miércoles, diciembre 27, 2006

Capítulo 75 Lesa Humanidad en la Masacre de Casas Viejas

(continuación)

Como el juez mediático español Baltasar Garzón se encuentra investigando lo que ha sucedido en nuestro país, durante el Proceso, con un empeño digno de mejor causa, me veo obligado a traer a colación, entre miles de episodios que han protagonizados ambos bandos en la contienda civil, uno mas que horroriza, que escandaliza y que obliga a meditar al respecto, sobre la conocida “Matanza de Casas Viejas”.

No por mera pertinacia, pero creo que, la insistente y efectiva campaña de los ideólogos de la izquierda, tendiente a efectuar un verdadero lavado de cerebro, para que los incautos lleguemos a la convicción de que el comunismo o el extremismo de izquierda, es una sinónimo de democracia, un equivalente, obliga a estudiar minuciosamente los antecedentes de los nuevos “demócratas", quienes se han diplomado recientemente pero que, al parecer, se han copiado al dar examen, de lo que al parecer se sienten orgullosos.

En absoluto es mi propósito tomar partido por alguno de los dos bandos. Creo y estoy absolutamente convencido que tanto los Republicanos como los Nacionalistas tuvieron en sus filas personajes que han cometido todo tipo de tropelías y de crímenes de Lesa Humanidad. Traigo este ejemplo, sin segundas intenciones.

De este episodio se desprende la enseñanza de que cuando existe un conflicto armado, se sabe cuando comienza, pero nadie puede determinar cuando y como termina, con sus secuelas sangrientas y sus víctimas, para ambos bandos enfrentados.

El 8 de enero de 1933 se concretaron diversos alzamientos anarquistas en Barcelona, Madrid y Valencia. Fueron sofocados rápidamente, dándose cumplimiento a las órdenes del gobierno republicano. El 11 de ese mes estalló una lucha, focal posiblemente, en un pequeño pueblo andaluz conocido como Casas Viejas. Los trabajadores de la comarca salieron a las calles y proclamaron el comunismo libertario. Frente a un cuartel de la Guardia Civil hubo un intercambio de disparos y dos efectivos fueron heridos de muerte. Cundo llegaron refuerzos fueron resistidos por los ocupantes de una choza de un carbonero llamado Seisdedos.

Siguiendo las órdenes de su capitán, los soldados republicanos procedieron a incendiar la choza acción en la que murieron ocho hombres y mujeres. No contentos con este accionar y sus consecuencias la soldadesca concretó una espantosa venganza con el pueblo, fusilando sumariamente a otros doce hombres. Este episodio es uno de los que contribuyó que se desencadenara la Guerra Civil Española. Es históricamente conocida esta masacre con el nombre citado.

Tomado de la web “Asturias Liberal”, refiere las expresiones del entonces presidente de la República Española, en oportunidad de escribir sus memorias: “'En Casas Viejas no ha ocurrido sino lo que tenía que ocurrir… ha sido una cosa inevitable, y yo quisiera saber quien sería el hombre que… hubiera encontrado otro procedimiento… la rebelión de Casas Viejas si hubiera durado un día más, tendríamos inflamada la provincia de Cádiz. No hubo más remedio para impedir males mayores… nos encontramos en una situación de holgura, de diafanidad, de respiro, como nunca nos hemos encontrado'. J. Marichal, M. Azaña, Obras Completas, II, p.535.


Decía Balbotín (radical-socialista, luego comunista): 'El crimen cometido por los guardias de Asalto… no ha sido perpetrado por la Guardia Civil del Rey… son infinitamente más brutales, más criminales, que la Monarquía derribada; porque quemar una choza con mujeres y chiquillos dentro no lo hizo nunca don Alfonso de Borbón'.

E insistía en un mitin de Sevilla (19-3-32): “En los meses que llevamos de República hemos tenido más muertos y deportados que en los ocho años de dictadura borbónica”.

Demás está decir que lo narrado, en cuanto a delitos de lesa humanidad cometidos por alguno de los bandos en pugna en España, no significa que los autores de delitos de similar catadura, que militaron en las Fuerzas Armadas Argentinas o en las formaciones guerrilleras de irregulares subversivos sean eximidos de ser sometidos a la Justicia que corresponda y condenados si fueran culpables, pero es mi deseo subrayar que no deja de llamar la atención que un país, Argentina, pueda y deba juzgar los hechos aberrantes y otro país, en este caso España, no sólo no lo haga en razón de que jurídicamente no puede sino que se atreve, tiene la insolencia, de apresar y juzgar a exmilitares argentinos para hacer con ellos lo que no hizo con ciudadanos españoles imputados de delitos similares.

Creo que para actuar de esta forma se necesita una cierta dosis de razón y de moral, que al parecer y por lo dicho, son los grandes ausentes. Si el Congreso de la Nación Argentina hubiera proclamado: “… acababa de estallar un movimiento revolucionario de carácter anarquista, de extraordinaria violencia, que pudiera poner en peligro a la república, lo cual obligaba a la fuerza a emplear la mayor energía frente a todo acto de rebeldía que se presentase y que en consecuencia se empleasen las armas de fuego sin contemplación alguna contra aquellos de los revoltosos que las empleasen a su vez contra la fuerza y que culminase este rigor contra los que atentaran con armas o materias explosivas contra los agentes de la autoridad o realizaran actos de sabotaje en los servicios públicos.” (Diario de sesiones de las Cortes Españolas, 15 de marzo, 1933, nº 311, pp. 118-127).

En ese caso ¿La Justicia Española habría declarado la nulidad de tal declaración, por vulnerar Tratados Internacionales a favor de los Derechos Humanos? ¿Se podría haber presentado en el juicio al capitán Cavallo este Diario a fin de que vean los magistrados españoles lo que pasó en su país y terminaran aceptando el “tú lo hiciste” internacional?

Recordemos que cuanto se quiso imputar en el Tribunal de Nuremberg, la comisión de delitos de lesa humanidad al almirante Doenitz, consistente en eventos bélicos en el mar, su defensor puso de manifiesto que el norteamericano almirante Nimitz había procedido de igual forma y no fue encausado, lo que motivó que el Tribunal, en un gesto típico sajón, dejara de lado tales imputaciones absolviendo en tal sentido al marino alemán.

La absoluta falta de moral para proceder que tiene la Justicia Española, creo que conmueve el basamento sobre el que se encuentra edificado el Derecho Humanitario Internacional ya que no es lícito acá, ni en España ni en ningún lugar del mundo, apelar a un acto ilícito para condenar a quien cometió otro ilícito.

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