domingo, noviembre 05, 2006

Capítulo 5 El Lobo Con Piel de Oveja

Estas maniobras de zapa cuentan en la Argentina con numerosos adeptos, quienes manejan habilidosamente la maquinaria judicial intelectual, pseudo legal, que no permite a un ciudadano poco avisado, distinguir entre la realidad y la fantasía. Al punto que, los otrora guerrilleros subversivos, confesadamente subversivos, aparecen ahora como “Salvadores de la Patria”, modernos maquis que trataron de “liberar” a la Argentina del yugo del imperialismo internacional o lo que fue conocido como la “Sinarquía Internacional”, tantas veces mencionada por el general Juan D. Perón.
Recientemente se concretaron diversas maniobras, ya que no se pueden denominar de otra forma, para colocarlos a estos guerrilleros en un pedestal internacional, haciéndolos pasar por mártires. En efecto, en un centro a construir donde se concretó el atentado contra las Torres Gemelas, que tanta alegría le causó a la “madre” Hebe Bonafini, se pretendió por parte de nuestro Gobierno que se recordara a los desaparecidos en la Argentina por “haber luchado contra el Terrorismo de Estado”.
O sea aparecerían como víctimas pero, como allí conocen bien el tema, eludieron como pudieron hacer pasar a los victimarios como víctimas. De triunfar esta diabólica idea hubiera un sido el broche de oro, a la pretensión de pasar por perseguidos, por los sanguinarios militares sedientos de sangre marxista. *

* Se cometería una torpeza si caemos en la trampa marxista que, intencionadamente, confunde las cosas. Los subversivos, de todos los matices, no lucharon contra el Terrorismo de Estado, para probarlo podemos mencionar, así como al pasar, que en la publicación “Evita Montonera, nº 6, editada por los guerrilleros de la Banda Subversiva Montoneros, al dar cuenta del horroroso y alevoso asesinato del ingeniero Raúl Amelong, gerente de la firma Acindar, expresa que “Un pelotón de combate lo ejecutó”. El crimen ocurrió un 6 de agosto de 1975, o sea cuando imperaba en la Argentina un régimen democrático. No estaban los militares del Proceso. Este vil asesinato, impactaron en su cuerpo alrededor de 10 disparos, fue cometido en presencia de su hija y de una compañera suya, a quienes trasladaba al colegio en ocasión de ser interceptado su vehículo por otro automotor donde iban los asesinos. El Estado Argentino, en esa época estaba luchando contra estas fuerzas irregulares, que no respetaban las normas de la guerra, aunque se atribuían acciones de esta naturaleza. Las palabras “pelotón” y “ejecución” dan muestra acabada de la calificación que ellos se daban a sí mismos y a su accionar. Ellos iniciaron la confrontación y luego, cobardemente pretenden aparecer a los ojos del mundo como víctimas.


Entrevistado por el diario digital Urgente-24 el abogado Javier Vigo Leguizamón, autor de “Amar al Enemigo”, sostuvo que no es casual el consejo del presidente Chávez de “leer todo lo que les llegue a la mano de Noam Chomsky, quien es uno de los más importantes intelectuales de izquierda estadounidense.
“Lo que me alarma es la postura que él tuvo ante el genocidio cometido por Saloth Sar (más conocido como Pol Pot) en Camboya, quien llegó a matar dos millones de personas en su afán de construir el “hombre nuevo”... Despojándose de la máscara pacifista y de presunto defensor de los derechos humanos Chomsky justificó esa violencia demencial que eliminó al 20 % de la población diciendo: “No me parece que sea aceptable que condenemos el periodo de terror del Frente de Liberación Nacional, simplemente porque fue algo horrible.
Creo que lo que tendríamos que hacer es preguntarnos por los costos comparativos, por espantoso que suene; y si queremos tomar una posición moral en este asunto (y creo que deberíamos hacerlo), tendremos que poner en una balanza cuáles fueron las consecuencias de que se usara el terror, y cuáles habrían sido de no haberse usado.
Si es cierto que las consecuencias de no haber utilizado el terror hubieran sido que el campesinado camboyano hubiera estado viviendo como el de Filipinas, creo que, entonces, el terror estaría justificado.”

En otras palabras, el recomendado por Chávez enseña que la violencia, puede ser comprensible dadas las condiciones del cambio de régimen y de revolución social, implicando un pequeño precio en comparación con los cambios positivos que había traído el nuevo gobierno de Pol Pot.”.
Nos dice el doctor Leguizamón que, cuando entrevistó al general Videla éste “admitió que, como en toda guerra –y máxime en ésta, que fue irregular en su forma, imprecisa en su desarrollo y librada contra un enemigo mimético que no usaba uniforme ni bandera- se llegó a situaciones límite que ensombrecieron al país con actos rayanos en el horror, por parte de ambos contendientes.”.

En carta misiva que Videla dirigió al doctor Florencio Varela, misiva que este profesional se ocupó de hacer pública, hizo referencia nuevamente a tales temas mientras añadía que “el pronunciamiento militar del 24 de marzo de 1976, fue un hecho eminentemente político; que no agregó ni quitó nada a la guerra interna que se venía desarrollando, en forma limitada en la provincia de Tucumán desde el mes de febrero del año 1975 (Operación Independencia) y, en forma generalizada en todo el ámbito del territorio nacional, desde el mes de Octubre del mismo año; y que continuó, a partir de aquel hito político, sin cambiar un ápice sus objetivos, así como la modalidad de su ejecución, hasta su término, apreciado a fines de 1977.-”
“Es de rigurosa verdad que dicha guerra, en sus dos etapas, fue decidida por el Gobierno Nacional, en plena vigencia del estado de derecho, así como de las instituciones de la República; que ella materializaba la legítima defensa de la Nación agredida, contra su ilegítimo agresor quien, por medio del terror, pretendía cambiar nuestro tradicional estilo de vida nacional; de ahí que no se levantaran voces en contra de aquella decisión ni sus consecuencias inmediatas y mediatas; antes bien, fue el alivio la sensación imperante.-”
“No es menos cierto que el Gobierno Nacional fue asesorado por las FFAA para adoptar su decisión; asesoramiento que no omitió consideraciones sobre modalidad de ejecución, consecuencias, riesgos, costos, ventajas y desventajas, variables posibles, etc.-”

O sea que, visto desde el punto de vista del intelectual norteamericano Noam Chomsky, la violencia puede ser comprensible, dadas ciertas condiciones. Postura que no fue objetada por ninguna entidad marxista o revolucionaria.

En cambio, y acá viene el inconveniente de la falta de refinamiento en la aplicación del llamado Derecho Humanitario, si el general Videla es quien, apoyando su tesitura sobre el accionar de las Fuerzas Armadas Argentinas, da su explicación defensista de los hechos, salen todos bramando su santa indignación. En suma, hay bombas buenas y bombas malas y según esta diferencia se deben calificar los atentados.

O sea que Chomsky sostiene maquiavélicamente, sin repugnancia, que el fin justifica los medios, por lo que habría que ver si tal tesitura la sostiene cuando se trata de valorar lo actuado durante el proceso de Reorganización Nacional, acá en la Argentina. Tengo la absoluta certeza de que no podría hacerlo.

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