No podemos admitir que nuestros jueces, al tener ante sí un episodio como el de La Tablada, emitan pronunciamientos, sin tener en cuenta la actividad guerrillera, en su integralidad, es decir en el territorio argentino y en el territorio de los países del Cono Sur de América. Ciertos eventos que aislados no dicen nada, haciéndolos jugar con otros elementos de convicción, harían variar, en más de una ocasión la valoración de las conductas que juzgan. Si en cambio, en lugar de tratar armar el rompecabezas, se valora aisladamente una a una cada pieza, nunca absolutamente nunca, se podrá llegar a la verdad de lo sucedido, a fin de poder juzgar con acierto, las responsabilidades de cada encartado.
Cada Estado tiene a disposición del Poder Judicial, la información que surge de su propia actividad investigativa. Los organismos de Inteligencia, no sólo de la Argentina, sino de cada país, pueden contribuir, sin ninguna duda, a esclarecer los episodios relacionados con la actividad guerrillera. Por ejemplo, tomando el caso del Paraguay a través de fuentes bien informadas, vemos que los medios refieren que datos filtrados de Inteligencia de la Policía revelan, a partir del análisis de la computadora del abatido comandante de las FARC el guerrillero Raúl Reyes, nexos entre uno de los referentes del Partido Comunista de Chile, pretendido por la justicia colombiana por sus vínculos con las FARC, con los elementos del brazo político del Ejército del Pueblo Paraguayo. Aparentemente, se planeaba instaurar un bloque guerrillero subversivo en los principales países de Sudamérica. Creemos que tal circunstancia es de sumo valor, como para llegar a la conclusión de que las acciones guerrilleras tanto en nuestro territorio como en territorio del Cono Sur, no son aisladas e inconexas.
Luego de la muerte del ex número dos de las FARC, tras el bombardeo al campamento asentado en Ecuador, en el límite con Colombia, al divulgarse el contenido de su computadora, el gobierno de Colombia dio a conocer los contactos de Reyes con operadores políticos del Partido Patria Libre, del Paraguay. Examinados los correos intercambiados entre ellos se llegó a la conclusión de que la guerrilla colombiana asesoraba al EPP para llevar a cabo los secuestros de María Edith Bordón de Debernardi y de Cecilia Cubas Gusinsky. Otro de los datos obtenidos fue que uno de los guerrilleros enviados al Paraguay, para colaborar en los preparativos de estas operaciones fue el guerrillero de nacionalidad chilena Mauricio Hernández Norambuena. Este era un ex jefe del denominado Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), organización subversiva que inicialmente fue el aparato militar oficial del Partido Comunista de Chile.
Este guerrillero fue rescatado de una cárcel de alta seguridad de Santiago de Chile, en diciembre de 1996, por un comando armado integrado por actuales cabecillas del EPP, recluidos en prisión. Tras organizar el secuestro de Debernardi, Mauricio Hernández se trasladó al Brasil en el 2001, a fin de planear el secuestro de un publicista. Fue detenido por las autoridades del vecino país, sometido a proceso, fue condenado a 30 años de prisión por tal actividad. Antes de egresar del Paraguay y ser detenido en Brasil, el guerrillero chileno Hernández Norambuena designó a su “secretario” Manuel Olate Céspedes, alias “Roque”, con el fin de restablecer los contactos entre las FARC y el EPP, en un intento de instaurar un bloque subversivo en Sudamérica. Olate era un referente del Partido Comunista chileno. Los lazos entre Olate y el Comando Central de las FARC, representada por Raúl Reyes, eran conocidos desde hace varios años pero al parecer, para la justicia argentina, lo manifestado anteriormente era absolutamente desconocido. Como si tales eventos hubieran ocurrido en otro lugar del Mundo. Del disco duro rescatado, a la muerte de Reyes, se comprobaron los contactos del chileno “Roque” con aquél. Desde Colombia, habida cuenta un informe de inteligencia colombiana, que señalaba que Manuel Olate Céspedes alias “Roque” era el principal coordinador de las actividades propagandísticas y de apoyo a las FARC en Chile, se solicitó a las autoridades chilenas la captura provisional de “Roque”, quien fue privado de su libertad en una operación el 30 de octubre de 2010, en Ñuñoa, al sur de Santiago de Chile.
Olate fue dejado en libertad ya que se hizo lugar a un pedido de excarcelación del mismo, el 15 de enero de 2011 cuando un ministro de la Corte Suprema rechazó los argumentos expuestos en el exhorto colombiano, a fin de lograr la extradición del guerrillero chileno. “A partir de los indicios hallados, Inteligencia de nuestro país cuenta con sólidos elementos para suponer que el chileno Manuel Olate Céspedes fue un enlace de las FARC hasta antes de la muerte de Raúl Reyes y que su principal misión era mantener los contactos con facciones paramilitares de los países de la región, entre ellos el EPP, con el objetivo de crear una especie de ejército guerrillero sudamericano, según los informes considerados datos, que fueron obtenidos del diario paraguayo ABC del 12-03-2011.
Luego de la muerte del ex número dos de las FARC, tras el bombardeo al campamento asentado en Ecuador, en el límite con Colombia, al divulgarse el contenido de su computadora, el gobierno de Colombia dio a conocer los contactos de Reyes con operadores políticos del Partido Patria Libre, del Paraguay. Examinados los correos intercambiados entre ellos se llegó a la conclusión de que la guerrilla colombiana asesoraba al EPP para llevar a cabo los secuestros de María Edith Bordón de Debernardi y de Cecilia Cubas Gusinsky. Otro de los datos obtenidos fue que uno de los guerrilleros enviados al Paraguay, para colaborar en los preparativos de estas operaciones fue el guerrillero de nacionalidad chilena Mauricio Hernández Norambuena. Este era un ex jefe del denominado Frente Patriótico Manuel Rodríguez (FPMR), organización subversiva que inicialmente fue el aparato militar oficial del Partido Comunista de Chile.
Este guerrillero fue rescatado de una cárcel de alta seguridad de Santiago de Chile, en diciembre de 1996, por un comando armado integrado por actuales cabecillas del EPP, recluidos en prisión. Tras organizar el secuestro de Debernardi, Mauricio Hernández se trasladó al Brasil en el 2001, a fin de planear el secuestro de un publicista. Fue detenido por las autoridades del vecino país, sometido a proceso, fue condenado a 30 años de prisión por tal actividad. Antes de egresar del Paraguay y ser detenido en Brasil, el guerrillero chileno Hernández Norambuena designó a su “secretario” Manuel Olate Céspedes, alias “Roque”, con el fin de restablecer los contactos entre las FARC y el EPP, en un intento de instaurar un bloque subversivo en Sudamérica. Olate era un referente del Partido Comunista chileno. Los lazos entre Olate y el Comando Central de las FARC, representada por Raúl Reyes, eran conocidos desde hace varios años pero al parecer, para la justicia argentina, lo manifestado anteriormente era absolutamente desconocido. Como si tales eventos hubieran ocurrido en otro lugar del Mundo. Del disco duro rescatado, a la muerte de Reyes, se comprobaron los contactos del chileno “Roque” con aquél. Desde Colombia, habida cuenta un informe de inteligencia colombiana, que señalaba que Manuel Olate Céspedes alias “Roque” era el principal coordinador de las actividades propagandísticas y de apoyo a las FARC en Chile, se solicitó a las autoridades chilenas la captura provisional de “Roque”, quien fue privado de su libertad en una operación el 30 de octubre de 2010, en Ñuñoa, al sur de Santiago de Chile.
Olate fue dejado en libertad ya que se hizo lugar a un pedido de excarcelación del mismo, el 15 de enero de 2011 cuando un ministro de la Corte Suprema rechazó los argumentos expuestos en el exhorto colombiano, a fin de lograr la extradición del guerrillero chileno. “A partir de los indicios hallados, Inteligencia de nuestro país cuenta con sólidos elementos para suponer que el chileno Manuel Olate Céspedes fue un enlace de las FARC hasta antes de la muerte de Raúl Reyes y que su principal misión era mantener los contactos con facciones paramilitares de los países de la región, entre ellos el EPP, con el objetivo de crear una especie de ejército guerrillero sudamericano, según los informes considerados datos, que fueron obtenidos del diario paraguayo ABC del 12-03-2011.
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