(continuación) Abusando de la paciencia del lector, permítaseme poner de relieve otros pocos casos ocurridos antes y durante el conflicto, que nos recuerdan hechos pasados en la Argentina durante el Proceso Militar, y que pasamos a relatar.
“En Madrid, el general republicano D. Eduardo López Ochoa es sacado por las milicias del Hospital Militar de Carabanchel, donde se encontraba enfermo, y es asesinado; su cadáver es decapitado por dichas milicias, secundadas por las turbas, que pasearon la cabeza del General por las calles céntricas de Madrid.
Don Luis Vales Álvarez, de cuarenta años de edad, empleado, fue detenido el 17 de agosto de 1936 al acudir al Cementerio del Este a hacerse cargo del cadáver del General Fanjul-fusilado por los rojos- para darle sepultura, siendo asesinado el referido Sr. Vales, cuyo cadáver fue hallado en las tapias del Cementerio de Vicálvaro.
Doña Inés Benítez Jaén, no obstante su avanzada edad, de sesenta y ocho años, fue detenida por el exclusivo motivo de su piedad religiosa, en su domicilio de la calle de Velásquez, III, en los primeros días de diciembre de 1936, sin que su cadáver pudiera ser encontrado por la familia.
La anciana de setenta y cuatro años, doña Asunción del Valle Pérez, con domicilio en la calle del Miño, num. I, fue detenida el 26 de noviembre de 1936 por unos milicianos, habiendo aparecido su cadáver con numerosas heridas de arma de fuego en distintas partes del cuerpo. Una familia compuesta por doña Dolores Crespo Iglesias, de cuarenta y dos años de edad, su hija María de los Dolores Jiménez Crespo, de diecisiete años, y su sobrino Vicente Arnau Crespo, de quince años, fueron detenidos el 30 de septiembre de 1936 a la puerta de la Cárcel Modelo, adonde habían acudido a visitar al marido de la primera, sin que volviese a tenerse más noticias de las víctimas ni hayan sido identificados sus cadáveres.
Estos episodios, a los que se podría añadir muchísimos más, sirven para valorar más que suficientemente la conducta asumida por el dirigente comunista Carrillo.
Adviértase que se han mencionado casos de desapariciones de personas, pero al parecer en España, en esa época y en la actualidad, las desapariciones no son consideradas Violaciones a los Derechos Humanos, por cuanto se han sancionado leyes de amnistía que no permiten esclarecer tales eventos criminales.
“En Madrid, el general republicano D. Eduardo López Ochoa es sacado por las milicias del Hospital Militar de Carabanchel, donde se encontraba enfermo, y es asesinado; su cadáver es decapitado por dichas milicias, secundadas por las turbas, que pasearon la cabeza del General por las calles céntricas de Madrid.
Don Luis Vales Álvarez, de cuarenta años de edad, empleado, fue detenido el 17 de agosto de 1936 al acudir al Cementerio del Este a hacerse cargo del cadáver del General Fanjul-fusilado por los rojos- para darle sepultura, siendo asesinado el referido Sr. Vales, cuyo cadáver fue hallado en las tapias del Cementerio de Vicálvaro.
Doña Inés Benítez Jaén, no obstante su avanzada edad, de sesenta y ocho años, fue detenida por el exclusivo motivo de su piedad religiosa, en su domicilio de la calle de Velásquez, III, en los primeros días de diciembre de 1936, sin que su cadáver pudiera ser encontrado por la familia.
La anciana de setenta y cuatro años, doña Asunción del Valle Pérez, con domicilio en la calle del Miño, num. I, fue detenida el 26 de noviembre de 1936 por unos milicianos, habiendo aparecido su cadáver con numerosas heridas de arma de fuego en distintas partes del cuerpo. Una familia compuesta por doña Dolores Crespo Iglesias, de cuarenta y dos años de edad, su hija María de los Dolores Jiménez Crespo, de diecisiete años, y su sobrino Vicente Arnau Crespo, de quince años, fueron detenidos el 30 de septiembre de 1936 a la puerta de la Cárcel Modelo, adonde habían acudido a visitar al marido de la primera, sin que volviese a tenerse más noticias de las víctimas ni hayan sido identificados sus cadáveres.
Estos episodios, a los que se podría añadir muchísimos más, sirven para valorar más que suficientemente la conducta asumida por el dirigente comunista Carrillo.
Adviértase que se han mencionado casos de desapariciones de personas, pero al parecer en España, en esa época y en la actualidad, las desapariciones no son consideradas Violaciones a los Derechos Humanos, por cuanto se han sancionado leyes de amnistía que no permiten esclarecer tales eventos criminales.
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