El cubano Abelardo Colomé Ibarra, que posteriormente, con el grado de general sería ministro del interior de Cuba, fue el responsable de planificar la operación en la que también actuaba como responsable militar el capitán cubano Hermes Peña, con gran experiencia en combate y muy querido por el Che. Este, impuso a Masetti la zona de operaciones en las provincias de Salta, Jujuy; Santiago del Estero y Tucumán, expresándole que Regis Debray concurriría al año siguiente, para ampliar la red organizada por John W Cooke, con la prevista participación de los Santucho. La primera equivocación del plan, fue confiar en los estudios geográficos, sociales y de fuerzas militares y de seguridad que habían hecho, ya que los mismos subestimaban la real capacidad de estas últimas y sobrestimaron el apoyo de la población a su ideario revolucionario. El 21 de junio de 1963 el grupo inicial cruzó el río Bermejo, comenzando la “Operación Penélope”. Entre Septiembre de ese año y marzo de 1964 fueron instalados seis campamentos donde se dejaron pertrechos y comida, comenzándose a incrementar los contactos y reclutamientos en las zonas de Buenos Aires, Córdoba y otros lugares del país, que en general eran “los comandos revolucionarios Peronistas creados por John W. Cooke y miembros de la Federación Juvenil Comunista, la mayoría estudiantes. En el monte, El Capitán Hermes, mantenía en una rígida disciplina a los que se iban agregando, lo que produjo algunas deserciones y dos fusilamientos para dar el ejemplo. En el orden local el reclutamiento fue casi nulo. Mientras, algunos pobladores habían alertado a la gendarmería de Orán y ésta investigaba varios informes. Comenzaba a sospecharse que no eran cazadores ni contrabandistas aquellos denunciados. En marzo de 1964, un suboficial y un gendarme de civil lograron visualizar grupos armados y posteriormente seguir juntando información de algunas rutas y contactos que realizaban.
Posteriormente una patrulla de Gendarmería Nacional en la zona de Santa Rosa penetró en el monte y logró detener cuatro de los miembros del Ejército Guerrillero del Pueblo. Estos dieron información parcializada sobre todo el grupo. Al poco tiempo se detuvieron otros dos guerrilleros que resultaron ser miembros de la Policía Federal que se habían infiltrado al ser reclutados en Buenos Aires. También, en los primeros días de marzo se detuvo en Icho Cruz (Dpto. Punilla de Córdoba) a 7 personas con armamento, planos y documentos en un campamento de instrucción bautizado “Camilo Cienfuegos” relacionadas con el grupo de Masetti en Orán, pudiéndose ampliar el cuadro de situación. Poco después se detenían a ocho miembros más en los montes. Posteriormente se detuvo al logístico que preparaba todo en Jujuy, allanándose también un hotel para citas operacionales en Salta. A esa altura de los acontecimientos el Presidente de la Nación Doctor Arturo Illia de la Unión Cívica Radical del Pueblo, impulsado por sus ministros del Interior, de Defensa y de Relaciones Exteriores; ordenó todo el apoyo necesario para reprimir las actividades de los insurgentes. Gendarmería Nacional fue reforzada con 200 hombres y comenzó una operación de pinzas para apresar o poner fuera de combate a los guerrilleros. En varias situaciones se tomaron otros prisioneros, pero el 18 de abril en un encuentro fortuito y mientras una patrulla de GN perseguía a dos guerrilleros, uno de éstos mató al gendarme Juan Adolfo Romero, que pasó a ser el primer muerto por el terrorismo castrista en nuestro país. El capitán Hermes (cubano) luego se supo, fue quien lo mató. Tres días después, Hermes y un médico guerrillero caían bajo las balas de los gendarmes, en una emboscada con ayuda de unos hacheros. Perseguidos, los que quedaban fueron muertos o tomados prisioneros La aventura había terminado. Varios meses después el Che confirmó la muerte de Masetti cuyo destino era desconocido. En una declaración pública el 26 de marzo de 1964, el Director de Gendarmería Nacional: General Julio R Alsogaray dijo que éste no era un hecho aislado, sino el primer paso de la Guerra Revolucionaria en nuestro país y acotó, que a pesar que ciertas autoridades y el público se encontraban remisos a creer la realidad, la Guerra Revolucionaria ya había comenzado…”. Pasados los años, advertimos que para esa época, las declaraciones del general Alsogaray no fueron tomadas por quien correspondía, con la seriedad debida, por lo que esa advertencia que resultó el intento en el Norte argentino, quedó como un caso aislado. La echaron en saco roto. Evidentemente, no fue así ya que el tiempo se encargó de confirmar la denuncia de Alsogaray, cuando posiblemente era tarde para actuar.
“El 21 de julio de ese año, explotó accidentalmente una bomba en el primer piso de la calle Posadas 1168, en pleno barrio norte de la Capital, quedando destrozados por sucesivas explosiones la PB y siete pisos del edificio. Se encontraron, bombas y partes para fabricarlas, munición de varios calibres, una pistola ametralladora, un fusil, varias armas cortas, mas de cien granadas, proyectiles antitanques elementos de comunicaciones, revistas cubanas, literatura marxista , panfletos, planos, y croquis de unidades militares e ingenios de Tucumán y otros 65 planos de comisarías y unidades militares , especialmente de todo el noroeste argentino, incluyendo Córdoba. En la explosión murieron cinco terroristas que fueron identificados. La misión de esa célula era atender la logística y el reclutamiento de elementos jóvenes cuyo destino final era el Ejército Guerrillero del Pueblo (en ciertos documentos: “de los pobres”) . Se comprobaron los contactos con la gente en Salta, Córdoba y Tucumán. Con este descubrimiento se pusieron en evidencias no sólo planes estratégicos y tácticos para la guerrilla rural, sino también la urbana, sobre la base del “Manual del Guerrillero Urbano” del brasilero Carlos Marighella, con lo que se estaba anunciando lo que pasaría después con el estímulo, cooperación e instrucción del Partido Comunista cubano.
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