jueves, junio 22, 2017

Capítulo 941 - Diversos casos que finalizaron con la aceptación del pedido de clemencia.








 (continuación)
Pasemos al proceso judicial tramitado por la Masacre de Malmedy, conocido oficialmente como Caso 6-24 “EEUU vs. Valentín Bersin et al” (http://www.forosegundaguerra.com/viewtopic.php?t=12442) Este juicio merece una singular atención, ya que se distingue por la presencia del estrépitu fori. Señala la web que, tuvo lugar en Dachau entre los días 12 de mayo de 1946, fecha en que comenzó el proceso, y 16 de julio de 1946, fecha en que se leyeron los veredictos.

En Dachau se celebraron, simultáneamente a los “Juicios de Nuremberg”, los “Juicios de Dachau”, conducidos por militares estadounidenses contra los administradores y guardias de los campos de concentración alemanes. Por ello, los juicios contra criminales de guerra alemanes, como el de Malmedy, que se celebraron en Dachau también se engloban a menudo dentro de los “Juicios de Dachau”.

En ese juicio se acusaron a varios miembros de las Waffen SS (73 miembros, para ser exactos) del asesinato de varios prisioneros de guerra estadounidenses (80, para ser exactos) en la encrucijada de Baugnez el 17 de diciembre de 1944 durante la contraofensiva alemana de las Ardenas. Esos hechos se conocieron como la “Masacre de Malmédy”. (…)

Creemos que nunca se sabrá qué sucedió realmente en aquel fatídico día de diciembre de 1944, pero independientemente de que allí se asesinaron efectivamente a varios prisioneros de guerra estadounidenses,
la investigación y el proceso judicial que siguieron tras la guerra para esclarecer y castigar a los autores de esos crímenes no contribuyeron precisamente a fortalecer la honorabilidad de la justicia militar americana, sino todo lo contrario: sirvieron para provocar finalmente un gran debate a ambos lados del Atlántico, tanto en la arena pública como en la política, y dejaron en entredicho las investigaciones y procedimientos judiciales del U.S. Army.

Muy someramente, puede asegurarse que los interrogatorios pre-judiciales seguidos por la administración militar estadounidense contra los acusados alemanes estuvieron acompañados de prácticas muy propias de los regímenes totalitarios, pero totalmente inaceptables para un régimen democrático como el estadounidense. El maltrato a los prisioneros, el aislamiento inhumano, la desnutrición conscientemente provocada, los juicios falsos y una larga serie de prácticas contrarias a la ley para poder obtener declaraciones y confesiones de los acusados no pudieron finalmente ser encubiertas por quienes las habían fomentado o permitido previamente.

El mismo juicio hubo de reconocerse como impropio, y al final –con ambiciones políticas personales y juego diplomático internacional de por medio- todas las sentencias de muerte hubieron de ser conmutadas a penas de prisión de por vida, y, finalmente, ninguno de los acusados llegó a cumplir completamente su sentencia. La composición del tribunal militar, los comités y subcomités que se crearon para revisar todo el proceso forman parte de esta historia confusa y laberíntica.

Hemos leído varios libros sobre los juicios de Dachau, pero ninguno de ellos presenta un estudio tan riguroso, agudo e inteligente como el de Frank M. Buscher, The U.S. War Crimes Trial Program in Germany, 1946-1955 (Greenwood Press, 1989), donde realmente se ponen de relieve en su justa medida todas las miserias y virtudes del mundo del poder durante esa etapa de la historia.”.

Una vez terminada la guerra en Asia, el 15 de agosto de 1945, el ejército de los Estados Unidos ocupó la totalidad de Japón y gran parte de las antiguas colonias asiáticas de este país. Desde ese momento se inició la persecución y detención de los altos miembros del Estado y Ejército nipón. En paralelo con el circense Juicio de Nuremberg, se constituyó un Tribunal Penal Militar Internacional para el Lejano Oriente, con el fin de juzgar a los imputados de los supuestos crímenes recogidos en el Estatuto o Carta de Londres del 8 de agosto de 1945.
Las condenas a muertes fueron ejecutadas por ahorcamiento en la Prisión Sugamo en Ikebukuro, el 23 de diciembre de 1948.
En 1950 es indultado Shigemitsu Mamoru, quien se convertiría nuevamente el año 1954 en ministro de Relaciones Exteriores. En 1955 se perdonó a los que se encontraban cumpliendo sentencia, los que salieron en libertad aquel año, salvo Koiso, Shiratori, y Umezu que murieron de causa natural en la prisión. Varios de los condenados en este proceso se encuentran enterrados en el Santuario Yasukuni, en Tokio.

Finalmente, no podemos dejar a un lado, el caso de los diversos juicios criminales seguidos a quienes fueron guardianas de campos de concentración nazis. Debemos señalar que se han encontrado casos de aplicación de clemencia, en las condenas que ellas sufrieron oportunamente.(https://es.wikipedia.org/wikuardianas_en_campos_de_concentraci%C3%B3n_nazis). Se trata de juicios que se siguieron, por violación a los derechos humanos, por parte de   quienes se desempeñaron como guardianas en diversos campos de concentración. 

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