sábado, noviembre 10, 2012

Capitulo 558 - Los países "bolivarianos" conspiran contra organismos de la OEA


(continuación)
La vigencia continental de los citados instrumentos, no impide que las obligaciones reseñadas en ellos  no se cumplan  taxativamente, en la medida que corresponde. En efecto, es de señalar que lamentablemente  un grupo de naciones en forma paulatina, lenta pero firmemente, señalan su desacuerdo con los fines del organismo interamericano. En el caso de Venezuela,  vemos que su gobierno se resiste a dar cumplimiento a tales obligaciones internacionales. A lo que unimos que, en Cochabamba, Bolivia hace poco se celebró la 42ª asamblea general de la Organización de los Estados Americanos (OEA) ocasión en que se trató un tema predominante: el futuro de la Comisión IDH. Tanto el país anfitrión como Ecuador y Venezuela consideran a la misma como  un  “ente inquisidor”,  en razón de los duros informes  sobre sus prácticas de los derechos humanos. Tal circunstancia los llevó a promover una reforma en la Comisión, sobre la base de las recomendaciones aprobadas en la OEA en enero de 2012. La más controvertida de tales recomendaciones proponía que la Comisión IDH debía consultar con los Estados antes de aplicarles medidas cautelares. Según fuentes internacionales consultadas el propósito de estas reformas es “neutralizar” la labor de la Comisión, en favor de aquellos países. Lo que fue corroborado, a su vez, por el propio presidente de Bolivia Evo Morales, quien afirmó: “Decidimos participar en la asamblea de la OEA para poner en su sitio a cierta burocracia internacional que se creé por encima de nuestros Estados. Nuestro pueblo no permitirá lo que ya vivimos con el FMI y el Banco Mundial, ahora en nombre de los derechos humanos”.
Al respecto Eduardo Bertoni, corresponsal de La Nación, de Buenos Aires, Argentina nos señala que “estamos frente a una asamblea envuelta en un hecho muy peligroso: el intento de debilitar de manera grave La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (RELE), cuyo mandato es la promoción, protección y defensa de un derecho consustancial con la democracia”.  Sigue refiriendo el aludido  que “Las propuestas de quienes siguen a Ecuador para “fortalecer” el sistema interamericano de protección de derechos humanos apuntan, en realidad, a lo contrario.  Por ejemplo, la RELE ya no podría publicar un informe anual propio, donde se denuncian violaciones de la libertad  de expresión, separado del informe de la Comisión IDH. Es decir, se pretende  “fortalecer” el cuidado de los derechos humanos, impidiendo que se publique un informe que lleva una práctica de más de una década. En lugar de pedir más informes especiales, se pide que uno desaparezca.”
En ocasión de celebrarse en San Pablo, Brasil la Asamblea General de la SIP, nos señala La Nación, que el escritor mexicano y ex canciller Jorge Castañeda hizo un encendido llamado a defender el sistema interamericano de derechos humanos, frente a los embates de Venezuela, Ecuador, Nicaragua y la  Argentina.  “Me parece realmente escandaloso que haya gobiernos, los del ALBA en particular, que quieran debilitar a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y la Relatoría para la Libertad de Expresión, por razones de política interna, ideológicas o de inconformidad de la relatoría con lo que ellos están haciendo”. En dicho acto usó de la palabra José Vivanco, director de la división de las Américas de la ONG Human Rights Watch, quién afirmó que la presidente de la Argentina modificó su postura sobre el tema de los derechos humanos. “En política exterior me preocupa que la Argentina, en los últimos tiempos, le ha ido bajando el perfil a su compromiso con los derechos humanos” expresó.  Vivanco advirtió sobre los riesgos de terminar construyendo monopolios informativos gubernamentales.
Advertimos que ciertos países no son coherentes en la defensa de los derechos humanos. Si los que gobiernan en ellos se encuentran en la oposición, la defensa de tales derechos, es permanente, tenaz, estentórea, universal. Podríamos calificar  tal defensa como “profesional”. Defienden tanto la libertad individual como la libertad de expresión. Defienden todo tipo de libertades. Rubrican cuanto convenio o tratado se les ponga a mano, con la sola condición de que se trate de la defensa irrestricta de los derechos humanos. Cuando estos señores, estos personajes, acceden al Poder dan un giro copernicano e inexorablemente los vemos perseguir a los opositores, en nombre de algún “imperialismo”. Siempre hay motivo como para privar de la libertad a cualquier persona que se les oponga. En los países que tienen la desgracia de ser gobernados por estos singulares personajes, los tratados internacionales que se relacionan con los derechos humanos, son incumplidos a rajatabla. Al punto que parecería que los encajonan y nunca más ven la luz. Un caso típico es Venezuela. El trato que ha tenido el dictador Hugo Chávez, en cuanta oportunidad fue tomado prisionero por fragotear, no lo tiene él con sus prisioneros políticos. No les perdona una. Considera a los opositores no como adversarios ideológicos, que lo son, sino  como  “enemigos” a aniquilar cual ratas,  para quienes ni siquiera se les aplica la justicia. A raíz de la actitud de Chávez, la omisión IDH viene calificando a su gobierno, en forma negativa en relación al respeto de los derechos humanos.  Señala este organismo internacional, en su informe anual,  que “Leyes restrictivas, una "grave" criminalidad, ataques a la libertad de expresión y la "fragilidad" del poder judicial afectan seriamente los derechos humanos en Venezuela.  La  Comisión incluyó a Venezuela, junto a Cuba, Honduras y Colombia, en el llamado Capítulo IV de su informe, dedicado a aquellos países donde existen situaciones que afectan "seria y gravemente el goce y disfrute de los derechos fundamentales".
Venezuela, que ha amenazado con abandonar el ente autónomo de la Organización de Estados Americanos (OEA) alegando que está parcializado en su contra, ha sido incluida en esta "lista negra" de los informes anuales por una década, desde 2002. Durante 2011, la CIDH observó la continuación de la "provisionalidad de los jueces y fiscales" lo que "conlleva a la fragilidad del poder judicial y a su falta de independencia", indicó en el informe presentado hace uno días en la OEA. Recordamos cuando la Comisión fue recibida en la Argentina, durante el gobierno de la dictadura militar. El gobierno de esa época fue mas receptivo a los pedidos de la Comisión, que el gobierno chavista del dictador Hugo Chávez. No sólo se ha negado pertinazmente a que se concrete una visita in situ de la Comisión D.D.H. al territorio venezolano, sino que a raíz del contenido de los informes emanados de este organismo internacional, el dictador contesta con insultos e improperios, dignos de un matón barriobajero.

 No encuentra explicación racional la fraternidad que demuestra la Argentina, con Hugo Chávez.  Al parecer la circunstancia de violar derechos humanos, sólo es tenida en cuenta para ser repudiada,  cuando se trata de miembros de las fuerzas armadas y de seguridad de nuestro país, actuantes en la década del 70. Cuando se trata de otro país, violador de los derechos humanos, queda a criterio del oficialismo el trato a dispensar al mismo, según convenga a ocultos intereses. Nos señala un informe de la ONG CATO que, en las últimas elecciones venezolanas Chávez utilizó los ilimitados recursos del Estado para su campaña de reelección. Canales estatales de televisión transmitían propaganda chavista, y edificios estatales mostraban propaganda oficialista; Las apariciones televisivas de Capriles estaban limitadas a tres minutos diarios, mientras que Chávez aparecía durante horas a la vez en todos los canales, como lo demanda la ley;  el padrón electoral contenía irregularidades o era al menos cuestionable. Desde 2003 hasta 2012, el número de votantes registrados aumentó de 12 millones a casi 19, a pesar de que la población creció tan solo unos pocos millones durante ese período. Catorce de los 24 estados de Venezuela tienen más votantes registrados que personas con capacidad para votar. Hay miles de votantes registrados con edades entre los 111 y 129 años; El Gobierno intimidó a los votantes, empezando por aquellos que son empleados públicos, al insinuar que su voto no sería secreto.

 “A esa lista incompleta sume el hecho de que Chávez controla todas las instituciones estatales –incluyendo el Ejército, el Congreso, la Corte Suprema, el Consejo Nacional Electoral, el monopolio nacional de petróleo, etc.– y casi todos los medios de comunicación (incluyendo gran parte de la prensa privada, cuyos derechos han sido violados), y que mantiene al sector privado a raya a través de controles de capital y otras formas de represión económica. El abuso de poder ha sido bien documentado por el Washington Post, Mary O’Grady del Wall Street JournalThe Economist y otras fuentes. Venezuela dejó de ser una democracia hace mucho tiempo”. (

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