viernes, diciembre 30, 2011

Capítulo 458 - La Habana fue el santuario del terrorismo internacional.


“Dicho objetivo  -agrega enseguida-  sólo es alcanzable a través de la lucha armada. Mas  delante sostiene que la guerra de guerrillas como genuina expresión de la lucha armada popular es el método más eficaz y la forma más adecuada para librar y desarrollar la guerra revolucionaria en la mayoría de nuestros países y consiguientemente, en escala continental“.  Al dar por finalizada la conferencia, se dio a conocer una “Declaración Final” en forma de Proclama, conteniendo 20 puntos entre los que rescatamos, a sus efectos, los siguientes: 1ro.- Constituye un derecho y un deber de los pueblos de América Latina hacer la revolución… 5to.- La lucha revolucionaria es la línea fundamental de la revolución en América Latina… 6to.- Todas las demás formas de lucha, deben servir y no retrasar el desarrollo fundamental que es la lucha armada…”. El cierre del día 10 de agosto lo hizo Fidel Castro. Entre nuestros representantes podemos mencionar al abogado John W Cooke que ya vivía en la Habana y era uno de los responsables de organizar el proceso revolucionario en nuestro país, a Juan García Elorrio que publicara la revista “Cristianismo y Revolución” de mucha llegada a los jóvenes “tercermundistas”, Joe Baxter, Norma Arrostito, Fernando Abal Medina, Roberto Quieto, Jorge y Arturo Lewinger, y algunos otros provenientes del socialismo y del trotskismo. Muchos de los nombrados murieron luego en la lucha armada que propiciaron e iniciaron, tiñendo de sangre la República. (Web “Década del 70 – Guerra Revolucionaria en la República Argentina).
“La O.L.A.S. prometía también proporcionar “(…) santuario, comunicaciones, entrenamiento y dinero a todas las organizaciones clandestinas que emplean la violencia, como las Brigadas Rojas, los Tupamaros, los Montoneros, el MIR chileno, los comandos palestinos de George Habash, grupos comandos en México, los Macheteros en Puerto Rico, la Organización para la Organización de Liberación de Palestina (OLP), el Comando Budiá, el Frente de Liberación de Carlos Semprún y a otro montón de organizaciones más pequeñas (…). “ Los primeros cuadros de la organización vasca ETA fueron instruidos en la cultura del terrorismo por Cuba ya desde 1964. Con meticuloso cuidado, Castro había usado gruesas sumas de dinero y había ayudado a construir una enmarañada estructura de contactos en Europa que puso a disposición de estas cofradías parroquiales terroristas.”. (http://www.analitica.com/va/internacionales/opinion/7405074.asp).  Entendemos que no existe absolutamente ninguna duda en cuanto a la conducta criminal de estos grupos de asesinos. Mas cuando recordamos que los miembros del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas,  «reafirmaron que el terrorismo en todas sus formas y manifestaciones constituye una de las amenazas más graves para la paz y la seguridad y que todos los actos de terrorismo son criminales e injustificables, cualquiera que sea su motivación y dondequiera y por quienquiera que sean cometidos». 

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