
Wikipedia)
Por su parte
en (http://www.buscafortunas.com/siglo_xx/ex_nazis.htm) se afirma que “Cuando
la guerra fría empezó, los americanos no sabían casi nada sobre su nuevo
adversario. Las primeras informaciones de relieve las proporcionó el general
Reinhard Gehlen, quien durante el Tercer Reich fue jefe del espionaje contra
los rusos (Fremde Heere Ost). Gehlen se había rendido a los americanos en mayo
1945 ofreciéndoles su colaboración más todo su equipo y archivos. Durante los primeros años tras el
final de la guerra, la
mayoría de los datos americanos sobre los países del este de Europa procedieron de las fuentes de
Gehlen. No tardó mucho Gehlen en recibir un sueldo fijo al
ocuparse de la creación de su propio servicio secreto, la ORG (Organisation
Gehlen), reclutando muchos veteranos experimentados de la SS, SD y Gestapo.”
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