jueves, diciembre 28, 2006

Capítulo 77 Acerca del Derecho Humanitario Internacional

(continuación)

Al referirme a la moral, no puedo dejar de lado una circunstancia política que demuestra bien a las claras que el Derecho Penal Humanitario o Derecho Humanitario, mientras navegue en las procelosas aguas de la ideología, escorado a la izquierda, servirá solamente los intereses de quienes están enrolados hacia ese lado. Pero el mundo está compuesto por seres humanos, no por facciones que sustentan determinadas ideologías. Las normas, deben ser para todos, cosa que a mi parecer dista de cumplirse en los foros internacionales. Tal circunstancia fáctica, de hecho crea grupos privilegiados, o sea a “aristócratas de los Derechos Humanos”. Estos privilegiados terminarán siendo los oligarcas del Derecho Humanitario.

Se ha llegado al colmo de pretender que los delitos de Lesa Humanidad solamente pueden ser llevados a cabo por funcionarios del Estado. De esta forma, los sanguinarios subversivos están a la espera de que el solo transcurso del tiempo obligue a la Justicia de cada país a excluirlos de los procesos criminales, beneficio del que no gozan los “terroristas de Estado”.

De tal suerte que quienes se excedieron en su tarea, son culpados como autores de eventos dolosos, ni siquiera la culpa les cabe y quienes atentaron contra la estructura del Estado, son considerados poco menos que inofensivos scouts que se han comportado mal.

Hasta en la misma Comunidad Europea han logrado infiltrarse, en forma por demás brillante. Se han travestido de “democráticos” y de esta forma manipulan las votaciones a su antojo, ya que son muy hábiles para ello. No hace mucho tiempo, se solicitó ante el Consejo Europeo, que se condenaran los crímenes del comunismo. El decimoquinto aniversario de la caída de los regímenes comunistas en los países de Europa del Este ofrecía una magnífica ocasión, para que coincidiendo con la fecha de la caída del muro de Berlín, el 9 de noviembre, se condenara la violación de derechos humanos cometidos por los regímenes comunistas y se rindiera homenaje a sus víctimas.

El grupo socialista en Estrasburgo, no apoyó tal resolución, votó en contra, llamando la atención de los parlamentarios democráticos, especialmente porque se trataba de una condena de los crímenes del comunismo y no del comunismo como ideología. La actitud del bloque parlamentario español choca contra la actitud del juez Garzón, acérrimo luchador a favor de los derechos Humanos tanto en España como en Latinoamérica. Realmente toda una contradicción.
En la actualidad en España, siguiendo esa estrategia que tan buenos resultados les dio a sus "inventores", lamentablemente, se trata de todas las formas de desvirtuar la verdad de lo sucedido y se intenta de cualquier manera, aun acudiendo a la mentira solapada o no, convencer a quienes no habían nacido en esa época, que la violación de los Derechos Humanos se inició a la caída de la II República Española, lo que a todas luces es ajeno a la realidad de lo acontecido.
Nos dice Pío Moa, prestigioso escritor español, en su blog del diario madrileño “Libertad Digital”, del 25 de julio del 2006, refiriéndose a este aspecto de la desvirtuación de la verdad y de la apelación a la mentira en que incurren las actuales autoridades, con el propósito de excusar ciertas conductas de los entonces gobernantes, con propósitos políticos, que “Al negarse a cumplir la ley y anularla activamente por medio de actos consumados, el gobierno del Frente Popular perdió una legitimidad ya dudosa de origen. El arrasamiento de la legalidad democrática por las izquierdas y la total descomposición del Estado quedaron de relieve cuando una fuerza mixta de policías y milicianos socialistas secuestró en su casa y asesinó a Calvo Sotelo, después de haber fallado en el intento de hacer lo mismo con Gil-Robles. Aquel crimen colmó el vaso y empujó a la rebelión a una parte del ejército, que venía preparándose para ella ante el cariz de los sucesos, pero era muy renuente a emprenderla, entre otras cosas por la gran probabilidad de ser vencidos. Probabilidad que estuvo a punto de materializarse. “
“Y, cuando la ley cae por tierra, en todos los países vienen las atrocidades y las venganzas, cometidas en España por los dos bandos. Pero el gran responsable de haber llegado a ese extremo fue el Frente Popular, al cual una propaganda grotesca pretende identificar con la democracia. Contra la "irritante mentira roja", el alzamiento derechista y la guerra no destruyeron la democracia, sino al revés: la destrucción de la democracia por aquellas radicalizadas izquierdas ocasionó la guerra. La cual no fue una pugna entre demócratas y fascistas, sino entre totalitarios de izquierda y autoritarios de derechas: la dictadura de Franco jamás llegó al absolutismo de las comunistas ensayadas en España e impuestas a la mitad de Europa después de 1945.”
“Cabe recordar, además, las numerosas atrocidades, con torturas y asesinatos, entre unos y otros partidos de izquierda. Y la represión franquista de posguerra no debe oscurecer el hecho de que los jefes del Frente Popular huyeron todos, sin la menor preocupación por el salvamento de miles de seguidores suyos comprometidos en el terror contra las derechas. Estos últimos, culpables de crímenes espeluznantes, fueron juzgados y ejecutados por el franquismo al lado de bastantes inocentes. Pero es un insulto a los inocentes equipararlos a todos bajo el título de "víctimas del franquismo". En cuanto al Valle de los Caídos, también precisan ustedes información más fidedigna. Sólo un pequeño número de los trabajadores en esa obra, alrededor de una décima parte, fueron presos. Y trabajaron en régimen de "redención de penas por el trabajo", a razón de cinco días de pena conmutados por cada uno trabajado. Nada parecido a los campos soviéticos o nazis.”

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