(continuación) El gobierno, por ejemplo, ignoraría que Santiago Carrillo, líder de los comunistas, era el responsable directo de alrededor de 2.800 mil fusilamientos en una localidad cercana a Madrid, Paracuellos del Jarama, durante la Guerra Civil, y la oposición pasaba por alto los millares de muertos imputables al franquismo tras la victoria en 1939.
Naturalmente, eso no quería decir que estos temas no pudieran ser tratados por la sociedad, sino que el gobierno se abstendría de airearlos. Muerto Franco e iniciado el proceso de cambio, periodistas e historiadores, protagonistas y testigos de todas las tendencias y de todos los crímenes, volcaron sus experiencias libremente en libros, películas y toda clase de documentos.
Lo valioso de esta decisión es que, si se hubiera querido proceder de otra forma, Santiago Carrillo podría ahora mismo ser denunciado ante el Juzgado de Baltasar Garzón, como autor de los delitos de crímenes de lesa humanidad y de genocidio. Y, si se evalúa la causa como en el caso del tránsfuga Scilingo, sería condenado Santiago Carrillo a no dudarlo, pero no con pedido Fiscal de casi tres mil años sino que ni diez mil años serían suficientes, por la calidad de la persona y por la cantidad de asesinados.
En su artículo “Historia” del 29 de febrero del 2004, de Francisco Alamán Castro, nos cuenta la historia de este dirigente comunista y saca a la luz diversos elementos de juicio que él ha adquirido, probatorios de su conducta delictiva durante el período anterior a la Guerra Civil, durante la Guerra Civil y posteriormente a ésta.
De ellos resulta que Carrillo, con acreditada fama de demócrata, amante de sus semejantes, héroe y no violento, no sería tal. El 12 de febrero de 1934 publicó en la revista de las Juventudes Socialistas el “Decálogo del Joven Socialista” mediante el que daba instrucciones militares y políticas.
Surge de la revista que, según su particular parecer, el socialismo solamente puede imponerse por la violencia .Insistía más tarde, animando a los muchachos, para que no hubiese dudas e instigándolos a dar cumplimiento a sus “consejos” : “La supresión de todas las personas que por su situación económica o por sus antecedentes puedan ser una rémora para la revolución”... “Muchas sentencias habrá que firmar. Estamos seguros de que... los jóvenes socialistas, con entusiasmo, estarán dispuestos a darles cumplimiento”. Estas últimas palabras trae a mi memoria la mención que se hace en la Argentina de “jóvenes idealistas” cuando se alude a los integrantes de las organizaciones subversivas que actuaron en nuestra Patria. *
*. Renovación, 10 de agosto y 14 de septiembre de 1934. JA. Sánchez García-Sauco, La revolución de 1934 en Asturias. P. 46.” “Las matanzas estaban minuciosamente preparadas, previamente se ordenaba a los alcaldes de los pueblos de Paracuellos del Jarama, San Fernando de Henares y Torrejón de Ardoz que abriesen tumbas, se obligaba a cavarlas a los vecinos. A los presos se les dice que los evacuan a Valencia, les atan las manos con alambre, en autobuses de la Sociedad Madrileña de Tranvías se les lleva al lugar del asesinato, los días 7 y 8 de noviembre fusilan a 1.340.”
Destaco a la consideración del lector que es similar al caso de Scilingo y los “Vuelos de la Muerte”, pero muchísimo mas grave, ya que la cantidad de personas y la alevosía y ensañamiento puesto de manifiesto, califica a este evento como un crimen de lesa humanidad. No existen periodistas que, en la actualidad, pongan de relieve este proceder alevoso de Carrillo y sus compinches .
Naturalmente, eso no quería decir que estos temas no pudieran ser tratados por la sociedad, sino que el gobierno se abstendría de airearlos. Muerto Franco e iniciado el proceso de cambio, periodistas e historiadores, protagonistas y testigos de todas las tendencias y de todos los crímenes, volcaron sus experiencias libremente en libros, películas y toda clase de documentos.
Lo valioso de esta decisión es que, si se hubiera querido proceder de otra forma, Santiago Carrillo podría ahora mismo ser denunciado ante el Juzgado de Baltasar Garzón, como autor de los delitos de crímenes de lesa humanidad y de genocidio. Y, si se evalúa la causa como en el caso del tránsfuga Scilingo, sería condenado Santiago Carrillo a no dudarlo, pero no con pedido Fiscal de casi tres mil años sino que ni diez mil años serían suficientes, por la calidad de la persona y por la cantidad de asesinados.
En su artículo “Historia” del 29 de febrero del 2004, de Francisco Alamán Castro, nos cuenta la historia de este dirigente comunista y saca a la luz diversos elementos de juicio que él ha adquirido, probatorios de su conducta delictiva durante el período anterior a la Guerra Civil, durante la Guerra Civil y posteriormente a ésta.
De ellos resulta que Carrillo, con acreditada fama de demócrata, amante de sus semejantes, héroe y no violento, no sería tal. El 12 de febrero de 1934 publicó en la revista de las Juventudes Socialistas el “Decálogo del Joven Socialista” mediante el que daba instrucciones militares y políticas.
Surge de la revista que, según su particular parecer, el socialismo solamente puede imponerse por la violencia .Insistía más tarde, animando a los muchachos, para que no hubiese dudas e instigándolos a dar cumplimiento a sus “consejos” : “La supresión de todas las personas que por su situación económica o por sus antecedentes puedan ser una rémora para la revolución”... “Muchas sentencias habrá que firmar. Estamos seguros de que... los jóvenes socialistas, con entusiasmo, estarán dispuestos a darles cumplimiento”. Estas últimas palabras trae a mi memoria la mención que se hace en la Argentina de “jóvenes idealistas” cuando se alude a los integrantes de las organizaciones subversivas que actuaron en nuestra Patria. *
*. Renovación, 10 de agosto y 14 de septiembre de 1934. JA. Sánchez García-Sauco, La revolución de 1934 en Asturias. P. 46.” “Las matanzas estaban minuciosamente preparadas, previamente se ordenaba a los alcaldes de los pueblos de Paracuellos del Jarama, San Fernando de Henares y Torrejón de Ardoz que abriesen tumbas, se obligaba a cavarlas a los vecinos. A los presos se les dice que los evacuan a Valencia, les atan las manos con alambre, en autobuses de la Sociedad Madrileña de Tranvías se les lleva al lugar del asesinato, los días 7 y 8 de noviembre fusilan a 1.340.”
Destaco a la consideración del lector que es similar al caso de Scilingo y los “Vuelos de la Muerte”, pero muchísimo mas grave, ya que la cantidad de personas y la alevosía y ensañamiento puesto de manifiesto, califica a este evento como un crimen de lesa humanidad. No existen periodistas que, en la actualidad, pongan de relieve este proceder alevoso de Carrillo y sus compinches .
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