sábado, febrero 23, 2008

Capítulo 194 - La Administración de Justicia en el Juzgamiento a los Violadores de DD.HH. Debe Guardar Una Profunda Asepsia Ideológica

(continuación)


El desarrollo de la subversión se encauza normalmente a través de varias “fases o etapas” cuya diferenciación -sólo formal- evidencia el grado de evolución del proceso, pero ello no implica que necesariamente habrán de desarrollarse en su totalidad y tampoco, en algunas circunstancias, en el orden o secuencia con que se menciona. Tampoco tienen un final y un principio definido, sino que en general estas se van superponiendo según sea el adelanto que se vaya logrando. (Extraído de la web “Década del 70.com”)
La organización guerrillera, Ejército Revolucionario del Pueblo, al promediar 1974 contaba con alrededor de 3.000 hombres en pie de guerra, en todo el país, con apoyo externo, es decir ayuda material de potencias extranjeras, pero al parecer sin ningún objeto, ya que se encargaban de la acción violenta sanguinaria y exterminadora, los “particulares” anteriormente citados.
No veo que ésto se trate precisamente de un accionar que se calificaría, según la Fiscalía General, como hechos fugaces y aislados de ciudadanos particulares, que un día se despertaron con el capricho de asesinar, extorsionar, secuestrar, colocar bombas y otros menesteres que sería largo enunciar.
El error en que incurren habitualmente quienes se ocupan de este tema, error doloso o no, es tratar de entender los gravísimos episodios sucedidos en la denominada Década del 70, dejando a un lado ciertos elementos cuya ausencia no permite comprender lo acontecedido, en toda su dimensión. La integralidad se ve afectada por una actitud, a veces interesada, que oculta ciertos episodios o destaca otros sin la menor importancia. Con lo que, en definitiva lo que logramos, es que el panorama histórico sea mirado con un solo ojo: generalmente el izquierdo.
El interés de ciertos grupos radicalizados, de victimizarse mediante la distorsión de la realidad de lo acontecido, no permite arribar a la verdad. Prueba de ello es que se insiste en que los peronistas fueron perseguidos por las fuerzas armadas, en razón de su ideología. Todos sabemos que grupos de izquierda, radicalizados extremistas, que pretendían adoctrinar mediante el uso sanguinario de sus armas, mediante el denominado “entrismo” se mimetizaron en el movimiento peronista, a fin de coparlo.
Las sentencias judiciales que analizan lo ocurrido, ya que es necesario hacerlo puesto que es la tarea del juez reconstruir científicamente el pasado que evalúa, no examinan los eventos sucedidos, con la rigurosidad y precisión que se exigen fin de no incurrir en injusticias. Alguien se interrogará: ¿Y que relación tiene con la responsabilidad criminal de los imputados? Creemos que tiene una necesaria relación, una conexidad que de dejarse de lado, podrá hacer incurrir al juez en un error garrafal.

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