domingo, febrero 15, 2015

Capítulo 764 - El periodista Pepe Eliaschev informó oportunamente sobre el intento de encubrir el delito de lesa humanidad que afectó a la AMIA.





(continuación)
Para los iraníes, resulta lógico que ellos exijan sanciones contra quienes conspiran contra la seguridad de Irán y quienes atentan contra su seguridad. No comprenden, al parecer que cualquier ciudadano de otro país, reflexionaría en forma similar. En el caso del atentado a la AMIA, ellos unen a tales aspiraciones, la circunstancia de que no confían en la justicia argentina. Aclaremos que desconfían de la justicia, en general, salvo de la justicia iraní. De allí un paso para exigir, cundo se presenta el caso, la actuación de árbitros o de amigables componedores, a fin de evitar conflictos judiciales donde el aleatorio resultado podría perjudicar sus intereses. El proemio precedente, nos lleva a un artículo publicado en el diario Perfil, de Argentina, el 11 de marzo del 201,1 firmado por el prestigioso periodista Pepe Eliaschev, desaparecido recientemente. 

Señala el autor que “El gobierno de la presidenta Cristina Kirchner estaría dispuesto a suspender de hecho la investigación de los dos ataques terroristas que sufrió este país en 1992 y 1994, en los que fueron destruidas las sedes de la embajada de Israel y de la AMIA en Buenos Aires, según revela un documento hasta hora secreto, recientemente entregado por el ministro de Relaciones Exteriores de la República Islámica de Irán, Alí Akbar Salehi, al presidente Majmud Ajmadineyad. Para la diplomacia de Irán, las investigaciones argentinas habrían quedado cerradas. El canciller iraní le asegura en su informe al presidente Ajmadineyad que “la Argentina ya no está más interesada en resolver aquellos dos atentados, pero que en cambio prefiere mejorar sus relaciones económicas con Irán”.

“El informe secreto, al que ha accedido Perfil porque ha comenzado a ser analizado en las cancillerías de varios países, fue redactado luego de la reunión que el canciller argentino, Héctor Timerman, mantuvo con su contraparte de Siria, Walid al-Mohalem, y con el propio presidente Bashar al-Assad el 23 y 24 de enero último en la ciudad siria de Alepo. Sugestivamente, Timerman se apartó de la delegación argentina que encabezó Cristina Kirchner en Kuwait, Qatar y Turquía, para conversar con el dictador sirio en una ciudad convenientemente ubicada a 400 kilómetros de la capital, Damasco. El cable de la agencia oficial de noticias siria dijo en ese momento que Timerman y Al-Assad abordaron el proceso de paz en Medio Oriente “paralizado a causa de las políticas israelíes y el fracaso que ha demostrado la administración estadounidense en presionar a Israel para que cumpla con la legalidad internacional”.

La verdadera naturaleza de este encuentro no habría sido informada por Timerman a la comunidad judía argentina. Al Assad visitó oficialmente Buenos Aires en julio de 2010 y fue recibido calurosamente por la Presidenta, que en ningún momento reconoció que Siria es un régimen dictatorial de partido único, cuyo líder ocupa el cargo hace diez años como sucesor sanguíneo de su padre, Hafez al-Assad, y que ahora enfrenta varias protestas que son sangrientamente reprimidas. En la visita de Timerman, firmó además un acuerdo de intercambio entre la agencia Télam y la agencia oficial siria SANA. Irán mantiene desde hace largos años una influencia política y militar dominante y muy ostensible sobre Siria. Resulta evidente que en el encuentro en Alepo podría haber servido para que Timerman diese la luz verde argentina de reconciliación con Irán por medio de los sirios

Siria, incluso, les advirtió a los argentinos que el canciller iraní Salehi estaría en ese país en ese mismo momento, algo que la cancillería argentina no objetó. Funcionarios argentinos e iraníes poco conocidos han estado conversando de manera discreta, según pudo saber Perfil, en septiembre de 2010 y febrero de 2011.  Según las conclusiones de la inteligencia iraní, que hace suyas la cancillería de Teherán, el gobierno argentino habría renunciado a llevar ante la justicia al actual ministro de Defensa, Ahmad Vahidi, y otros funcionarios iraníes sospechados de complicidad en esos episodios terroristas”. Demás está decir que nuestro canciller negó enfáticamente lo adelantado por Pepe Eliaschev, negativa en la que estuvo acompañado, por los más inmediatos colaboradores de nuestra presidente.

Creemos que tales antecedentes, sirven para extraer conclusiones sobre la empecinada y pertinaz postura negativa de Irán. No reconoce a la justicia argentina. Recordemos lo afirmado precedentemente: Irán, de hecho no confía ninguna otra justicia que no sea la propia. En el caso AMIA amenazó con solicitar la captura del fiscal Alberto Nisman, y lo concretó. De allí la postura del diplomático iraní, a quien le parece natural el pedido del fiscal de su país, contra quien atenta contra la seguridad y la reputación de Irán, aunque sea un fiscal de otro país, a la sazón  investigando un atentado en el que prima facie, se encuentran involucrados funcionarios estatales de Irán.  En casos similares, con intervención de la justicia de Alemania, de Francia y de Suiza, sendos casos relacionados con pedidos de extradición y rogatorias similares, Irán adoptó la mima actitud, pretendiendo llegar a una solución cuasi emanada de árbitros o componedores, pero negándose a someterse a la justicia de otro país.  

De la resolución judicial disponiendo la captura de diversos imputados en la causa AMIA extraemos que, el titular del Juzgado señaló que “en la investigación suiza del asesinato perpetrado en ese país contra el disidente iraní Kazem Radjavi, una rogatoria librada a la República Islámica de Irán nunca fue contestada. Asimismo, en dicha pesquisa se dejó sentado que el Embajador iraní en Suiza visitó al juez de la causa manifestándole que prestaría toda la colaboración necesaria, lo cual no pasó de dicha oferta. Inclusive, al ser preguntado acerca de una dirección en Irán, incorporada a la investigación, el Embajador iraní refirió que no existía, pese a que el Embajador suizo en Teherán afirmó lo contrario.

También la experiencia del caso Mykonos en la República Federal de Alemania resulta similar. Al dictar sentencia en el marco de dicho expediente la Justicia alemana señaló que ...En una sesión en el año 1993 se habría determinado que la República Federal de Alemania había tomado medidas respecto al atentado en Berlín que podrían tener una influencia en las relaciones con el Irán. Se habría decidido llevar el procedimiento judicial a su término lo más rápido posible y politizarlo. A los efectos de lograr este objetivo el Ministro de Inteligencia iraní, Fallahian, en ocasión de su visita a la República Federal de Alemania, intentó en las conversaciones que mantuvo entre el 6 y 7 de octubre de 1993 con el Ministro de Estado en la Cancillería Federal, Schmidtbauer, impedir la apertura del Juicio Oral, que estaba prevista para el 23 de octubre de 1993. El testigo Schmidtbauer, que entre otros tenía competencia para la coordinación de los Servicios Secretos alemanes, manifestó que Fallahian habría tocado reiteradas veces el tema del inminente juicio, habría calificado a los imputados de inocentes, se habría quejado de que el Irán sería injustamente culpado y habría solicitado de la parte alemana la toma de medidas para desistir del procedimiento... Fallahian habría ofrecido hacer todo lo necesario para esclarecer el atentado. Sin embargo, no pasó de dicha oferta...".


Más aún, la actitud adoptada por Fallahiján fue considerada por las autoridades alemanas como un elemento cargoso, siendo contundentes estas al afirmar que "la autoría del inculpado se confirma con las declaraciones del testigo, Ministro Bernd Schmidbauer, quien relató durante el proceso, ante la Cámara de apelaciones, los múltiples intentos de Fallahiján de ejercer presión sobre el Gobierno Federal a fin de impedir una acción judicial en este asunto". 

Finalmente, cabe mencionar que en el marco de la instrucción realizada por las autoridades judiciales de la República de Francia en virtud del asesinato perpetrado contra la persona del dirigente iraní Chapour Bakhtiar, existió una rogatoria librada por el Magistrado francés a cargo de la causa a las autoridades iraníes, que buscaba recoger información con respecto a los tres presuntos asesinos del citado Bakhtiar. Según se desprende de lo actuado por la justicia francesa, dicho exhorto no pudo ejecutarse y esa falta de comparecencia de las autoridades iraníes privó de un enfoque exhaustivo del expediente e impidió seguir adelante con las investigaciones, de manera que no pudo saberse quienes habían ordenado el doble crimen -v. fs. 1848 del Legajo nro. 209.”. Tales antecedentes sirven como elementos más que convictivos, acerca de la verosimilitud de las manifestaciones iraníes, en cuanto a su supuesta buena voluntad para arribar a una solución convencional del entuerto entre ese país y la Argentina. 

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